Educación premia a @kompañ-ARTE, el programa que atiende a adolescentes con problemas en el CEAS de Portillo

La comisión de Valoración del VI Concurso de Buenas Prácticas Municipales en la prevención e intervención frente al absentismo y en la mejora de la Convivencia Escolar, que convocan conjuntamente la FEMP y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, ha concedido uno de los premios de 2021 al programa Proyecto de mentoría social @kompañ-ARTE de la Diputación de Valladolid.

El proyecto @kompañ-ARTE que desarrolla el CEAS de Portillo, consiste en la realización de talleres grupales y mentorías individuales dirigidas a grupos de adolescentes de ambos sexos seleccionados por el CEAS e instituto de la zona, en virtud de sus especiales características de conductas disruptivas y problemas familiares de diversa índole: bajo rendimiento escolar, abandono escolar temprano, consumos de sustancias tóxicas, conductas desafiantes y violentas, etc.

Las situaciones que se atienden, dirigidas a menores en clara situación de riesgo, responden a unas necesidades puntuales que surgen durante el curso escolar y que, como consecuencia de la pandemia, se han ido agravando en los últimos meses. El objetivo es prevenir y/o mitigar las consecuencias en el proyecto vital de estos menores y concluir con una posibilidad de mejora en su ciclo de vida en un momento del desarrollo crucial para su futuro.

El programa, de nueve meses de duración y que tiene prevista su finalización en febrero de este año, se está desarrollando con jóvenes de Aldeamayor de San Martín y el presupuesto del programa es de 11.000 euros. Teniendo en cuenta el éxito en la evaluación del planteamiento, se pretende hacer extensiva a toda la provincia la mentoría social. El proyecto actual se está desarrollando con dos grupos, uno de adolescentes de entre 12 y 15 años, con 15 participantes, 9 chicas y 6 chicos, y un segundo grupo con 11 jóvenes de entre 16 y 19 años, 5 chicas y 6 chicos.

El proyecto comenzó en 2015 con un primer grupo que aún permanece vinculado al proyecto y con motivación por continuar la actividad grupal, aunque en un formato que se adapta a su edad y nuevas circunstancias. Este grupo ha permanecido en el tiempo y ha formado parte del proyecto, manteniendo un vínculo real con los grupos nuevos y con el educador. Aunque no han desarrollado un calendario propio y regular, sí han colaborado en aquellas actividades en las que su presencia encajaba, pero siempre sin restar protagonismo.

La importancia de este grupo radica en que, con él, se establece una inercia grupal de cara al futuro: tres generaciones organizándose en paralelo, una relevando a la otra. Dadas las características de la población diana, se plantea dar continuidad al proyecto piloto ya que la problemática asociada a este grupo de menores hace inviable finalizar la intervención en tan escaso tiempo. Además, el éxito del proyecto radica en dotar de estabilidad a las distintas actividades para alcanzar los objetivos previstos o deseados.

Por otro lado, desde la Diputación de Valladolid se está planteando trabajar con Proyectos de vida, lo que requiere de una continuidad que permita introducir verdaderos cambios y sinergias, lo que requerirá de más tiempo de trabajo.