Estamos en plena época navideña y estos días muchos se van a casa de los hijos o al pueblo a pasar las fiestas con la familia. Pero cuando regresen en enero les estará esperando su lugar de encuentro y reunión con otras personas con las que comparten aficiones, charlas, y que ya a día de hoy son compañeros de vida. Es su segunda casa. Alrededor de 300 personas disfrutan a diario de los servicios e instalaciones del Centro de Vida Activa de San Juan, un espacio en el que pueden relacionarse con otras personas, practicar lo que hoy se llama el envejecimiento activo, y sobre todo, evitar caer en la soledad no deseada. Las personas mayores de Valladolid cuentan con una amplia Red de Centros de Vida Activa, concretamente doce, distribuidos por los barrios de la ciudad para que todos los vecinos mayores de 65 años puedan disfrutar de las ventajas de sumarse a lo que puede considerarse una segunda familia.
Son las 10.00 horas de la mañana, y aunque estamos en fiestas navideñas, y la afluencia es más escasa, entran dos hombres abrigados con una bufanda y gorro al CVA San Juan, situado en la calle Santa Lucía 32, a tomarse un café y leer el periódico. Otro llega con un poco más de dificultad hasta la puerta del centro y mira con atención los carteles que indican cuando se retoma la programación de actividades y talleres. Una mujer de poco más de 70 años llega a la puerta del centro mientras espera a su amiga para desayunar un café con tostadas y partir hacia la calle Santiago a hacer sus últimas compras navideñas. Ambas se abrazan al verse y están deseado que se retomen en enero las clases de informática, yoga, bolillos o rummy para volver a la rutina que tanto les gusta. Estamos hablando de vallisoletanos que no quieren perder su actividad al llegar a la jubilación para evitar así encerrarse en casa y aprovechar su tiempo libre. Las personas mayores cada vez son más jóvenes, y precisamente, son ellas mismas las que buscan un lugar para pasar sus mañanas y tardes realizando labores y actividades que siempre les han gustado o les despiertan curiosidad.
Desde la Concejalía de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid tienen clara su apuesta y buen funcionamiento de los Centros de Vida Activa para que las personas tengan una actividad que les permita mantenerse activos hasta una edad en la que necesiten mayor ayuda. «Los CVA son un lugar de encuentro de todas las personas mayores en unos espacios que cuentan con gran variedad de actividades para que todo el mundo pueda tener cabida en los mismos», apunta el concejal del Área, Rodrigo Nieto, en una entrevista con Valladolid Plural. Durante la conversación, el edil mencionaba a todas personas que acuden a los centros con diferentes ideas y quehaceres. «Desde los que van a jugar la partida por las tardes o a jugar al billar por la mañana hasta el que va a hacer psicomotricidad, gimnasia, rummy o poesía«, indica Nieto. Sin ir más lejos, todos los centros de Valladolid ya cuentan con su nueva programación para el primer trimestre de 2024 con un calendario de charlas, talleres o actividades que están impartidas por profesionales o por la cartera de 350 voluntarios que cuenta la red, que no son más que personas usuarias del propio centro y que son ellos mismos quienes imparten los talleres para sus compañeros.
La demanda de estos centros en Valladolid es cada vez mayor, no solo por las ventajas y calidad de estos espacios sino también por el nivel de envejecimiento de la población vallisoletana. Por ello, el Ayuntamiento tiene la intención en un futuro próximo de abrir un nuevo Centro de Vida Activa en la zona centro puesto que «es necesario ampliar estas instalaciones para que tenga cabida la población mayor que encontramos en estos barrios de la ciudad», explica el concejal de Personas Mayores. En los Presupuestos de 2024 se refleja ya una inversión para los inicios de este proyecto del nuevo Centro de Vida Activa que estará situado en la calle José María Lacort para el disfrute de personas que a día de hoy quieran acceder a estos servicios y no tengan plaza. Pero la red no solo cuenta con lo que conocemos como Centro de Día, sino que existen cinco centros municipales que tienen disponible un servicio de estancias diurnas para todas las personas usuarias que lo necesiten, y desde el Consistorio se trabaja en implantar el sistema nocturno en La Victoria «ante las necesidades del propio barrio».
Pero las ventajas de acudir a los Centros de Vida Activa solo nos las pueden contar sus propios usuarios. Nada más entrar por la puerta principal del Centro de San Juan su directora Berta Martínez nos recibe con los brazos abiertos y una gran sonrisa para presentarnos a todas las personas que a diario disfrutan de los servicios del centro municipal. Por el pasillo nos cruzamos ya con Miguel Gerardo Martínez, de 80 años, y sin dudarlo nos cuenta que le gusta mucho acudir al centro porque «te entretienes y pasas el rato». «La gente mayor que ya no tenemos obligaciones, aquí podemos pasar el día. Suelo venir por las mañana a leer la prensa, me tomo un café, charlo con alguien un rato y me gusta mucho hacer alguna actividad para trabajar la mente (ríe) por eso me apunto a informática o a memoria», nos cuenta. También vemos nada más abrir la puerta de la biblioteca, que bajo la gran estantería de libros se encuentra un hombre con un periódico a un lado y otro con un libro de poesía.
