El Papa bendice a los profesionales y enfermos del Hospital Clínico de Valladolid a petición de un sanitario

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha recibido del nuncio apostólico en España, mons Bernardito C. Auza, la Bendición Apostólica impartida por el papa Francisco a los profesionales y enfermos de la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) del Hospital Clínico de Valladolid, a petición de uno de sus auxiliares de Enfermería, Luis Mariano Rodríguez Cartón.

La solicitud del sanitario, respaldada por el propio arzobispo, ha obtenido la respuesta esperada y el Santo Padre, con un documento en el que se puede leer, «Su santidad el Papa Francisco, acogiendo los manifestados sentimientos de comunión, saluda con afecto a la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) de Valladolid, ya que no hay cosa que más mueva el corazón como la limitación y necesidad de un enfermo, les anima vivamente a mantener, en la atención que dispensan con reconocida responsabilidad, una delicada cercanía humana y cristiana, teniendo en cuenta que en ellos se manifiesta la carne sufriente de Cristo».

Pide que le tengan también en cuenta en sus oraciones, «el Santo Padre, invocando la protección de la bienaventurada Virgen María, que en estos días contemplamos en Belén acudiendo a la necesidad de su Hijo, que por amor asume nuestra condición humana, les imparte la implorada bendición apostólica, prenda de escogidas gracias del Señor, a los pacientes y a cuantos les prestan su imprescindible servicio con cumplido celo en el postoperatorio».

«Felicité las navidades al Nuncio y al Santo Padre, como hago cada año, y me pareció una iniciativa bonita solicitar la Bendición Apostólica para el equipo de la unidad en la que trabajo, donde vienen los pacientes después de ser operados, que sería un magnífico regalo de Navidad para todos: auxiliares, celedores, médicos, enfermeros, enfermos», explica Luis Mariano Rodríguez.

El sanitario reconoce que, cuando recibió la llamada del Arzobispado no se lo podía creer, «se me pusieron los pelos de punta… Y luego, cuando me la entregó el propio azobispo… La verdad es que me sentí muy halagado y agradecido. En los pacientes es donde se vé la verdadera Pasión de Cristo, y esto ha sido un rayo de luz».