La tradición de origen romano que vuelve cada Semana Santa: ¿Dónde se puede jugar este año a las chapas en Castilla y León?

El juego de las chapas se practica de forma tradicional en el territorio de la Comunidad de Castilla y León y constituye una costumbre con un fuerte arraigo social en municipios de todo tamaño, aunque es en las zonas rurales donde sigue desarrollándose con mayor intensidad. Se cree que este juego tiene su origen en el sorteo que hicieron los soldados romanos de la túnica de Jesucristo antes de su crucifixión. Esta afición consiste en el lanzamiento de dos monedas llamadas ‘perras gordas’, tradicionalmente monedas de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII. Los jugadores, reunidos alrededor de un corro que dirige el organizador del juego o ‘baratero’, apuestan en el suelo una cantidad de dinero estipulada por un jugador que hace de banca, y deben tratar de adivinar si ambas monedas quedarán en posición de caras o de cruces.

Si cada una de las monedas muestra una cara diferente, se deberá repetir la jugada hasta que coincidan. La actividad está regulada por la Junta de Castilla y León en dos normas reglamentarias, el Catálogo de Juegos y Apuestas, donde se describe cómo se juega, y el Reglamento regulador de la actividad, donde se somete a autorización administrativa su práctica. El consejero de la Presidencia de Castilla y León, Luis Miguel González Gago, ha recordado que «la tradición del juego de las chapas es una importante seña de identidad de la Semana Santa en muchos pueblos de Castilla y León, y por tanto, en la Junta apoyamos y ayudamos a mantener esta costumbre, dando seguridad jurídica a sus organizadores, y protegiendo a los jugadores ante cualquier posible fraude o conducta dañina«.

El reglamento regulador de la organización del juego de las chapas estipula que todas las apuestas se han de realizar con dinero líquido, impidiendo apuestas sobre bienes muebles o inmuebles, o sobre animales. También establece la posibilidad de que el juego se desarrolle en un local cerrado o al aire libre, con los correspondientes permisos municipales, bajo la luz natural, y a más de 100 metros de cualquier centro educativo. Entre las infracciones administrativas, se contemplan como infracciones graves o muy graves la organización de partidas clandestinas, la manipulación del material de juego utilizado, el impago a los participantes de las cantidades ganadas, o las conductas desconsideradas hacia los jugadores.

Para poder seguir con esta tradición este año se han concedido autorizaciones a 92 establecimientos de Castilla y León repartidos de la siguiente manera. Las provincias de León y Valladolid son que cuentan con mayor número de locales, en concreto con 31 y 23, respectivamente. Las localidades en la provincia de León en las que se jugarán ese singular y antiguo juego son, en la capital leonesa, Mansilla de las Mulas, La Bañeza, Villablino, Bembibre, San Andrés del Rabanedo, Sahagún, Gordoncillo, Valencia de Don Juan, Palacios del Sil, Veguellina de Órbigo, Trobajo del Camino, Valderas, Santa María del Páramo, Ponferrada, Villamañán, Cistierna, Cembranos, Caboalles de Abajo, Sahelices del Payuelo y Sariegos del Bernesga.

En Valladolid, los 26 establecimiento se reparten por Cigales, Zaratán, Villanueva de los Caballeros, Villalón de Campos, Nava del Rey, Tordesillas, Mayorga, Torrelobatón, Medina del Campo, Herrera de Duero, La Seca, Mojados, Fresno el Viejo, Tudela de Duero, Villán de Tordesillas, Íscar, Valdunquillo y Valladolid capital. Tres serán en Zamora, concretamente en las localidades de Santa Cristina de la Polvorosa y Benavente. Por su parte, en Palencia son 18 autorizaciones en los pueblos de Venta de Baños, Osorno, Herrera de Pisuerga, Espinosa de Villagonzalo, Santibáñez de la Peña, Saldaña, Lantadilla, Aguilar de Campoo, Lagunilla de la Vega, Buenavista de Valdavia, Sotobañado y Priorato, Alar del Rey y Palencia capital.

En Burgos se contabilizan 9 en las localidades de Roa, Villadiego, Melgar de Fernamental, Los Balbases, Aranda de Duero y Miranda de Ebro. Otras 5 en Segovia, en los municipios de Sacramenia, Cuéllar, Ayllón y Riaza, y tres en Zamora, en las localidades de Santa Cristina de la Polvorosa y Benavente. En definitiva, González Gago ha asegurado que «esta tradición no deja de ser una actividad de socialización colectiva. Los vecinos, reunidos alrededor de los diferentes corros, disfrutan del juego, y los establecimientos organizadores se benefician de la afluencia de jugadores y del gasto en consumiciones que se genera en torno a la acción».