La provincia de Valladolid, un lugar para sentir una Semana Santa profunda y llena de singularidad

La Semana Santa de la provincia de Valladolid llena las calles de los municipios de solemnidad, tradición y devoción. No cabe duda que el recogimiento y el sentimiento que se esboza en cada una de las procesiones o actos litúrgicos son únicos y singulares que invitan a todo visitante a descubrir los secretos. La provincia de Valladolid cuenta con una Semana Santa muy arraigada que deja genuinos desfiles procesionales con el paso de una valiosa imaginería que escenifica la muerte de Jesucristo. Y es que podríamos incluso clasificar la Semana Santa de la provincia de Valladolid como un museo al aire libre de esculturas únicas y de gran valor que desfilan por las calles y plazas no solo de la ciudad, sino de múltiples pueblos vallisoletanos donde la Semana Santa es su época de mayor esplendor.

Tanto es así que la gran Semana Santa de Valladolid, declarada de Interés Turístico Internacional, tiene su reconocimiento compartido con las semanas santas de Medina del Campo y Medina de Rioseco. Tres grandes semanas santas que traspasan la singularidad y la devoción de la Pasión de Cristo. Pero si curioseamos a lo largo y ancho de la provincia vallisoletana podemos encontrar semanas santas magníficas y llenas de tradición, sentimiento y arte como puede ser en Peñafiel, Nava del Rey, Olmedo, Cuenca de Campos o Tordesillas, entre otras. Durante estos días, los cofrades son el alma viva de la Semana Santa vallisoletana y la imaginería es la prestigiosa riqueza que guardan nuestros templos. Con la Cuaresma, la tradición resurge y cada año, manteniendo intacta la emoción, la Pasión regresa a las calles donde se fusiona silencio y música poniendo los sentimientos a flor de piel.

La provincia de Valladolid tiene la suerte de poder vivir y sentir, en diferentes rincones de su territorio, toda ese fervor semanasantero. Desde el aroma a incienso, el sonido de tambores y cornetas hasta el disfrute de la gastronomía y dulces típicos de esta época. Nos adentramos en los días centrales de la Semana Santa y en la provincia de Valladolid puedes encontrar tesoros y apreciadas procesiones, escenas y actos de la Pasión de Cristo dignas de destacar. Te ofrecemos un pequeño recopilatorio de lo más característico de las reconocidas Semanas Santas de Valladolid que además pueden presumir de tener reconocimientos internacionales, nacionales y regionales.

Medina de Rioseco

Si hay tres aspectos que podrían definir la Semana Santa riosecana serían «antigüedad, tradición y sentimiento castellano«. La cita religiosa y cultural de la localidad terracampina es Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial, y después de siglos y siglos conserva el espíritu tradicional y solemne de la celebración de la Pasión de Cristo, transmitida de generación en generación. La Semana Santa de Medina de Rioseco encuentra sus orígenes hace 500 años en la Cofradía penitencial de la Vera Cruz. Durante estos días, los vecinos y visitantes disfrutan de momentos y desfiles espectaculares como la Procesión del Domingo de Ramos, donde se vive un ambiente de esperanza, o ya con la Pasión de Cristo desde la forma de portar a hombros los pasos por las estrechas y medievales calles riosecanas, el baile de los pasos, la rodillada, el Canto de la Salve o hasta el Desfile de Gremios. Cabe destacar las procesiones del Martes Santo del Cristo de la Clemencia, el Vía Crucis Popular del Miércoles Santo o las procesiones del Mandato y la Pasión del Jueves Santo, y la Soledad del Viernes Santo.

Medina del Campo

Nos remontamos a 1411, cuando la villa medinense fue la primera que representó la Pasión de Cristo por sus calles, con el dominico San Vicente Ferrer. Además de este hecho histórico con las procesiones de disciplina, Medina del Campo cuenta con impresionantes conjuntos escultóricos renacentistas que hacen gala de su reconocimiento de Interés Turístico Internacional. Los medinenses viven con gran devoción estos días e invita a jornadas de gran sentimiento y emoción en la villa. Algunos de los momentos indescriptibles de la Semana Santa de Medina del Campo, son los que se viven el Viernes de Dolores, con la Procesión de la Virgen de las Angustias, patrona y alcaldesa perpetua de la villa o el Jueves Santo con la Procesión de los Faroles, en la que el silencio impera en las calles de la Villa de las Ferias y solo se aprecia la luz de los farolillos que portan los cofrades. En este singular desfile procesional, solo el silencio profundo se rompe con el sentido canto del Miserere en la Plaza Mayor. También el Viernes Santo nos podemos deleitar con la impresionante imagen de Cristo Crucificado al amanecer y junto al imponente Castillo de la Mota. Además, cabe destacar la Procesión de la Vera Cruz, la noche del Jueves Santo, y la del Silencio, el Viernes Santo.

