El Real Valladolid buscará dar la campanada para despedir un magnífico 2022

La ilusión de las primeras veces, la magia de las grandes citas. La felicidad del reencuentro, la nostalgia de las despedidas. El cariño por los buenos recuerdos. Todos estos sentimientos, y muchos más, se agolparán este viernes 30 de diciembre en el Estadio José Zorrilla, donde el Real Valladolid retoma LaLiga después de 51 días. Lo hará a partir de las 21.30 horas, en el marco de la jornada 15, y recibiendo al Real Madrid, segundo clasificado, y actual campeón de Liga.

El último partido de este 2022, año para celebrar, traerá al templo blanquivioleta a uno de esos equipos plagados de jugadores internacionales, a los que apuntan todos los focos, con gran potencial. Con todo el papel vendido, y ante una familia blanquivioleta fiel y que ha disfrutado muchísimo con el conjunto de Pacheta en los últimos doce meses, el Pucela quiere despedirse en este reencuentro con una victoria. Fácil no va a ser. El Real Madrid es el cuadro más goleador del campeonato, con 33, por los 13 vallisoletanos, y son los segundos que más disparos realizan. Sus 35 puntos lo sitúan en la zona noble, y tan solo ha perdido un encuentro, ante el Rayo Vallecano. Con balón, presentan una media de posesión del 58% y una precisión de pase del 90%.

Datos temibles, sí, que van a chocar con la confianza generada por el Real Valladolid después de una preparación durante el parón por el Mundial que ha hecho al equipo ser mejor. El técnico blanquivioleta valoró el trabajo de los suyos y llega a este partido con esa seguridad en sí mismo y optimismo. Anuar, Olaza y El Yamiq, lesionados, no participaron en la última sesión de trabajo antes del día de partido, mientras que Feddal entrenó hoy junto a sus compañeros.

Si se echa la vista atrás, el balance de visitas del Real Madrid en los últimos tiempos no ha sido bueno y por eso se pretende recuperar viejos tiempos. El último precedente victorioso tuvo lugar en la 2008-09 con 1-0 gracias al gol de Canobbio. El duelo estará arbitrado por Munuera Montero, con Gil Manzano en el VAR.