Valladolid entrega la Medalla de Oro, a título póstumo, a José Jiménez Lozano: «Son muchos los méritos que atesoraba el insigne escritor»

Valladolid ha entregado la Medalla de Oro de Valladolid, a título póstumo, a José Jiménez Lozano, en un acto que se ha celebrado en el Salón de Recepciones de la Casa Consistorial y que ha sido presidido por el alcalde Óscar Puente. «Son muchos los méritos que atesoraba el insigne escritor y periodista que justifican sobradamente la concesión de esta distinción, tal y como se va a poner de manifiesto durante esta ceremonia» ha comenzado su intervención el alcalde, quien ha hecho mención de algunos de ellos en la semblanza que ha dedicado al homenajeado.

Durante la intervención del alcalde, Óscar Puente ha destacado la «grandeza» del escritor y cuya obra literaria, que desborda calidad, fue muy extensa. En su haber se cuentan 27 novelas, 13 libros de cuentos, 10 poemarios y 7 volúmenes de diarios y cartas, 25 ensayos y 11 libros en los que recogen sus artículos periodísticos. Entre tantos inolvidables títulos debidos a la pluma de Jiménez Lozano se encuentra ‘Los cementerios civiles y la heterodoxia española’, ‘Sobre judíos, moriscos y conversos’, ‘Los tres cuadernos rojos’ o ‘Guía espiritual de Castilla’.

En sus textos abordó temas fundamentales de la historia de nuestro país, como la Inquisición, la convivencia entre judíos, moros y cristianos o la guerra civil española y la posguerra. Y relacionó acontecimientos relevantes que tuvieron lugar en España con otros acaecidos en diversos lugares de Europa, tales como la Revolución francesa, los procesos de secularización o la aparición de los totalitarismos y sus consecuencias en el siglo XX. Su obra ha tenido una importante difusión más allá de nuestras fronteras y ha sido traducida al francés, al alemán, al italiano, al inglés, al checo, al ruso, al islandés y al holandés.

La extensa trayectoria literaria y periodística de José Jiménez Lozano le reportó numerosos reconocimientos de gran prestigio. Entre ellos, y por citar solo aquellos que considero más relevantes, recibió en 1988 el Premio Castilla y León de las Letras, y un año después el Premio de la Crítica por El grano de maíz rojo. En 1992 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas y en 1994 el Premio Luca de Tena de Periodismo. Se le distinguió en 1996 con el Premio Provincia de Valladolid a la Trayectoria Literaria, en 1999 con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en el año 2000 se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes y en 2002 fue galardonado con el Premio Miguel de Cervantes. En 2006 se le entregó el Premio Cossío por su trayectoria profesional y en 2017 el papa Francisco le agració con la cruz Pro Ecclesia et Pontifice por su trayectoria periodística, su papel en la gestación de Las Edades del Hombre y su ejemplaridad como persona y como cristiano.

Además, en 1998 fue nombrado Patrono de la Residencia de Estudiantes y en 2001 lo fue del Instituto Cervantes. En 2008 fue investido Doctor Honoris Causa por Humanidades en la Universidad Francisco de Vitoria. Asimismo, el Ayuntamiento de Ávila le designó Hijo Adoptivo de esa ciudad en 2012. «En Valladolid también se ha reconocido la figura de José Jiménez Lozano con anterioridad al homenaje que hoy le tributamos, como ocurrió en 2010, cuando se dio su nombre al Instituto de Enseñanza Secundaria ubicado en la calle Felipe Ruiz Martín del barrio de Parquesol, centro que el autor de ‘Memorias de un escribidor’ visitó con frecuencia», destacó Puente.

José Jiménez Lozano falleció en Valladolid el 9 de marzo de 2020, pocos días antes de que se decretase en nuestro país el confinamiento por el COVID-19. Fue un persona sencilla y discreta en su vida privada. Así se refleja, por ejemplo, en el texto perteneciente a su obra ‘Elegías menores’, donde reconocía que «yo querría que se leyesen y se amasen mis libros, pero que se olvidase el nombre de quien los escribió», se sinceraba.

Tras la intervención del alcalde, se ha procedido a la lectura del artículo del Reglamento de Distinciones del Ayuntamiento y del acuerdo del Pleno para la concesión de la medalla que ha sido recogida por la viuda del escritor, Dora Vicente, y uno de sus hijos, Ángel, con cuyas palabras de agradecimiento por la distinción concedida a su padre se ha puesto el broche a las intervenciones del acto. Para finalizar, los presentes han podido disfrutar del aria Nessun Dorma interpretada por Tamara Mena a la voz; Ana Lobo al violín; y Jesús Sanz al piano, profesores los tres de la Escuela Municipal de Música de Valladolid.