Procesión de las Angustias de Medina del Campo | Valladolid Plural

Peñafiel

La Semana Santa de Peñafiel se podría definir en un conjunto de costumbres y tradiciones que se han gestado en el fervor popular. Las procesiones religiosas en esta localidad vallisoletana tienen su origen en la Edad Media, y de hecho, algunas de las imágenes que todavía hoy salen en procesión, como el Cristo de la Buena Muerte, u otras que también tuvieron su propia cofradía, como el Cristo de Santa María, titular de la antigua Cofradía del Señor, fueron talladas en el siglo XIV. Este año, la Semana Santa de Peñafiel tiene un reconocimiento especial para lucir en todos sus desfiles procesionales, como es la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional, aunque cuenta con su declaración nacional desde 2011 en su acto más emblemático como es la Bajada del Ángel que se celebra el Domingo de Resurrección. Un ángel niño desciende de los cielos para revelar a María que Jesús ha resucitado en una escenificación viva que no deja indiferente a nadie, y menos para aquel que la conoce por primera vez.

Otras Semanas Santas

La Semana Santa se siente como suya en varias localidades vallisoletanas en las que la devoción por la Pasión de Cristo es patrimonio. Estamos hablando de los municipios de Tordesillas, Alaejos, Cuenta de Campos, Nava del Rey, Olmedo, Villanueva de Duero, Villavicencio de los Caballeros y Fresno el Viejo. Cabe destacar alguno de los momentos cruciales que todo vallisoletanos, castellano y leones o visitantes de cualquier rincón de España debe descubrir al menos una vez en la vida. Al sur de la provincia vallisoletana, en Fresno el Viejo, la muerte de Jesús se recrea al detalle con un Via Crucis viviente en el que no queda ni una sola escena por vivir y recrear en la tarde del Jueves Santo. Uno de sus momentos más emotivos se siente en la crucifixión y muerte de Cristo en la cruz en lo alto de la Cañada Real. A pocos kilómetros, encontramos en la localidad de Alaejos, donde uno de los actos más característicos de su Semana Santa es la Bajada del Cristo de la Salud, por los hermanos lavando con vino las llagas y se reparte entre los fieles y enfermos.

Via Crucis juvenil de Fresno el Viejo | Valladolid Plural

En Tordesillas, la Semana Santa es un auténtico desfile de pasiones junto al río Duero. La localidad vallisoletana muestra un gran respeto y fervor a la Pasión de Cristo destacando la Procesión del Encuentro Doloroso que se celebra cerca de la medianoche del Miércoles Santo o la Procesión de la Pasión de Cristo el Viernes Santo, donde procesionan un total de catorce pasos. Nava del Rey, una de las semanas santas más más profundas de la provincia, nos trasladan al siglo XVI. Además de las diferentes procesiones de sus siete cofradías desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, se realiza un acto litúrgico muy especial con la recreación del Lavatorio, Crucifixión y Descendimiento durante la mañana y tarde del Viernes Santo. En la comarca de Tierra de Campos también tiene especial singularidad y arraigo la Semana Santa de Cuenca de Campos, donde sus habitantes sienten cada paso de la Pasión de Cristo como nadie.

No cabe duda, que quien se acerca a esta pequeña localidad de unos 200 vecinos no puede perderse el Piadoso Ejercicio de las Cinco Llagas y el Descendimiento, celebrado el Viernes Santo. Un acto procesional que consiste en despojar al Cristo articulado de los instrumentos de martirio y bajarle de la cruz para introducirle en la urna procesional. El municipio de Olmedo, la ciudad del Caballero, respira la esencia de la Pasión de Cristo comenzando con su tradicional procesión del Domingo de Ramos y destacando la Procesión del Silencio del Jueves Santo donde se escenifica el Paño de la Verónica. Una niña muestra el milagro del paño cuando se sube a las andas del paso y retira con delicadeza el paño que porta la Verónica y lo pasa por el rostro de Jesús para descubrir como ha quedado impreso milagrosamente el rostro del Señor. Finalmente, las localidades de Villavicencio de los Caballeros y Villanueva de Duero esconden semanas santas muy tradicionales y sentidas.

En el caso de primer municipio existen una celebraciones muy peculiares como es la Tercera Orden, que consiste en la representación de la Pasión por los cofrades de San Francisco con calaveras, sogas y coronas escenifican desde el juicio de Poncio Pilato hasta la muerte en la Cruz en el día de Jueves Santo, mientras que el Descendimiento es otra representación del Viernes Santo que sobrecoge a todo aquel que lo contempla, ya que a través de una imagen articulada de Cristo, se muestra como pudo haber sido el paso siguiente a la muerte de Jesús en la Cruz, quitándole el letrero de INRI, la corona de espinas, los diversos clavos y su posterior bajada. En Villanueva de Duero son varios los momentos a destacar de esta Semana de Pasión, como la Procesión del Encuentro del Martes Santo o el desfile procesional de una espectacular talla de Juan de Juni, el Cristo Yacente que sale el Viernes Santo.