Rebajan de 7 a 5 años la pena de cárcel a un vecino de Valladolid que ocultaba droga en su casa por valor de 132.000 euros

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha decidido rebajar la condena de siete a cinco años de cárcel por delito de tráfico de drogas a Rodrigo F.Q., a quien la Policía intervino en agosto de 2020 en su casa droga por valor de 132.000 euros y que en el juicio alegó que no era suya sino que se limitaba a custodiarla, bajo amenaza, por encargo de un tercero cuyo nombre no quiso desvelar. En la sentencia de la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL a la que ha tenido acceso este periódico, se estima tan solo parcialmente el recurso interpuesto por el condenado y reduce en dos años la pena de cárcel inicial, al pasar de siete a cinco, y también rebaja la multa de 300.000 a 200.000 euros.

La Fiscalía había solicitado once años de prisión, nueve por tráfico de drogas y dos por tenencia ilícita de armas, pero la Audiencia Provincial, en sentencia de 14 de octubre del 2022, impuso al ahora recurrente siete años por el primero de los dos delitos y le aplicó la atenuante de drogadicción y la agravante de reincidencia. Por su parte, le absolvió del segundo tras advertir de que la Policía tan solo estaba autorizada para un registro en busca de sustancias, no de armas.

Además de la pena al acusado, que incluía una multa de 300.000 euros ahora rebajada a 200.000, la sala también condenó a su compañero de banquillo, David D.C., a dos años y un día de prisión y 2.500 euros de multa, tal y como éste ya había pactado previamente con el fiscal del caso, en lugar de los seis años y los 6.500 euros a los que se exponía inicialmente. Aunque el día de la detención, el 5 de agosto de 2020 Rodrigo sostuvo la versión del autoconsumo para justificar ante los agentes el alijo de 1.847 gramos de anfetamina, los 1.019 gramos de MDMA, los 1.358 gramos de ketamina y los 0,48 gramos de cocaína que el Cuerpo Nacional de Policía descubrió en su piso, en la calle Industrias, junto a La Circular, aunque durante el juicio modificó su declaración para asegurar que la totalidad de la mercancía y una pistola Browining con su munición se las estaba guardando a alguien, bajo amenaza.

Agentes de la Policía Nacional que participaron en su detención y en la del otro condenado explicaron que llevaban tres o cuatro meses investigando al ahora condenado por su presunta implicación en el tráfico de drogas, sospechas surgidas a partir de una operación anterior denominada ‘Drache’. A través del oportuno sistema de vigilancias ante la vivienda del sospechoso, la primera de ellas el 16 de abril de 2020, los funcionarios actuantes pudieron observar un importante trasiego de personas que acudían al inmueble, muchos de ellos traficantes también, quienes realizaban movimientos «sospechosos» tanto instantes antes de entrar como nada más salir, fundamentalmente una actitud vigilante del entorno para cerciorarse de que no eran seguidos.

El dispositivo localizó el 4 de agosto la llegada del segundo de los encausados, David D.C., a quien siguió hasta el garaje de su vivienda y una vez allí detuvieron al varón en posesión de 103 pastillas de MDMA, con un peso de casi 39 gramos, y otros 20 de ketamina, todo ello por valor de 2.593 euros, que ocultaba debajo del reposabrazos de la consola central del turismo. Al día siguiente, la Policía procedió al registro del domicilio de Rodrigo, donde se incautó distintas cantidades de sustancias, entre anfetamina, MDMA, ketamina y cocaína, drogas que entonces dijo que eran para consumo propio y ahora que no eran de su propiedad sino que se limitaba a ocultarla tras haber sido conminado a ello bajo graves amenazas.