La marcha de Shon Weissman supone un antes y un después para muchos aficionados del Real Valladolid. El delantero israelí jugará lo que resta de temporada en el Granada donde tratará de hacer lo mismo que hizo el año pasado en Zorrilla, marcar muchos goles para devolver a su nuevo equipo a Primera División. A escasos minutos de que se cerrara el mercado de invierno, LaLiga anunciaba la inscripción del ya ex ‘9’ blanquivioleta como nuevo jugador del conjunto andaluz.
Pucela y Granada llegaban a un acuerdo para la cesión de Weissman hasta final de temporada con compra obligatoria en caso de ascenso de los granadinos por unos 4 millones de euros. El adiós del hombre del «¿Qué pasa?» deja helada a su afición ya que todos recuerdan la entrega y lucha que éste ha protagonizado en cada encuentro con la camiseta blanquivioleta. A pesar de que los números del delantero este año no estaban siendo los esperados, anotando un único gol en 15 partidos, su carisma se transmitía al resto de sus compañeros sobre el césped.
Este mismo miércoles, horas después de que se concretara su fichaje por el Granada, Weissman ya se encontraba a las órdenes de su nuevo equipo ejercitándose en su primer entrenamiento. Aún así, ya de lleno en los objetivos que se marca de aquí a final de temporada, el israelí ha sacado un hueco para despedirse de la que hasta ahora ha sido su afición con un mensaje que ha emocionado a todos los blanquivioletas.
«La verdad no tengo muchas palabras. Solo quiero dar las gracias mil veces a cada aficionado y a cada persona de Valladolid que pude tocar, emocionar y hacer feliz», se sincera Weissman. Su paso por el José Zorrilla y la ciudad del Pisuerga nunca se olvidará, y como él mismo reconoce, «este tiempo fue extremadamente significativo para mí y mi familia. Gracias a todos desde el fondo de mi corazón».
Shon Weissman aterrizó en el Real Valladolid hace tres temporadas y ha jugado un total de 92 encuentros oficiales con la camiseta blanquivioleta. En su primer año en Zorrilla marcó un total 7 goles, aunque esa misma temporada el Pucela acabó descendiendo a Segunda División. El año pasado se convirtió en el ídolo de todos los aficionados ya que gracias a sus 20 dianas contribuyó a devolver al equipo a la máxima categoría del fútbol nacional.