Hallan el cadáver de un lobo en «extrañas circunstancias» en la localidad de Montemayor de Pililla

Miembros de la Asociación para la Conservación y Estudio del lobo Ibérico han encontrado recientemente el cadáver de un lobo macho adulto en una superficie forestal en la localidad vallisoletana de Montemayor de Pililla. Tras el hallazgo, se dieron aviso tanto al SEPRONA de la Guardia Civil como a los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, para hacer constar el suceso y a fin de que el cadáver fuera conducido al CRAS de Valladolid para que se le practicara el pertinente informe facultativo de necropsia y determinar las causas de su muerte.

Con este cadáver localizado, según ASCEL, son ya tres al menos los lobos aparecidos muertos en la provincia de Valladolid durante este último año, en «extrañas circunstancias». «Debemos recordar que según trabajos científicos conocidos, el 73% de los 1.023 lobos, cuya causa de mortalidad era conocida en una amplia zona del centro de Castilla y León durante 1970 y 2011, morían por caza ilegal», apuntan desde la asociación. «Este factor, junto con la caza legal -derogada desde la protección nacional del LESRPE en 2021-, posiblemente es el elemento limitador de sus poblaciones», señalan.

Al mismo tiempo desde ASCEL demandan que «la Junta de Castilla y León, inoperante hasta la fecha, lo combata con más medios y recursos. Hay que recordar que desde ya hace dos años, la muerte intencionada de lobos es considerada delito penal, con privación de la libertad de hasta dos años y sanciones económicas de hasta 200.000 euros». Casi todos los especialistas coinciden en que la mortalidad críptica, es mucho mayor que la que se estimaba como caza ilegal o furtivismo, y ésta es la principal causa que incide negativamente en el desarrollo de las poblaciones de lobo en el mundo.

Así en España, desde 1986 hasta el año 2014, fechas entre los dos censos nacionales, las poblaciones de lobos se han mantenido estancadas, incluso habiendo desaparecido como reproductor de comunidades como País Vasco, Extremadura y Andalucía. ASCEL manifiesta su lucha para «consolidar la protección actual de la especie, incrementarla hasta conseguir su inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas y no solo en el LESRPE y que su muerte sea tomada en serio por parte de las administraciones y equiparable a la del resto de especies protegidas, como el oso pardo, el águila imperial y el lince ibérico. En todo caso, exigimos a la Junta que actúe como debe, persiguiendo cualquier acción criminal», sentencian.