Hoy puede ser el día en el que el Pucela regrese a Primera División. Para ello, deberá ganar al Villarreal B y rezar para que el Éibar no puntúe en Gijón. Una jornada decisiva para los de Pezzolano que pueden poner este domingo la guinda del pastel después de una temporada de idas y venidas pero que puede acabar con un tremendo fiestón si las circunstancias y la suerte sonríe a los pucelanos. El vestuario y la afición lo tiene claro. El único camino válido para lograr el objetivo es ganar los dos partidos que restan hasta el final de la competición regular. Eso asegura el premio, por lo que distraerse con lo que pueda ocurrir en otros campos no tiene ningún sentido y puede desviar la atención, aunque el resto de resultados también puede propiciar que hoy el equipo regrese a la máxima categoría del fútbol nacional.
El primero de los dos decisivos partidos llega este domingo a Zorrilla con la visita del filial del Villarreal, un equipo lleno de talento y descaro que tiene la soga del descenso al cuello. El filial del submarino amarillo venderá cara su piel y no quiere ser un convidado de piedra, por supuesto. Hace bien poco asaltaron El Molinón y en la ida derrotaron a los blanquivioleta. Con las orejas tiesas por esos precedentes, lo cierto es que históricamente el balance favorece al Pucela. Los datos de la presente campaña hablan de que en Zorrilla se verán las caras el mejor local y el peor visitante, pero el fútbol es tan bonito precisamente porque no hay nada escrito ni las estadísticas son fiables. Una voz tan autorizada como Negredo insistió durante la semana en que solo hay que pensar en ganar los dos próximos encuentros, evidentemente comenzando por el primero. Fundamental será dejar a un lado la presión y el apoyo de la grada.
«Son dos finales, tenemos que ir a por ellas sin depender de nadie ni pensar en nadie, que pase lo que tenga que pasar en otros campos y a nosotros solo nos vale ganar aquí«, relató el delantero, que recordó que «el rival va último pero es peligroso, vamos a estar mentalizados, es un equipo joven con mucho desparpajo». El ‘tiburón’ compartió en la previa del choque sobre la situación de los castellonenses, que «los que hemos estado en un filial sabemos que estos partidos sin tanta presión, porque se la están jugando pero es complicado, les inhibe de esa presión, cuando estás en un filial tienes más fácil la salida, es diferente a un equipo veterano, nosotros tenemos que ser más maduros y llevar las riendas». Sobre gestionar la presión, el ariete señaló que «hay que saber llevarla, controlarla y gestionarla, los que hemos vivido momentos parecidos somos los que más tenemos que ayudar al equipo, los nervios no te van a dar nada positivo».
Otro de los puntos fuertes que recalcó Negredo es esa unión, tan importante ahora. «El vestuario es consciente de que todos nos jugamos lo mismo, remamos en la misma dirección y buscamos el mismo objetivo. Cuando tienes a 25 personas en la misma dirección es muy difícil que alguien se salga, eso es lo importante en un vestuario, que todos vayamos en la misma línea», subrayó el ’21’, para completar que «quedan dos jornadas, estamos segundos, el equipo está en una situación que todos hubiésemos querido, y todos a por el ascenso«. Por su parte, Paulo Pezzolano subrayó la idea del veterano goleador, nada de mirar a otros campos, es momento de hacer el trabajo propio sin despistarse por lo que ocurra lejos de Zorrilla. «Tenemos que manejar el entorno. La mejor manera es estando en casa, donde somos muy fuertes. Si somos sólidos y verticales, lo sacaremos adelante», expresaba estos últimos días el míster uruguayo en la sala de prensa.
El encuentro comenzará a las 18.30 horas y será dirigido por el colegiado riojano Sesma Espinosa, auxiliado en la sala VOR por González Francés. Esta será la segunda vez que los caminos del Pucela y el árbitro riojano se crucen. El único precedente con él al silbato fue positivo para los blanquivioleta, que se impusieron 0-1 en su visita al Eldense. Eso sí, en aquel encuentro fueron más amonestados que su rival, ya que vieron cuatro tarjetas amarillas por una del conjunto alicantino. También coincidió una vez con el Promesas, en la temporada 2021/22, en la visita al Real Unión con derrota por 2-1 en Primera RFEF. Y es que Sesma Espinosa estuvo seis temporadas en la categoría de bronce del fútbol español antes de dar el salto a la de plata en este curso.