El Viernes Santo se siente de manera muy especial en Nava del Rey. El día de la muerte de Jesús pone de relieve la pasión y el sentimiento hacia el Señor, y desde la localidad vallisoletana se honra sus últimos instantes de vida con una escenificación muy sentida y emotiva. La provincia de Valladolid esconde en Semana Santa auténticas joyas patrimoniales y tradicionales actos que hacen que nuestra tierra sea un lugar privilegiado durante los días de Pasión. Precisamente, la Semana Santa de Nava del Rey es el ejemplo de constancia y conservación de la tradición, luchando para que se mantenga viva y consiga su reconocimiento. Porque a pesar de que Nava es un municipio clave en el recorrido de la Semana Santa dentro de la provincia, todavía es para muchos una de las más desconocidas. Entre sus actos y procesiones destacadas, Nava del Rey recrea uno de los momentos más sentidos de la pasión y muerte de Cristo con el Lavatorio y Crucifixión.
La Cofradía del Santo Sepulcro, una de las siete hermandades de Nava del Rey, es la organizadora de la ceremonia del Lavatorio y Crucifixión que se realiza en el mediodía del Viernes Santo en la emblemática Iglesia de los Santos Juanes, situada en el corazón de la villa. Los vecinos de Nava y los visitantes son testigos de este acto teatralizado que tiene lugar horas después de la Procesión del Viacrucis que se desarrolla desde primera hora de la mañana con los pasos de Jesús atado a la columna y la Cruz de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. El mismo Viernes Santo, ya por la tarde, se realiza el Descendimiento hasta la Procesión General con la caída de la noche. El acto del Lavatorio y Crucifixión de Nava del Rey ha llegado hasta nuestros días con gran fervor y simbolismo que cada año atrae a visitantes de distintos puntos de la provincia que buscan precisamente una tradición distinta y humilde. Aunque si hay algo que llama la atención de Nava es la calidad de sus tallas, ya que la Semana Santa navarresa es deudora plenamente de la de Valladolid, tanto en el diseño de los pasos como en el desarrollo y fervor de los desfiles procesionales.
El origen de la Semana Santa de Nava del Rey nos traslada a la mitad del siglo XVI, cuando se documentan enterramientos y donaciones a la Cofradía de la Vera Cruz; sin embargo el desarrollo económico y social hizo que se encargaran nuevos pasos, tallas y retablos con el surgimiento de nuevas cofradías y hermandades. Pero como ocurrió en muchas localidades de la provincia de Valladolid, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, estas celebraciones decayeron en seguimiento e implicación, pero la fuerte reacción religiosa de la posguerra se dejó sentir en un renacer de cofrades y hermanos. Así, a partir del año 1956 y siguiendo la estela de Valladolid se fundaron nuevas cofradías que tomaron como pasos titulares las antiguas esculturas de las penitenciales históricas, sobre todo las de la Vera Cruz, dando paso a lo que hoy es la actual Semana de Santa.
En ese resurgimiento del compromiso por recuperar la Semana Santa en Nava comenzó a realizarse el acto del Lavatorio y Crucifixión, que con el Descendimiento, es «el que más llama la atención estos días», reconoce el presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa, Guillermo Hernández. «Este acto consiste en limpiar el cuerpo de Cristo de manera simbólica, pero antaño se hacía con vino rancio y romero, y le lavaban de verdad», cuenta Hernández en una entrevista a Valladolid Plural. Pero claro, a medida que pasa el tiempo, se dieron cuenta de que no era adecuado para la talla, «y ahora hacemos un simulacro con una esponja seca y una palangana«. Mientras uno de los cofrades limpiaba con la esponja al Cristo Yacente, ante la atenta mirada del público asistente a la Iglesia de los Santos Juanes y bajo un silencio sepulcral, otro de ellos sujetaba la palangana, al tiempo que se narra la escena y una música de fondo saca el mayor de los sentimientos. Durante el transcurso del acto del Lavatorio, el resto de los cofrades del Santo Sepulcro comenzaron a dar la vuelta al Cristo, dejándose ver en su espalda las marcas y heridas, que fueron cuidadas también por los hermanos cofrades.
Acto seguido, los cofrades comenzaron a preparar las cuerdas en la cruz, encarnando el papel de los soldados romanos, para seguidamente trasladar en brazos a Jesús hasta la cruz, siendo «uno de los momentos más bonitos e impactantes de nuestra Semana Santa», explica el presidente de la Junta de Cofradías de Nava del Rey. «Como el Cristo articulado que tenemos en Nava es tan grande, lo que se utiliza es un madero en forma de cruz, que se coloca delante del altar, y poco a poco los cofrades comienzan a clavar al Cristo, levantándole de manera vertical», nos indica Guillermo Hernández, siendo el final de este acto, que termina con el público observando a Jesús muerto y crucificado. Durante estos momentos no faltan detalles como la colocación de la corona de espinas, las bromas y burlas de los soldados o la instalación del cartel de INRI. Una sentida ceremonia que da forma a la tradicional y arraigada Semana Santa de Nava del Rey, que dio paso ya por la tarde, al Descendimiento con desclavo del mismo Cristo de la cruz.
Los mismos cofrades una vez que descienden la talla de Cristo, que data del siglo XVII, la depositan en el Santo Sepulcro para procesionar en la Procesión General en la noche del Viernes Santo por las calles del municipio. Tanto el acto del Lavatorio y Crucifixión como el posterior Descendimiento son los momentos centrales de la Semana Santa de Nava del Rey que congregó este Viernes Santo a decenas de personas en la Iglesia de los Santos Juanes con la presencia de vecinos, visitantes y autoridades, entre ellos, la alcaldesa del municipio, Denis Vázquez, y el presidente de la Junta de Cofradías, Guillermo Hernández. A pesar de la climatología que ha marcado esta Semana Santa con lluvias y frío, a excepción del Viernes de Dolores, las procesiones y actos de Nava del Rey han transcurrido con normalidad, destacando momentos muy emocionantes en la Procesión de la Vera Cruz y la Coronación en la Plaza de España el Martes Santo, el Encuentro con Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad el Miércoles Santo o el pregón a caballo el Jueves Santo.
Sin duda, Nava del Rey es uno de esos destinos imprescindibles en Semana Santa con múltiples desfiles procesionales y actos que hacen única a la villa navarresa y que permanecen siempre y más aún en esto días grandes con los brazos abiertos a todos los visitantes de pueblos de la comarca, pero también de ciudades cercanas al municipio para conocer sus secretos y tradiciones. El municipio vallisoletano vive con especial fervor estos días de Pasión, como demuestra el compromiso y la implicación de sus vecinos ya que prácticamente el 50% de la población de Nava del Rey, de unos 2.000 habitantes, pertenece a alguna de las siete cofradías. En las hermandades, muchas de las nuevas incorporaciones son recién nacidos, cuyos padres o abuelos les han apuntado para que comiencen a salir con minis túnicas y acompañado a las bandas y pasos de la Semana Santa de Nava.
