VÍDEO | Medina de Rioseco expresa la autenticidad de su Semana Santa con la procesión del Mandato y sus diez pasos en la calle

Si hay una fuerza que mueva a la tradición más arraigada en Medina de Rioseco esa es su Semana Santa. Sus centenarias cofradías que se mantienen en activo desde el siglo XVI muestran una profunda devoción a los pasos procesionales, que cada año, los cofrades portan a hombros por las estrechas calles riosecanas. Y precisamente, el Jueves Santo es una de las jornadas grandes en la Ciudad de los Almirantes con su espectacular procesión del Mandato y la Pasión en la que se sacan a la calle diez pasos con singulares esculturas de madera que tallaron grandes maestros de la imaginería como Pedro de Bolduque, Mateo Enríquez o Tomás de Sierra, y que hoy se conservan con todo lujo de detalles. Como año tras año, la declaración de la Semana Santa de Medina de Rioseco, de Fiesta de Interés Turístico Regional y de Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial ha demostrado su potencial y ha abarrotado las calles de la localidad en la tarde-noche de este Jueves Santo.

La autenticidad que desprende la Semana Santa de Medina de Rioseco es impresionante. El municipio terracampino respeta y mantiene el origen de estas tradiciones incluso con la Recogida y el desfile de gremios a primera hora de la tarde por las principales calles del municipio, hasta la Casa Consistorial donde la Junta de Semana Santa invita a las autoridades locales para que se incorporen a la procesión y de esta manera tengan la aceptación para procesionar. Más tarde, casi con la caída de la noche, llega uno de los platos fuertes. Los relojes marcaban las 20.00 horas, momento en el que la Iglesia de Santiago abrió sus puertas para dar comienzo al emocionante desfile del Jueves Santo con la procesión del Mandato. La peculiaridad de esta procesión es que se juntan dos procesiones en un día, la de la Archicofradía de la Pasión y la de la Archicofradía de la Veracruz y ya procesionan ambas desde finales de los años 50 o principios 60 desde la Iglesia de Santiago. Se trata de una procesión en la que salen a las calles riosecanas un total de diez pasos, de siete cofradías y unos 2.000 cofrades vestidos como heredaron de sus antiguas archicofradías y que se mantienen en nuestros tiempos.

«Cofrades de negro porque es la herencia de la Archicofradía de la Pasión, otros que salen de terciopelo morado, porque es la herencia de la Archicofradía de la Veracruz, entre otros», nos explica el presidente de la Junta de Semana Santa de Rioseco, Antonio Herrera, al tiempo que manifiesta que en esta procesión «se puede ver buena parte de la Pasión de Jesucristo, porque en el fondo nuestra Semana Santa no es más que publicar nuestra fe cristiana por medio de la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la calle». Así, a medida que iba avanzando el Jueves Santo, los vecinos y visitantes veían salir pasos desde la emblemática Iglesia de Santiago con la Oración del Huerto, la Fragelación, Jesucristo atado a la columna, Ecce Homo, Jesús Nazareno de Santiago, la Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, la Desnudez del Señor, el Santo Cristo de la Pasión y la Dolorosa, que es precisamente la talla que cierra la procesión del Jueves Santo. Más de 2.000 cofrades salieron a la calle en la tarde de este 17 de abril para recorrer el casco histórico de Rioseco, bajo las melodías de las bandas, y lo que es aún más importante, con dos sonidos fundamentales que tiene la Semana Santa riosecana, el pardal y el tapetán.

Baile de los pasos en la calle Mayor de Rioseco en la noche del Jueves Santo | Valladolid Plural

«El pardal, que se denomina así porque lleva una trompeta con un toque muy característico, un toque muy destemplado de una familia que lo lleva haciendo desde hace varias generaciones; y el tapetán que generalmente es un niño que va debajo del paso tocando un tambor forrado que le da un sonido muy seco con un toque también muy característico», nos explica Herrera en una entrevista a este periódico. Todos los pasos que procesionan en la Semana Santa de Medina de Rioseco, excepto la Borriquilla, son portados a hombros por los hermanos de las distintas cofradías con singulares técnicas y pasos que hace que la Pasión riosecana sea distinta a la puramente castellana. Algunos pasos del Jueves Santo son portados por doce o catorce personas, o en el caso del Viernes Santo los dos Grandes Pasos de la Semana Santa de Rioseco, el Longinos y la Escalera, son llevados por hasta veinte cofrades. La Semana Santa riosecana es «un continuo de sensaciones, de momentos y de ubicaciones», expresa el presidente de la Junta de Cofradías, quien también aprovecha para invitar a todo aquel que no la conozca a descubrirla y quien sí, que repita porque Medina de Rioseco y sus procesiones nunca dejan de sorprender.

