Castilla y León pilota un proyecto para proteger al aguilucho cenizo como antesala del futuro plan de conservación de la especie

La Consejería de Medio ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha iniciado este año el proyecto ‘Actuaciones de conservación del aguilucho cenizo y otras aves esteparias en Castilla y León 2023-2025’, con un presupuesto de 362.835 euros, financiado por los fondos Next-Generation UE, orientado a la localización y conservación de nidos de estas especies en cultivos agrícolas. El objeto fundamental de este proyecto, que se desarrollará en tres campañas, es la reducción de la incidencia de ciertas actividades agrícolas -como siega en verde o cosecha temprana de cereal-, coincidentes con el periodo reproductor de los aguiluchos y otras especies ligadas a medios agrícolas, con el fin de incrementar el número de pollos que vuelan anualmente.

Esta campaña de conservación de los aguiluchos en Castilla y León se está realizando en distintas zonas de las provincias de Ávila, Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora, en colaboración con las ONG locales Acenva, en la provincia de Valladolid, y SEO/BirdLife en virtud del convenio firmado, con el objetivo de prestar apoyo, colaboración y coordinación en los trabajos de cada una de las tres entidades. Mediante este proyecto de conservación se pretende reducir la mortalidad directa asociada a las labores de siega y cosecha, localizando los nidos de esta especie a lo largo de los meses de abril, mayo y junio para, en caso necesario, desarrollar actuaciones de conservación de estos nidos, fundamentados principalmente en establecer acuerdos voluntarios de custodia con los agricultores de las parcelas que los albergan, así como en retrasar la cosecha o reservar distintos tipos de rodales sin segar en torno a los nidos.

En aquellos nidos que por extrema vulnerabilidad así lo precisen, los huevos o pollos han sido trasladados a los Centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León (CRAS) hasta su completo desarrollo, momento en el cual serán liberados en la zona donde fueron retirados. Además de localizar los nidos, los equipos de trabajo establecen también relaciones directas con los agricultores y conductores de cosechadoras, informándoles de la situación de la especie y de cómo actuar en caso de detectar un nido durante sus trabajos habituales, con el fin de incrementar la supervivencia de los pollos. Estas actuaciones, junto con el desarrollo de adecuadas medidas agroambientales, se presentan como fundamentales para poder conservar las poblaciones de esta especie, pudiendo beneficiar a todas las especies ligadas a los medios agrarios donde se desarrollan.

Las zonas de trabajo seleccionadas este primer año en la provincia de Valladolid son los Páramos y campiñas del centro de Valladolid y Tierras de Medina; en la provincia de Ávila distintas zonas de la comarca de La Moraña; Campos Norte en la provincia de Palencia; en la orovincia de Salamanca las comarcas de La Armuña, Campo de Peñaranda, Campos de Alba y Campo Charro; la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila en Zamora; y distintas zonas de la campiña segoviana. De forma complementaria, aquellos nidos en situación de riesgo para el buen desarrollo de los pollos que sean detectados por parte del personal de los agentes medioambientales y celadores en los trabajos diarios dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, fuera de estas zonas seleccionadas, también se beneficiarán de las actuaciones de conservación planteadas.

El Gobierno autonómico espera que este proyecto pueda servir de experiencia piloto para futuras labores de conservación de la especie a una escala mayor, incluyéndose estas actuaciones en el futuro plan que se está elaborando con esta finalidad. Por ello, el objetivo de la Consejería ha sido establecer y definir los cauces de coordinación y colaboración con las ONG, definiendo un plan de trabajo común y el apoyo entre los diferentes actores. Los trabajos han consistido en la localización de nidos de estas especies durante la primavera y los primeros días del verano de principios de mayo a mediados de julio, en áreas con importantes poblaciones de la especie y con problemas de conservación a causa de las tempranas fechas de cosecha habituales, para, en caso necesario, desarrollar actuaciones de conservación de estos nidos. Durante estos trabajos se han detectado un mínimo de 345 nidos, 303 de aguilucho cenizo, 31 de aguilucho pálido y 11 de aguilucho lagunero.

Las actuaciones de conservación desarrolladas han sido el establecimiento de 67 acuerdos voluntarios de custodia del territorio con los agricultores, en los que se incluyen un total de 12 retrasos parciales de cosecha con 42,1 hectáreas; 87 rodales de gran tamaño en torno a los nidos, con una superficie mínima de 625 metros cuadrados y 31,1 hectáreas; y cuatro cercones de protección de aproximadamente 25 metros cuadrados, beneficiando a un total de 87 nidos, 78 de aguilucho cenizo y 9 de aguilucho pálido.

El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que este viernes ha asistido a la suelta de aguiluchos en la localidad vallisoletana de Valoria la Buena, ha agradecido la colaboración de las entidades firmantes del acuerdo, Acenva y SEO-Bird Life, pero también ha destacado la importancia de la implicación de los agricultores en cuyas tierras anidan estas aves, perimetrando los nidos y evitando cosechar en esas zonas. «Este convenio es un ejemplo más de la colaboración público-privada, que cuenta con la aportación económica de la Junta de Castilla y León, con el trabajo de los técnicos, complementado con las aportaciones de las organizaciones ACENVA y SEO-Bird Life y con los propios agricultores que velan también por la conservación y protección de un ave tan singular como es el aguilucho», destacó.