El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid, Alejandro García Nogueiras, han presentado este miércoles en Tiedra un programa de colaboración por el que 18 farmacias de la provincia incrementarán la cartera de servicios que ofrecen a sus pacientes, principalmente personas de avanzada edad, polimedicadas, que viven solas en casa y que por sus posibles patologías físicas, psíquicas o sensoriales no tienen facilidad de acceso o de organización de sus medicamentos.
Conrado Íscar ha señalado que con este convenio «pretendemos incrementar las garantías para que la prestación farmacéutica que se realiza por los titulares de oficinas de farmacia en el entorno rural de la provincia de Valladolid, en zonas con riesgo de despoblación y en entornos social y económicamente vulnerables, siga siendo accesible a todos los vecinos de los pueblos de nuestra provincia». En este sentido, ha recordado que el acceso de la población rural a los medicamentos es «fundamental» para garantizar, junto con una adecuada atención sanitaria, «un mínimo de igualdad de oportunidades a quienes deciden vivir en el mundo rural con los que deciden vivir en una ciudad. Estamos ante un servicio esencial, que hay que conservar y potenciar».
Por su parte, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Alejandro García Nogueiras, ha recordado las dificultades que presenta el paciente rural y ha asegurado que «es en este contexto donde se hace especialmente relevante el acuerdo alcanzado con la Diputación de Valladolid para que nuestras farmacias rurales den un paso al frente y refuercen su rol como agentes sanitarios proporcionando una mayor y mejor atención farmacéutica, lo que redundará sin duda en una mejor calidad de vida de nuestros pacientes».
Asimismo, ha enfatizado que «la cercanía de estos farmacéuticos, el vínculo emocional y de confianza que se crea con quienes entran cada día por la puerta de la farmacia, hace que sean los profesionales sanitarios de referencia no sólo para cuestiones de salud, sino para muchas pequeñas acciones cotidianas en las que su colaboración es esencial para el usuario».
Las intervenciones de atención farmacéutica que habitualmente se realizan en estos establecimientos sanitarios, y que gracias a la mayor viabilidad económica de las farmacias se podrán seguir prestando, pasan por el control de parámetros biométricos como la presión arterial, la glucemia basal o peso y altura para la prevención de la obesidad, así como la atención farmacoterapéutica con revisión de los botiquines, elaboración de sistemas personalizados de dosificación, seguimiento de la adherencia a los tratamientos, notificación de efectos adversos, etc. Incluye también la ayuda tecnológica sanitaria en los casos en los que el usuario carezca de conocimientos tecnológicos para acciones como la solicitud de cita médica o enfermera, o la renovación de tratamientos caducados.
Para el desarrollo de este programa se han seleccionado 18 farmacias, elegidas en base a las particularidades sociodemográficas de los municipios en las que se ubican. Son las oficinas de farmacia de Aguilar de Campos, Bolaños de Campos, Casasola de Arión, Castromonte, Ciguñuela, Megeces, Mota del Marqués, La Mudarra, La Parrilla, Piña de Esgueva, San Cebrián de Mazote, San Pedro de Latarce, San Román de Hornija, Siete Iglesias de Trabancos, Tiedra, Trigueros del Valle, La Unión de Campos y Viloria del Henar.
La voluntad del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid es colaborar con todos los niveles de administraciones públicas para que el número de farmacias pueda ampliarse con el tiempo y así garantizar una correcta atención farmacéutica a todos los ciudadanos de la provincia, incluso en las zonas rurales más despobladas. De acuerdo con los datos que manejan ambas instituciones, las personas de edad avanzada, las más habituales en el medio rural vallisoletano, sufren varias enfermedades a la vez. Concretamente, casi el 80% sufre alguna enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, artrosis o insuficiencia cardiaca.
Por otra parte, la pérdida de memoria, las alteraciones visuales, auditivas o motoras, la soledad y la disminución de las capacidades intelectuales, son otros factores que les dificultan el adecuado seguimiento de tratamientos complejos. De hecho, los estudios sobre la tasa de adherencia a los tratamientos son descorazonadores ya que, la mitad de los pacientes no toman la medicación correctamente, se olvidan dosis o se equivocan cuando las toman.