El escritor Luis Salvago ha recibido este sábado el 71º Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid por su obra ‘El Telegrafista’. En un acto celebrado durante la Feria del Libro de Valladolid, el premio le fue entregado por el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal, y el presidente del Ateneo de Valladolid, Celso Almuiña. El Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid, uno de los más prestigiosos del ámbito literario español, cuenta con una dotación económica de 20.000 euros y una larga trayectoria que data de 1954.
El jurado de esta edición estuvo compuesto por reconocidos expertos en literatura y cultura, quienes destacaron la calidad narrativa y la profundidad emocional de la obra de Salvago. En ‘El Telegrafista’, Salvago, un militar de carrera, nos presenta una historia ambientada en un contexto bélico de la Guerra Civil española, pero que no se centra en la guerra en sí, sino en las relaciones humanas que emergen en situaciones extremas. «Para mí, la guerra es solo un telón de fondo donde se proyecta la actividad de los personajes, sus interrelaciones y conflictos», explicó el autor. «Es una historia de amistad y amor por encima de las ideologías, ambientada en un contexto bélico que solo sirve como escenario para estos sentimientos», ha concluido Salvago. La novela se inspira en documentos reales, como cartas y telegramas, que fueron proporcionados a Salvago por un conocido.
«Al principio, no quería escribir una narrativa histórica ni una novela de guerra. Me interesan las relaciones humanas y la narrativa contemporánea», comentó. Sin embargo, la insistencia de la persona que le facilitó los documentos, que se encontraba entre el público este sábado, y su propio interés por explorar las emociones humanas en tiempos de conflicto lo llevaron a desarrollar esta obra. Salvago también ha destacado la importancia de la verosimilitud en su escritura: «La verdad nunca es completamente verdadera solo con la realidad. Hay que vestir la ficción porque las personas tenemos nuestro propio imaginario. La novela me ha costado dos años y medio, y fue a la tercera versión cuando finalmente encontré lo que buscaba».
El autor, que comenzó a escribir tarde en su vida, se ha mostrado profundamente satisfecho y emocionado por el reconocimiento, especialmente por la confianza depositada en él por quienes le proporcionaron la documentación histórica para su novela. «Este premio es muy importante para mí porque aporta una sensación gratificante y un reconocimiento que valoro profundamente«, expresó.