Derrota doblemente dolorosa del Real Valladolid Baloncesto, que vio vista frenada en seco su escapada de los puestos de descenso. En un duelo clave y que podía suponer dar un paso de gigante hacia el objetivo, los pucelanos cayeron ante el Grupo Alega Cantabria y en lugar de avanzar, dieron un paso hacia atrás tras un encuentro muy físico, de un enorme nivel de contactos, poco acierto de los locales y marcado por un último cuarto en el que se vieron superados por los cántabros. En un duelo directo y que se iba a decidir en lo pasional, los vallisoletanos no tuvieron las piernas o la claridad suficiente para templarse y acertar en las posesiones críticas del encuentro. Porque Agustí Sans se medía al que fue su equipo durante tres temporadas, porque Lolo Encinas regresaba a Pisuerga, la que fuera su casa hace unos meses, Belemene Atencia, por no hablar de la igualdad clasificatoria entre ambos y con la permanencia en juego.
Mucho en juego y sensaciones a flor de piel en un cóctel explosivo para el cual el mejor antídoto iba a ser el ceñirse estrictamente a un plan, tener la sangre fría y competir desde el pragmatismo. Lo hizo durante buena parte del choque el RVB, pero no remató la faena. Spencer Littleson, la principal amenaza de los cántabros, comenzó la contienda capitalizando las acciones rivales y anotando para otorgarles el mando. El norteamericano abrió el duelo con un triple, que tuvo la réplica de Demers desde la esquina y una nueva respuesta del foráneo Reggie Johnson. Un 3-6 de salida, hasta que el artillero visitante también empezó a encontrar el aro y distanció al cuadro de Torrelavega. Con un altísimo nivel físico y de contactos en los primeros minutos de juego, los visitantes dominaron en los primeros compases, pero poco a poco se fue adaptando el Pucela Basket. Así, el trascendental choque entró en un carrusel de triples para unos y otros, con el RVB entrando de lleno al baloncesto alegre y con sello de Lolo Encinas, y ganando en ese terreno. De hecho, los de Iñaki Martín subieron marchas y velocidad para golpear con un parcial de 10-0 que obligó al técnico donostiarra a pedir el primer tiempo muerto del partido (20-15).
Sin apenas puntos en el último minuto, el cuarto inaugural se cerró con un ajustado 20-17. Desde el tiempo muerto inició una nueva reacción el cuadro norteño, que fue capaz de bajar el ritmo del partido e imponerse en el juego estático. Pero también de correr cuando tocaba y castigar en transición. En ese contexto apareció el expucelano Hansel Atencia, experto a campo abierto, para clavar dos triples y un dos más uno que confirmó el cambio de guion con el 23-31. Ahora fue el turno del técnico blanquivioleta Iñaki Martín de pedir tiempo muerto y buscarle un golpe de efecto desde el banco porque los cántabros amenazaban con la escapada. Juan García-Abril regresó a pista y se emparejó con el base colombiano, frenando su momentum y buscando su superioridad física cerca del aro para meter a los de Torrelavega en bonus. Ahí comenzó a sumar con cuentagotas el Real Valladolid Baloncesto, con la aportación de un sublime Mike Torres, el ‘5’ de las ardillas y Shemar Wilson para recortar parte de la desventaja antes de alcanzar el descanso con el 35-40 en el marcador.
El partido iba a ser a cara de perro y bien podía decidir una permanencia, lo que hizo que la tensión fuese in crescendo con el paso de los minutos. No así el acierto de un RVB errático y atascado. Sin puntería desde el triple ni desde el tiro libre, hasta siete perdonados al descanso que bien podrían cambiar el sino del partido, a los de Iñaki Martín se les atragantó el inicio de la segunda parte. Cantabria, más fino y con un sobresaliente nivel defensivo, aprovechó la falta de acierto del Pucela para escaparse de nuevo hasta un peligroso +8 con un 39-47, que obligó al preparador local a pedir tiempo muerto. Los visitantes percutieron una y otra vez con canastas demasiado fáciles y mantuvieron esa renta, metiendo además en bonus, con cuatro minutos restantes, a un Pucela Basket que encendió a tiempo todas las alarmas. Con las goteras causando estragos en Pisuerga, provocando varias caídas y amenazando con la suspensión del encuentro, las ardillas resistieron en ese punto crítico y emergió la figura de Josh Mballa y de Juanga para iniciar la reacción que cerró el tercer periodo. El trascendental partido se reducía a 10 minutos que bien podían valer media permanencia o dar un paso atrás importante.
Javi Vega abrió el último asalto con un triple y respondió Samkelo con un dos más uno que empezó a encender al sudafricano. De hecho, un tres más uno de Demers y otra falta que sacó el ’25’ de los pucelanos metió a los visitantes en bonus con un mundo por disputarse y el RVB por primera vez mandando después de muchos minutos remando. Sin embargo, los pucelanos no aguantaron, lo cual podía provocar dudas en un Cantabria que llegó más fresco a ese tramo. Los cántabros creyeron, se agarraron con todo e iniciaron un parcial que acabó sentenciando. Si el RVB se atascó y no vio la manera de anotar, los norteños sí encontraron soluciones en el pick and roll y en el lanzamiento exterior para llegar con un buen margen a la recta final. Se agarró como pudo el conjunto del Pisuerga, pero salvo por los tiros libres, no hubo manera de anotar. Los visitantes, con templanza y sangre fría, sellaron la victoria por 81-88 y se llevaron el basketaverage. El próximo sábado el RVB repetirá en Pisuerga para recibir al Caja Rural CB Zamora.