El patrimonio que viste las calles de Valladolid: estatua de Miguel de Cervantes

El escritor Miguel de Cervantes aguarda uno de los rincones más prestigiosos de la ciudad de Valladolid. Desde finales del siglo XIX, el monumento de Miguel de Cervantes observa cada día la emblemática fachada de la Facultad de Derecho de Valladolid en el corazón de la Plaza de la Universidad. La escultura a uno de los autores más importantes de nuestra literatura forma parte ya de la historia de la ciudad del Pisuerga, pero seguro que muchos no conocen al detalle el origen de esta obra.

Se trata de una escultura conmemorativa, que data de 1877, obra de Nicolás Fernández de Oliva, profesor de escultura de la Escuela de Bellas Artes de Valladolid. Se creó este monumento como tributo a la memoria del escritor, quién residió en Valladolid durante la estancia de la Corte de Felipe II. La ciudad vallisoletana inauguró la escultura de Miguel de Cervantes, en un principio frente a la que fuera su casa en la calle Rastro, pero debido a la urbanización de la zona, en el entorno de la calle Miguel Íscar, en 1889 se trasladó a la que hoy en día es su rincón, la Plaza de la Universidad.

El Monumento a Cervantes fue la primera estatua pública que tuvo Valladolid y la segunda que se dedicó al escritor de ‘El Quijote’ en España. La obra escultórica recrea a Miguel de Cervantes vestido con el traje de la época, con una espada en su cinturón, un libro en la mano izquierda y una pluma en la derecha, que apoya a su vez sobre una columna. La figura del célebre autor está fundida en hierro y está situada sobre un alto pedestal que ostenta una lápida de mármol con la dedicatoria ‘Valladolid a Miguel de Cervantes, vecino de honor de esta capital’.

Previamente a su traslado a la Plaza de la Universidad, la escultura contaba con unos relieves con episodios cervantinos, que se encuentran en el Museo dedicado al escritor, siendo la única casa original que se conserva en España. Y es que no solo la estancia de Miguel de Cervantes ha dejado huella, sino que es probable que en su residencia situada en el antiguo número 9 de la calle Rastro de Valladolid, Cervantes escribiera parte de sus ‘Novelas Ejemplares’, el prólogo de la primera parte de ‘El Quijote’ y que iniciase el borrador de la segunda. Además, la capital vallisoletana atesora otros recuerdos y homenajes a Cervantes con el nombramiento de una Universidad y un colegio en la ciudad.