La Plataforma por el Soterramiento insiste en una «consulta popular» para que el vecino decida entre las opciones urbanísticas

Los miembros de la Plataforma por el soterramiento del Ferrocarril en Valladolid se han reunido con el Primer Teniente de Alcalde y concejal de Planeamiento Urbanístico y vivienda para hacerle su propuesta de soterramiento. En primer lugar, los miembros de la Plataforma han recordado que las vías del tren que, en su momento, fueron un «importante estímulo para el desarrollo de la ciudad, hoy suponen una barrera física, psicológica y social que excluye a más de 90.000 ciudadanos, generando una desigualdad, impropia de una ciudad moderna, que hace que los barrios de la zona este vengan sufriendo, desde hace años, una degradación constante con el peligro de convertirse en zonas marginales y en auténticos guetos».

Ante esto, el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, defendía y pedía a los intengrandes que «reconozcan la realidad» de los hechos que llevaron a abordar el proyecto de integración ferroviaria, así como la «racionalidad» de las obras que ya están en marcha. Manuel Saravia ha explicado también que propuso a los miembros de los colectivos que el encuentro se celebrara en las proximidades de las obras que se ejecutan para el nuevo túnel entre las calles Labradores y Panaderos y la avenida de Segovia, para que pudiesen ver la obra en marcha, «pero se negaron», según apunta el concejal de Planeamiento Urbanístico.

Los miembros de la Plataforma entienden que desde un gobierno progresista se debe fomentar la «solidaridad» entre los barrios y con los vecinos que viven al otro lado de las vías, acabando con el «muro» que supone el paso del tren por el centro de la ciudad, construyendo una ciudad integradora y compacta donde no haya ciudadanos ni de primera ni de segunda, sino simplemente ciudadanos con igualdad de servicios y derechos, ciudadanos que tienen el derecho a pensar qué modelo de ciudad quieren.

Los miembros de la Plataforma han insistido en que «la propuesta de integración en superficie no resolverá ninguno de los problemas generados por el muro, porque, en ningún caso acabará con la división de la ciudad, ni reducirá los desequilibrios sociales ni mejorará la accesibilidad ni la seguridad de los barrios ni hará de Valladolid una ciudad más ecológica y sostenible». Además, han recordado que son «barrios que han luchado por la igualdad de las mujeres, y piensan que las mujeres de estos barrios y sus hijas no se merecen pasar por esos túneles que nunca superarían un estudio de impacto de género porque generan inseguridad y miedo cuando tienen que cruzarlos todos los días; sobre todo a determinadas horas».

«Son demasiadas décadas de marginación, sin que se haya construido ningún servicio esencial al otro lado del muro, perpetuando una situación que obliga a los vecinos a hacer largos recorridos para llegar a cualquier punto del centro de la ciudad, obligando a muchos vecinos a abandonar esos barrios y que sus hijos tengan que marcharse a vivir a las afueras de Valladolid favoreciendo su despoblación», manifiestan.

Contrariamente a los túneles, han explicado que el soterramiento «resolvería muchos de los problemas sociales generados por las vías del tren, acabando con la marginación, la exclusión y la división, reduciendo las distancias entre las personas y potenciando el reequilibrio de las rentas ayudando a las personas más desfavorecidas».

Los miembros de la Plataforma han pedido al concejal de Planificación urbanística que, si ellos no quieren tomar la decisión de optar por el soterramiento, acepten, por lo menos, tener un «debate claro, objetivo y transparente para que los vecinos conozcan toda la verdad» y, «como corresponde a un verdadero ayuntamiento democrático y participativo, los vecinos puedan decidir libremente qué opción prefieren a través de una consulta popular», tal y como propusieron en su momento.

También han subrayado que el soterramiento «beneficiaría» al conjunto de la ciudad, «impulsando su desarrollo económico, industrial, cultural, turístico, pero sobre todo social y medioambiental, convirtiéndose en el proyecto de movilidad sostenible más importante para todos los ciudadanos», concluyen los defensores.