Por su parte, el alcalde de Rioseco, David Esteban, cuenta en una entrevista a Valladolid Plural que el ambiente en la localidad es de «días grandes». «Pues, creo que han venido ya todos los que un día se tuvieron que ir, pero que no se fueron porque estaban aquí, y yo creo que en este tiempo de abrazos, de reencuentros y de encuentros, que es la Semana Santa también, pues se vive con felicidad y con mucha emoción y mucha fe, y es lo que se está percibiendo estos días en Rioseco», ha indicado el regidor. Y este Jueves Santo sucede en el municipio terracampino una «cosa grande» que es la procesión del Mandato, y cuando se abren las puertas de Santiago, tras los oficios en la propia Iglesia, vuelve a sonar el pardal y asoman, el olivo, la Oración en el huerto, que es el primero de los pasos procesionales, pues ya «la emoción está a flor de piel». Y a partir de ahí, «la puerta de Santiago será el encuadre perfecto, donde a ras del distal irán saliendo todos los pasos y esa hilera de cofrades que enfilan la calle Mediana para llegar a esa calle Mayor donde sucede ese baile, que es un momento también repleto de emoción», ha señalado el alcalde de Rioseco, quien en la jornada de este Jueves Santo estuvo acompañado en la procesión por la delegada territorial de la Junta, Raquel Alonso.

Precisamente, además del valor de las tallas y pasos, la Semana Santa de Medina de Rioseco está llena de momentos especiales, singulares, llenos de expresividad y simbolismo. Los visitantes no pueden perderse durante las procesiones de los días grandes esos emotivos instantes durante la Rodillada a la Virgen de la Cruz en la puerta del Ajujar o el canto de la Salve. «Esos momentos te ponen los vellos de punta, eso es parte de nuestro ADN. Son momentos que esperamos durante los 365 días del año, y todo ese juego interminable que el niño practica, muy especialmente en las semanas previas a la Semana Santa, emulando a los mayores, jugando a ser mayor, pues alcanza a surgir en estos días, el Jueves Santo y el Viernes Santo», nos cuenta David Esteban. Rioseco en Semana Santa se empapa de un ambiente singular lleno de devoción, fervor y fe, y son muchos los turistas procedentes de distintos rincones de la provincia de Valladolid, Castilla y León y España que llegan a la Ciudad de los Almirantes para conocer esta Pasión tan característica.

La localidad puede acoger durante estos días a unos 15.000 visitantes, teniendo en cuenta que la localidad de Rioseco «está en estos momentos en 4.613 habitantes, incluso además estamos subiendo. Llevamos dos años seguidos subiendo población y bastante. Bueno, pues esos 4.613 habitantes se multiplican desde esa previsión de 15.000 personas en los desfiles procesionales y simplemente decir que hay 4.300 cofrades, una localidad de 4.613 vecinos, pues ya da una idea del grado de implicación que tienen los habitantes con su Semana Santa». «Pero ya no es una cuestión de número o de cantidad, es una cuestión de significado e identidad«, ha expresado el alcalde de Rioseco. Sin duda alguna, la localidad se emocionó este Jueves Santo, donde el tiempo acompañó y se vivieron momentos de auténtica devoción con la salida de los pasos del templo de Santiago, los abrazos de los costaleros al sacar a la fuerza y mañana las tallas, o los calurosos aplausos de los cofrades de calle mientras bailaba la Oración del huerto, el Jesús atado a la columna o la Dolorosa entre los soportales de la calle Mayor. Una sensación emotiva a la par que mágica, que es digna de conocer y vivir cada Semana Santa en la ciudad de las cuatro catedrales.

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