Motos, vehículos eléctricos y de mercancías podrán circular por los carriles bus-taxi con el nuevo Plan de Movilidad de Valladolid

La nueva Ordenanza Municipal de Movilidad del Gobierno de Jesús Julio Carnero ya está en marcha. El Ayuntamiento de Valladolid recuperará para los coches los carriles bus de López Gómez, Avenida Gloria Fuertes, Puente de Poniente, Plaza de la Universidad, Puente Isabel la Católica y Avenida Miguel Ángel Blanco, y modificará la norma para convertir el resto de carriles bus en viales flexibles para vehículos mercancías o reparto, motos y eléctricos. Asimismo, la modificación de la Ordenanza aprobada y efectuada por el anterior alcalde de Valladolid, Óscar Puente, supondrá la eliminación del carril bici de la Avenida de Gijón.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid aprobó, como ya informaba este periódico este lunes, el proyecto de derogación parcial y modificación de la Ordenanza Municipal para establecer determinados carriles de uso restringido en Valladolid. El trámite se llevó a cabo a primera hora de la mañana de este lunes en la Junta de Gobierno local y después se reunió la Comisión de Urbanismo, en la que se ha aprobó inicialmente el proyecto de modificación de la Ordenanza, que la próxima semana se llevará al Pleno extraordinario previsto para el día 26 de julio.

El concejal de Movilidad de Valladolid, Alberto Gutiérrez Alberca, ha señalado que se trata de una «decisión» anunciada en la primera comparecencia pública del nuevo equipo de Gobierno municipal formado por PP y Vox y que trata de «corregir los problemas» que entienden que ha causado la modificación de los carriles bici y bus-taxi aplicada por el Gobierno de PSOE y VTLP en el verano de 2020. En este sentido, el nuevo edil ha explicado que se quiere suprimir en la Ordenanza la determinación de los carriles bici de Isabel la Católica y Avenida de Gijón.

Para el primero de ellos ya se ha anunciado un proyecto de modificación -valorado en 1,6 millones de euros-, que implicará ubicar el carril bici sobre la actual acera y desplazar la misma hacia el Parque de Las Moreras, con lo que el espacio que ocupa el carril para ciclomotores actualmente vuelva a corresponder a un segundo vial de tráfico para vehículos privados. Y en la Avenida Gijón desde el Ayuntamiento solo se ha anunciado la decisión de eliminarlo, aunque «sin perjuicio de buscar alternativas que no generen dichos problemas, permitiendo las conexiones ciclistas, sin interferir en otros modos de movilidad», ha apuntado Gutiérrez Alberca.

Con respecto a los conocidos carriles bus-taxi se sustituirá en primer lugar su configuración y se propone remplazar la denominación de carriles bus-taxi por la de carriles de uso restringido, que permitiría en su momento, «si así se considera procedente», ampliarlo a otro tipo de vehículos como motocicletas, vehículos eléctricos o de transporte de mercancías, todo ello con la oportuna señalización de acuerdo con la normativa en la materia. Según la documentación que recoge la modificación de la Ordenanza Municipal con la implantación de los carriles de uso restringido, el Ayuntamiento pondrá en marcha estos viales en los carriles derechos, según el sentido de la circulación de vehículos por el itinerario de circunvalación al centro, o en su caso prioridad bus.

Las vías que verán modificadas sus carriles serán Plaza de Poniente; Plaza de la Rinconada; calle Cebadería; calle Especería; Plaza del Ochavo; calle Vicente Moliner; Plaza Fuente Dorada; calle Cánovas del Castillo; calle Fray Luis de León, entre López Gómez y Cánovas del Castillo; Plaza España; calle Miguel Íscar; Plaza de Zorrilla; calle María de Molina, entre Zorrilla y Doctrinos; calle Doctrinos, entre María de Molina y Paseo de Isabel La Católica; y por último, entre las calles San Ildefonso y Encarnación.

Esta modificación se basa en un informe emitido por el Centro de Movilidad que indica que los citados carriles bus taxi son los que, según fuentes municipales, «dan más problemas en cuanto a fluidez de tráfico privado», mientras que se «pone de manifiesto» la reducción de Isabel la Católica a un 50% de su capacidad y que afecta «negativamente» a la regulación semafórica con incrementos del tiempo de acceso en las intercesiones.