‘Caldo de la abuela’, la nueva exposición de Galerías VA que reivindica lo cotidiano y los lazos familiares

El nuevo espacio de creación y cultura comunitaria Galerías VA, acoge desde este sábado la exposición ‘Caldo de la abuela’ de la residente Marta Amorós (Madrid, 1988), artista y profesora afincada recientemente en Valladolid. Licenciada en Bellas Artes, ha recibido el Primer Premio Fundación Amigos de Madrid (2009) y las becas de Ayllón y Albarracín (ambas en 2010), así como ha completado su formación artística en la Universität der Künste de Berlín (2012). En los últimos años, ha compaginado su labor creativa con la docencia en prestigiosos centros educativos de Madrid. Actualmente, desarrolla su negocio online como residente en las Galerías VA. La exposición ‘Caldo de la abuela’ consta de una serie de 14 cuadros de varios tamaños (de 46×33 cm a 116×81 cm) de acrílico sobre lienzo, y se podrá ver en Galerías VA (Antiguas Galerías López Gómez) hasta el 29 de enero.

La reivindicación de lo cotidiano y de los lazos familiares son los dos motores de la exposición ‘Caldo de la abuela’, de la artista madrileña Marta Amorós. Un recorrido visual y sensorial a través de la receta de un plato que podríamos encontrar en todas las casas y que nos retrotrae a un lugar mil veces descrito, pero nunca del todo retratado, nuestro propio hogar.

Los catorce cuadros, de diversos tamaños y con una paleta de colores intensa y original, nos muestran una receta paso a paso que es, en palabras de su autora, «una metáfora de su vivencia familiar y un intento de mostrar esa experiencia con todos sus matices, luces y sombras». Este proyecto nació en enero de 2020 y se desarrolló en los meses más duros de la pandemia. Una serie de cuadros autofinanciada que reclama el valor de esas pequeñas-grandes historias de nuestra vida diaria. «Quería compartir mi experiencia a través de lo casero», asegura Amorós. Para esta receta se han escogido ingredientes vitales de primera calidad, las muchas potencialidades y la promesa infinita que era Berlín, el claroscuro de la situación de nuestro país y la decisión desde las entrañas de volver a España, y el mimo de elegir y labrar la tierra en la que sembrar.

Ollas, cucharas, verduras y carnes salpican estas catorce pinturas que suponen la primera creación personal de la autora, ya que es un proyecto «elegido de principio a fin, concebido de manera integral e involucrándome en cada parte del proceso». En definitiva, ‘Caldo de la abuela’ es una muestra de pintura «cocinada a fuego lento, fruto de un intenso trabajo introspectivo y que nos traslada la experiencia de una década de vivencias».