El Museo Nacional de Escultura se convierte desde hoy en el primer museo español que se establece como Punto Violeta. Se trata de un instrumento impulsado por el Ministerio de Igualdad para implicar al conjunto de la sociedad en la lucha contra la violencia machista y extender la información necesaria para saber cómo actuar ante un caso de violencia contra las mujeres. Como organismo público adherido, desde este viernes el Museo Nacional de Escultura dispone en todas sus sedes de un distintivo adhesivo con un código QR vinculado a la ‘Guía Punto Violeta para actuar frente a la Violencia Machista’, que tiene como objetivo señalar que ese espacio es un lugar seguro para las víctimas, donde pueden recibir información y acompañamiento si lo necesitan.
La subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, la subdirectora general de Museos Estatales, Mercedes Roldán, y el director del Museo Nacional de Escultura, Alejandro Nuevo, han sido los encargados de presentar esta iniciativa. Para poder cumplir con este nuevo cometido, en coordinación con la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, el Museo Nacional de Escultura ha ofrecido a su personal sesiones de formación durante el mes de noviembre para identificar situaciones de violencia de género. De esta manera, el museo vallisoletano avanza en dar cumplimiento a una de las líneas de su Plan Estratégico 2023-2026, que contempla como uno de sus proyectos específicos el desarrollo de la estrategia de género llevada a cabo por la institución.
El Museo Nacional de Escultura se une así a otras instituciones, empresas y organismos que ya actúan como Punto Violeta, afianzando una red cada vez más amplia en la ciudad de Valladolid. La Subdelegación del Gobierno en Valladolid recuerda que los Puntos Violeta son lugares «seguros» a los que una mujer puede acudir en caso de sentirse acosada, presionada o si es víctima de agresiones, y al que dirigirse para reportar agresiones y aclarar dudas. Se trata de un instrumento promovido desde 2021 por el Ministerio de Igualdad para implicar al conjunto de la sociedad en la lucha contra la violencia de género y extender, de forma masiva, la información necesaria para saber cómo actuar ante un caso de violencia machista.
La violencia machista no es un asunto privado, sino que se trata de un problema estructural y social de primer orden. Por ello, resulta necesaria la implicación del conjunto de la sociedad para acabar con ella puesto que cada persona debe ser un agente activo de lucha contra la violencia, ayudando a detectarla y acompañando a las víctimas.
