El desacierto frena las aspiraciones del Pucela Basket en la cancha del colíder

Cabeza alta tras la derrota en Andorra. El Real Valladolid Baloncesto cayó en la cancha del MoraBanc después de un encuentro igualado y competido que no se rompió hasta los últimos tres minutos. Los de Paco García, víctimas del desacierto en triples (8/30), compitieron de tú a tú ante el colíder en un partido que solo se rompió en los últimos minutos y que pone fin a la racha de cuatro triunfos consecutivos.

Eso sí, el gran candidato al ascenso directo tuvo que trabajarse el partido ante el cuadro pucelano. Sin complejos salió el Pucela Basket en Andorra, pero el acierto no acompañó en las primeras posesiones. Erráticos, muy erráticos a pesar del buen movimiento de balón, los vallisoletanos sufrieron la mejor salida del MoraBanc. Dos triples de un certero Johnny Dee pusieron en liza a los del Principado con un 12-4, pero el cuadro visitante no se descompuso.

Los blanquivioleta se ciñeron al plan y apretaron atrás para no descolgarse del partido. Cerrada la canasta, tocaba encontrar soluciones en ataque para romper el cerrojo tricolor, algo que lograron Gantt y Pantzar partiendo desde el banco. Un triple del floridano y un ‘2+1’ del sueco apagaron el primer fuego y el Real Valladolid Baloncesto levantó esa desventaja para empatar la contienda (15-15). El primer acto, sin embargo, concluyó 18-18 tras otros tres puntos de Dee, el tercero en su cuenta particular, y otro de Sergio de la Fuente desde su propio campo y sobre la bocina. El duelo prometía y discurría por los cauces esperados.

La mejor noticia para los de Paco García radicaba en que, a pesar del desacierto general con 2/7 en triples y 2/6 en tiros libres, los suyos estaban ahí, siguiendo el plan de partido y no permitiendo grandes parciales. Además, la segunda falta personal de Marin Maric lo mandaba de vuelta al banquillo, sumando un problema más para los de Natxo Lezkano. La peor, no obstante, seguía siendo Johnny Dee. El norteamericano se fue hasta los 5/5 en triples, sin fallo, y 21 de los 30 puntos que llevaba MoraBanc Andorra, pero ni siquiera eso bastaba para dejar atrás al Pucela.

Con paciencia, carácter y confianza, el conjunto vallisoletano estaba sosteniendo al colíder. Y es que, salvo anotar desde la larga distancia, el cuadro de Paco García estaba haciéndolo todo bien en el Principado: buena defensa, dominio del rebote y fluidez en ataque. Esa actuación no servía para ponerse por delante en ningún momento, pero sí para incomodar a todo un MoraBanc Andorra que alcanzó el descanso con ventaja (41-34) después de un último estirón propiciado por el bonus visitante. El cuadro blanquivioleta, a vestuarios después de 20 mirándole a la cara a uno de los grandes candidatos al ascenso directo.

Con un 3/11 desde el triple, el Real Valladolid Baloncesto se veía lastrado por la falta de acierto, a pesar de que muchos de esos lanzamientos llegaban en buenas situaciones. En esa misma faceta, los de Natxo Lezkano firmaban 7/11, marcando las diferencias solo en ese apartado. Los números ratificaban ese buen trabajo coral y general de los blanquivioleta, aunque a los de Paco García les faltaba esa pizca de puntería, de lucidez, para poder hacer más daño al cuadro andorrano.

Fue precisamente, desde la larga distancia, donde llegó el primer golpe de la segunda parte. El internacional sueco Czerapowicz se unió a la fiesta un triple (44-34), pero, nuevamente, el Real Valladolid Baloncesto lo encajó bien. Los del Pisuerga dieron respondieron con un parcial de 0-7, demostrando personalidad, pero los de Natxo Lezkano replicaron tirando de fondo de armario.

MoraBanc Andorra, el mejor ataque y la mejor plantilla de la categoría, lo es por algo. Czerapowicz apagó la reacción visitante en un visto y no visto y el conjunto tricolor fue rompiendo el partido poco a poco. La diferencia creció hasta los 15 puntos obligando a Paco García a pedir tiempo muerto. El técnico ajustó el planteamiento y el Real Valladolid Baloncesto regresó a pista con una zona que colapsó temporalmente al cuadro local (61-51), aunque el desacierto en el triple seguía lastrando a las ardillas. Después de probar también la presión a todo el campo y buscar un golpe de efecto táctico, algo logrado parcialmente, el tercer cuarto finalizó 68-54.

Pero la gasolina estaba cada vez más justa. La fortaleza mental del Pucela Basket no permitió al MoraBanc Andorra romper el partido y aguardó con personalidad el momento, pero este no llegó. Los de Natxo Lezkano, sin bajar un ápice de acierto, mantuvieron la ventaja en todo momento y fueron desgastando a los blanquivioleta, cada vez con menos tiempo y margen. Pero las ardillas, reacias a dejarse ir, aguantaron y resistieron hasta los compases finales.

La experiencia y la seriedad del equipo tricolor no permitieron que les abordaran las dudas o la zozobra por no haber sentenciado aún y el conjunto del Principado, finalmente y tras muchos intentos, abrió brecha y terminó de cerrar el partido. Un triple de Johnny Dee, el enésimo -séptimo, para ser más precisos-, catalizó al conjunto andorrano y éste, sin piedad, hizo caja en los últimos dos minutos. La desventaja terminó en 24 puntos con el resultado final de 94-70 cerrando un marcador engañoso y demasiado abultado para la labor de los vallisoletanos y que se engrosó en la recta final del partido.