Antonio Sáenz, de 83 años, levanta la mirada de las noticias y nos reconoce que «es un sitio muy bueno para nosotros». «Vengo todas las mañanas y paso un buen rato en la biblioteca leyendo, y por ejemplo ahora estoy con una colección de libros de historia. Pero también me gusta venir alguna tarde y paso el rato con alguien hablando un poco de todo«, nos relata Antonio. Su lugar favorito es sin duda la biblioteca, una estancia a la que acude a diario, aunque para él le gustaría que fuera aún más grande para que pudiera entrar más gente y también más estanterías con libros. Una de las salas que más magia tiene en el Centro de Vida Activa San Juan es la de exposiciones, allí nos está esperando Estefanía Martín, una de las voluntarias que hace realidad el sinfín de actividades y citas que se llevan a cabo para el disfrute de los mayores. Ella es la ‘maestra’ de rummy, pirograbado o mandalas, un día a día muy ajetreado pero que cada vez le resulta más gratificante.
«Tengo un grupo de mujeres que son válidas y activas para hacer las actividades, pero también hay personas que tienen más dificultades y el ver que tienen ganas de intentarlo y de venir a compartir su día con el resto te llega al corazón«, nos confiesa Estefanía. Ella misma también nos cuenta que «vine como voluntaria y paso en el centro la mayor parte del día, y aunque no me paguen con dinero -como me dice mucha gente-, a mí me pagan emocionalmente, que es más importante». Otras de las experiencias que conocemos en el CVA San Juan es la de Octaviano Rodríguez, usuario y voluntario del Consejo de Personas Mayores, quien organiza y prepara las excursiones en el centro, pero que también está dispuesto a realizar cualquier labor que se necesite. Sin ir más lejos, el día que le conocimos estaba ayudando en la conserjería y en la cabina nos atendió con la mejor de sus sonrisas. «El centro es una maravilla para que la gente mayor se relacione. Yo soy muy partidario de que los centros tengan una cafetería porque es la manera de que muchas personas se animen a venir y a conocer qué pueden hacer en el centro. Se toman un café y ya preguntan al resto», expone Octaviano.
Pero si algo puede resumir la experiencia de un usuario del Centro de Vida Activa en Valladolid es una frase de Octaviano. «Venir aquí te cambia la vida por completo», estas palabras las comparten todos las personas que acuden a este espacio o al resto ubicados por la ciudad. «Aquí nos miman y nos cuidan día a día porque mucha gente cuando se jubila se le cae todo encima y no sabe qué hacer para seguir estando activo», manifiesta. Por ello, los Centros de Vida Activa son el espacio ‘vitamina’ para que las personas mayores continúen con su proyecto de vida y puedan encontrarse con nuevas personas, pero también con los conocidos del barrio de toda la vida. Teniendo en cuenta que el 28% de la población de Valladolid es mayor de 65 años, la demanda de estos centros es muy elevada, pero la ventaja es que cualquier persona, que esté empadronada o no en Valladolid, puede disfrutar de las instalaciones para poder tomarse un café y charlar, pero sí que los talleres tienen lista de espera. Esto demuestra también el buen funcionamiento y aceptación que tiene su actividad por parte de los usuarios.
Por último, la directora del Centro de Vida Activa San Juan de Valladolid, Berta Martínez, nos abre su despacho para atendernos y mostrar el amplio abanico de posibilidades que tienen las personas mayores en este centro. «Nuestro día a día es bastante dinámico. Abrimos a las 09.00 horas y ya tenemos siempre a gente esperando fuera. Ofrecemos planes para promover un envejecimiento activo y saludable con opciones de ocio y cultura, aprendizaje a lo largo de la vida o incluso deporte. La gente viene aquí con el pretexto de salir de casa, sociabilizar y estar en contacto con las personas para prevenir situaciones de soledad no deseada que es uno de los puntos fuertes en los que trabajamos desde los centros», subraya la responsable. Además, todos los profesionales de los Centros de Vida Activa realizan una labor social imprescindible en la rutina de los usuarios, y para Berta Martínez lo más «grato» es escuchar a las personas decir que «les ha cambiado la vida y están felices cada vez que entran por la puerta del centro».
Sin embargo, añadido a esto, desde el Ayuntamiento de Valladolid no solo promueven la asistencia a los Centros de Vida Activa, sino que duplican esfuerzos para tener una completa ayuda a las personas mayores fuera y dentro de sus hogares. Es el caso de la Ayuda a Domicilio, un servicio al que la Concejalía de Personas Mayores destinará 70 millones de euros este próximo año para dar «cobertura» a las personas con mayores dificultades en sus casas, que son casi 6.500 usuarios en la ciudad del Pisuerga. Con todas las medidas y servicios sociales destinadas principalmente a los mayores, el concejal responsable, Rodrigo Nieto, tienen claro que «todo lo que se haga va a ser insuficiente. Tenemos una deuda con todos nuestros mayores puesto que han sido ellos quienes nos han dado todas las oportunidades, libertades y derechos que tenemos, y nosotros ahora también tenemos que cuidar de ellos por la situación actual y devolverles todo eso que nos han dado», concluye el edil.