Un buen último cuarto no le vale al RVB en Burgos: el equipo de Lolo Encinas encadena la tercera derrota consecutiva

El Real Valladolid Baloncesto cayó en su visita al Grupo Ureta Tizona Burgos tras una muy mala primera parte y una remontada en el último cuarto que quedó a medias. El equipo blanquivioleta volvió a sufrir en defensa y en el rebote, y adoleció falta de acierto para ir a remolque durante muchos, muchos minutos, pero los de Lolo Encinas no dejaron de creer y a punto estuvieron de dar la machada con una reacción en el último cuarto. Después llegar a perder por hasta 20 puntos, los visitantes tuvieron bola para poner las tablas a falta de tres minutos, pero los burgaleses se mostraron más acertados en las posesiones clave y pusieron la tercera derrota consecutiva del Pucela.

El camino, no obstante, lo muestran unos segundos 20 minutos solventes, aunque los primeros fueron para olvidar. De inicio, así, el RVB no estuvo nada bien, aun sabiendo la teoría sobre las fortalezas del Grupo Ureta Tizona Burgos. Dos pérdidas seguidas ante la asfixiante y alta presión de los burgaleses otorgaron a los locales el mando (6-2) y el tempo del partido, aunque los blanquivioleta lograron cambiar las tornas con el paso de los minutos. Al menos de forma efímera. Apretando atrás y frenando esos primeros segundos de la ofensiva local, los de Lolo Encinas encadenaron buenas defensas y encontraron los puntos de Hoover y Wilson para voltear el marcador por 10-12. Aun tras superar el mal comienzo y sin entrar al ritmo del cuadro azulón, el Pucela se atascó y sufrió para contener el rebote de los burgaleses, lo que permitió un nuevo envite del equipo de Salva Camps por 20-15. Y estos, que de puntos van sobrados, no bajaron el pie del acelerador para escaparse hasta un preocupante +10.

Lolo Encinas lo paró con tiempo muerto, pero el primer periodo terminó con 11 de diferencia entre ambos equipos por 28-17 y demasiados tantos recibidos. Con Dāvis Rozītis en el campo, quien debutó sacando varias faltas a los interiores locales y sumando desde la personal, el técnico donostiarra trató de corregir el problema en el rebote con un 12-6 en el primer asalto que tanto daño le estaba haciendo al Pucela Basket. Y la salida al nuevo cuarto fue distinta con un parcial de 0-5 tras un ‘dos más uno’ de Manchón (28-22), pero de nuevo fue como un oasis y los de Salva Camps golpearon con acierto y su característico ritmo endiablado. Negados de cara al aro a pesar de generar tiros liberados, los blanquivioleta no lograban defender los ataques de un Grupo Ureta Tizona Burgos que castigaba desde muchos frentes.

Y con bastante más puntería. Si bien el RVB se agarró al partido por momentos y llegó a reducir la brecha de los 10 puntos, en los últimos cuatro minutos de la primera parte volvió a conceder en exceso y fue acribillado por los de la ciudad del Cid, que alcanzaron el descanso con una renta importante 55-40 y una proyección anotadora de miedo. Así, al Real Valladolid Baloncesto le tocaba demostrar que puede reponerse a las adversidades, pero todo pasaba por mejorar mucho atrás y cerrar el rebote. Dicho y hecho, aunque paso a paso y fraguándose hasta el final. Los de Salva Camps volvieron con más chispa, energía y acierto que los visitantes y dieron otro pasito hacia el triunfo ampliando la ventaja (63-46), lo que obligó a un nuevo tiempo muerto a las primeras de cambio. No mejoró en exceso el guion, aun siendo ya otra cosa, y manejando siempre desventajas cercanas a los 15 puntos, al asalto definitivo se llegó 16 abajo con el 75-59.

La anotación recibida ya no fue tan pesada y la lucha en el rebote se igualó, pero a los de Lolo Encinas les faltaban todavía argumentos para opositar a la victoria… pero llegaron de la mano de Hansel Atencia. Ahí por fin llegaron las notas positivas. El RVB no bajó los brazos, creyó en ello, tuvo fe y encontró algo de acierto para recuperar la ilusión por obrar la macha. El base colombiano enchufó dos triples prácticamente consecutivos e insufló vida a los vallisoletanos, que se ponían casi a tiro con un mundo por jugarse. Esta vez fue el técnico local quien lo tuvo que parar después de tres minutos sin sumar un solo punto ante el, por fin, buen hacer defensivo del Pucela. Pero no frenó la inercia vallisoletana. El cafetero volvió a meter de tres y lideró a los suyos, sumándose también Manchón para colocar una sola canasta de diferencia entre ambos con el 75-72.

Ese tanteo fue el punto de inflexión que terminó por decidir el partido. Estando tres abajo Atencia erró un triple liberado que pudo haber puesto las tablas después de muchísimos minutos y Grupo Ureta Tizona Burgos no perdonó con cinco tantos para volver a estirarse (80-72). Del empate a verse 8 abajo en apenas 40 segundos y tras un esfuerzo titánico para mantener en partido. A partir de ahí, los de Lolo Encinas no volvieron a estar tan cerca. Aunque siguieron intentándolo, creyendo todavía en sus opciones, cinco puntos seguidos de Jordi Rodríguez terminaron por sentenciar a falta de minuto y medio. El Real Valladolid Baloncesto, así cayó 94-85 después una mala primera parte y una gran reacción en la segunda para terminar firmando la tercera derrota seguida de los blanquivioletas.