CCOO exige que los comedores escolares ofrezcan una dieta rica y variada con productos frescos y sostenibles

El Sindicato de Enseñanza de CCOO en Valladolid acaba de poner en marcha la campaña “Alimenta la pública, Aliméntate en la pública”, en favor de la cocina de proximidad y en defensa de los comedores de gestión pública. CCOO exige a la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León garantizar el derecho a una alimentación de calidad, aspecto claramente recogido en la Declaración de los Derechos Humanos. “A nuestro juicio la Administración autonómica la pone en cuestión al privatizar este servicio. De ahí la necesidad de activar esta campaña”, señalan nuestros compañeros y compañeras de Enseñanza.

Desde CCOO Enseñanza defienden la importancia de sostener un sistema público que garantice el alimento en la educación pública; esto dice mucho de nosotros y nosotras, por ello, en el sindicato creemos que es el momento de garantizar el derecho humano a una alimentación de calidad. Esta es la razón por la que, desde el sindicato y en colaboración con la sociedad civil, lanzamos la campaña “Alimenta la pública, Aliméntate en la pública”. Esta campaña se articula en seis ejes esenciales: Recuperar la función pedagógica del comedor escolar y garantía Social, ya que para el alumnado más vulnerable supone garantizar una ingesta diaria. Por otro lado, redistribución social, ayudando a la fijación de empleo de CALIDAD en el mundo rural, con salarios que permitan un desarrollo de vida y reversión a cocinas públicas y eliminación de la línea fría. Por último mejora del Medio Ambiente y consumir productos de calidad, apostando por productos frescos, sostenibles y de kilómetro 0, y ayudando a los pequeños y medianos productores de la zona.

Desde el Sindicato de Enseñanza de Valladolid piensan que la Administración debe asumir la responsabilidad del servicio que ofrece, para ello proponemos que vise los menús ofertados; centralice y evalúe las quejas de los usuarios; inspeccione periódicamente su salud; mejore el control sanitario y nutricional de los alimentos; publique el resultado de sus inspecciones sanitarias; se finalice con las cocinas de línea fría; introduzca cláusulas medioambientales y en favor de los pequeños comercios locales en los pliegos de contratación; que se aumenten los salarios de los trabajadores de comedores y en especial el de las monitoras; y por último, se realice un plan de reversión de la actual privatización a un sistema de gestión pública que garantice todos los derechos de usuarios y trabajadores.

El presente curso escolar 2021-2022 no es un curso cualquiera para las personas trabajadoras y el alumnado de educación en Castilla y León. En este ejercicio educativo comienza un proceso de revisión y/o suspensión de la gestión de las empresas privadas en los comedores escolares de Castilla y de León, y algo que parece baladí o un mero trámite administrativo, determina sustancialmente el futuro de la salud de toda una nueva generación.

En la provincia de Valladolid son más de 11.500 niños los que van a estos comedores, y en la mayoría de los casos la privatización de este servicio básico pone en jaque la calidad alimentaria que reciben. Los comedores son una pieza clave para sensibilizar a las personas como futuras consumidoras y productoras, promover hábitos de alimentación saludables y prevenir la obesidad y otras enfermedades. El modelo actual nos desliga de la Tierra, de la cultura alimentaria y de la tradición gastronómica, y convierte la alimentación escolar en un negocio de “clientes cautivos”. En pocos años se ha pasado de consumir alimentos locales, elaborados in situ, a comer productos llegados de cualquier rincón del mundo, con el correspondiente, a nuestro juicio, deterioro de calidad. Esto es consecuencia de primar el beneficio empresarial por encima de otras consideraciones.