¿Sabes qué se esconde detrás de esta puerta en el centro de Valladolid?

La ciudad de Valladolid ha crecido y evolucionado en los últimos tiempos hasta convertirse en una de las ciudades más preciadas de toda España. Todas las urbes progresan con el paso de los años y los nuevos edificios abanderan las calles, aunque todavía, en las zonas más antiguas de las capitales se conservan algunos rincones de antaño que en nuestros días son auténticas joyas. Mismamente en la ciudad del Pisuerga encontramos la Plaza del Coso, Campo Grande, o por supuesto, la gran Plaza Mayor. Dentro de algunos lugares icónicos y a la par curiosos y desconocidos por muchas generaciones se esconde un espacio muy añorado por algunos en una de las zonas más antiguas de la capital.

Hablamos del frontón de la calle Expósitos, en el barrio de San Nicolás, que tras una misteriosa verja con candado incluido, se esconde un impresionante espacio deportivo que hacía las delicias de miles de vallisoletanos allá por los siglos XIX y XX. En estos tiempos, la afición de jugar a la pelota en frontones se extendía más allá de parecer una tradición exclusiva del País Vasco, y en Valladolid incluso llegamos a tener dos espacios dedicados a este deporte ya que junto al mencionado de la calle Expósitos encontrábamos otro muy similar en la calle Muro junto a la Plaza Madrid. El frontón se encuentra oculto tras el edificio de viviendas hoy presente, concretamente en el portal número 1, y que se accedía a través de un callejón que daba a un solar interior con una vivienda.

En el interior del frontón de la calle Expósitos se podían encontrar los vestuarios y dos frontones, uno descubierto y otro cerrado. El mismo año que se construyó la vivienda, en 1934, la propietaria encargó al arquitecto Ramón Pérez Lozana elevar los muros del frontón y cubrió una pista con una estructura metálica, y de esta manera el frontón tuviera mayor personalidad. Ya en 1982 se construyeron nuevas instalaciones como vestuarios y galerías para espectadores tanto en el frontón cubierto como en el abierto por parte de la Federación Vallisoletana de Pelota, muestra de que el frontón, tras el derribo de su competidor, resurgió y aglutinó en esos años la afición de los pucelanos. Para la tristeza de muchos, el frontón cerró en el año 1994 y ha acabado abandonado, aunque a día de hoy, muchos vecinos de bloques colindantes ven sus galerías y estructuras aunque en un estado de deterioro y ruina.

Cabe mencionar que actualmente este frontón sigue en pie, situado entre los patios de los edificios de las casas colindantes de la calle Expósitos del centro de Valladolid. El estado actual del interior es un misterio porque nadie ha entrado o documentado su interior desde que en 1994 se hiciera un estudio de demolición por encargo de una inmobiliaria para edificar viviendas y usos productivos. Años después se volvió a retomar la demolición para construir viviendas junto a locales para usos comerciales, deportivos u oficinas. Aunque finalmente sí se aprobó su derribo en 2006, pero llegó la crisis y el frontón volvió a quedar de nuevo olvidado, así hasta la actualidad. De hecho, algunos vallisoletanos sueñan con volver a abrir esa puerta para transportarse a aquellos años donde esta céntrica y singular calle de Valladolid se convertía en un espacio deportivo y de ocio para miles de nuestros antepasados.