La economía de Castilla y León experimenta una «desaceleración» en los últimos meses por la agricultura y la caída del consumo de las familias

La economía en Castilla y León ha experimentado en los últimos meses una «desaceleración» en el segundo trimestre de 2023 al registrar un crecimiento tan solo del 2%, ante el 4,6% del primer trimestre, debido a los malos resultados en el sector agrícola y ganadero y a una caída de la demanda interna de las familias. Precisamente, el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ha analizado este lunes la contabilidad regional entre los meses de abril a junio, y además ha destacado que el crecimiento económico en la Comunidad continúa siendo superior al de la media española y europea, siendo «la tercera comunidad con mayor incremento interanual de su producto industrial y la primera en exportaciones». Sin embargo, Carriedo ha reconocido esa «desaceleración» en el ritmo de crecimiento si se compara con lo ocurrido en el primer trimestre del año.

El consejero ha matizado que los datos del primer trimestre «rompieron todas las expectativas» del Ejecutivo autonómico cuando elaboró, con «prudencia», el presupuesto de 2023 en el que contemplaba un crecimiento del 2,6% en el ejercicio y los datos de este segundo trimestre se corresponden más con «aquellas iniciales previsiones». De hecho, el crecimiento global acumulado en ambos trimestres se eleva ahora al 3,3% lo que hace más probable la conclusión del año el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en Castilla y León esté más próximo a ese 2,6% que la Junta de Castilla y León previó inicialmente.

«No es razonable que 2024 caigamos en recesión económica, aunque es cierto que estamos en una fase de desaceleración económica», ha manifestado Fernández Carriedo sobre sus previsiones de cara al próximo ejercicio. Esa desaceleración, con respecto a la oferta, fundamentalmente el crecimiento «negativo» en el sector agrícola y ganadero y por el deterioro de la demanda interna por el consumo de las familias, a causa del poder adquisitivo ante la inflación. Todo ello, guarda relación con una contracción del Valor Añadido Bruto del sector primario, frente a los crecimientos en la industria, servicios y construcción.

Así, el VAB del sector primario de Castilla y León registro en el segundo trimestre de 2023 un descenso interanual del 9,6%, donde decreció en menor medida la producción agrícola y en mayor proporción la ganadera. «Ha sido un resultado malo este año, y ya en el año 2022 fueron también negativos, a diferencia de los buenos datos del 2020 por la buena cosecha», ha especificado el consejero. Por su parte, el VAB industrial aumentó en el segundo trimestre en menor medida que en el periodo anterior, 2,4% y 7,7%, respectivamente, y todavía se mantiene una mayor media que la nacional. El sector de la construcción anotó una variación interanual del 3,3% en el segundo trimestre de 2023, incluso dos décimas más que en el anterior, y por último el VAB del conjunto del sector servicios registró en el segundo trimestre un crecimiento interanual del 2,7%, menos que en el anterior, 5,1%, donde las actividades de comercio, transporte y hostelería crecieron en menor medida que en el periodo precedente por ese «menor consumo de las familias».

Desde el punto de vista de la demanda, en el segundo trimestre de 2023 se registró una menor contribución positiva de la demanda interna al crecimiento del PIB, que pasó de 3,1 a 1,8 puntos porcentuales en este trimestre. La contribución del sector exterior pasó de 1,5 a 0,2 puntos porcentuales en este periodo, donde las exportaciones totales y las importaciones totales registraron «un menor crecimiento» que en el periodo anterior. El gasto en consumo final creció un 1,4% en este segundo trimestre, menos que en el trimestre anterior, 2,7%, resultado del menor crecimiento del gasto en consumo final de los hogares, 0,7% frente al 2,6% del anterior periodo, compensado por aumento del gasto de las Administraciones Públicas en este trimestre, 3,1% frente al 2,9% del primer trimestre.

El sector exterior presentó una contribución positiva de 0,2 puntos al crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año (1,5 p.p. en el periodo anterior), con una desaceleración de las exportaciones totales, del 4,9% al 2,2% en este trimestre, y de las importaciones totales, del 1,9% al 1,7% en el segundo trimestre. «Castilla y León está creciendo a un ritmo del 2% frente a la bajada del 1,8% en España, y la UE está en el 0,5%, pero no nos impide perder de vista que se ha deteriorado el ritmo de crecimiento respecto al trimestre anterior, y el motivo de este deterioro se concentra en la caída de la actividad agrícola y ganadero, si miramos a la oferta, y en la demanda por el consumo de las familias», concluye Carriedo.