Una intensa carrera de 162 kilómetros de Madrid a Peñafiel y un proyecto benéfico cumplido. Esa es la historia de Daniel Hernando, un joven atleta peñafielense que este verano quiso aprovechar su pasión por el deporte para ayudar a otros jóvenes, en este caso de uno de los países más vulnerables del mundo, para que pudieran tener un futuro académico. Daniel Hernando, tras finalizar el grado de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, decidió proponerse un reto y ayudar a conseguir una beca para los diez mejores estudiantes de la Universidad de Ngozi en Burundi. La aventura era correr 162 kilómetros durante toda una noche sin dormir desde Madrid hasta su pueblo natal, Peñafiel.
Y aunque él mismo reconocía que en este reto podía estar la diferencia entre ser un loco y un genio, así ha sido. Daniel consiguió algo que parecía imposible y ha hecho un hito que ha sido muy admirado entre los vecinos de Peñafiel. El joven atleta vallisoletano partió desde Moncloa en Madrid, a las 19.00 horas de este miércoles 7 de agosto comenzando una trepidante carrera hasta la provincia de Valladolid, en concreto hasta Peñafiel, donde llegó este jueves alrededor de las 13.30 horas arropado por decenas de vecinos, amigos y familiares que quisieron animarle con aplausos y vítores a la llegada a la meta que el mismo municipio había preparado para él. Nada más llegar a la emblemática Plaza de España de Peñafiel, tras 18 horas y media corriendo, todos los allí presentes se unieron en un sonoro y emotivo aplauso que llevaba prácticamente en volandas a Daniel Hernando hasta la meta de su carrera de récord no solo a nivel deportivo sino también solidario.
Allí mismo el protagonista no podía contener la emoción y solo pudo tirarse al suelo como gesto de éxito y agradecimiento a su querido pueblo natal que le ha visto nacer, crecer y ahora cumplir uno de sus mayores objetivos como deportista y persona. El proyecto de Daniel Hernando era correr 162 kilómetros como forma para recaudar fondos y poder financiar diez becas de estudio a diez alumnos de Burundi. El fin económico era alcanzar los 1.620 euros y finalmente la etapa de Daniel ha conseguido 1.916 euros, por lo que su objetivo se ha cumplido con creces. Nada más llegar a Peñafiel, el Ayuntamiento había preparado una recepción con todo tipo de detalle, aprovisionamientos y servicios para atender al deportistas tras pasar 13 horas corriendo sin descansar, solo con paradas básicas para comer, hidratarse y hacer algún masaje en los pies. Incluso ya una vez en casa y con el reto conseguido un fisio atendió a Daniel para evitar lesiones tras finalizar su carrera.
Durante su camino le acompañaron amigos del atleta también de Peñafiel y parte de su equipo. El protagonista reconocía en una breve intervención en su meta en Peñafiel que «a pesar de las dificultades y algún que otro contratiempo, lo que nos llevamos es una experiencia deportiva y una vivencia, que al final para mí esto es vivir«. «Gracias por este recibimiento, que para mí ha sido muy emotivo. Quiero dar las gracias sobre todo a mis acompañantes, mis fieles soldados, que me han estado aguantando durante esta aventura», ha ensalzado el peñafielense Daniel Hernando. «Hemos completado el reto benéfico, que ese era el objetivo principal, y por ello quiero dar las gracias a todas las personas que han donado y compartido las publicaciones en redes sociales. Hemos cambiado la vida a diez chavales de Burundi. Ahora, me toca descansar unas semanitas», ha puntualizado el deportista.
Así, la localidad de Peñafiel ha recibido con admiración y orgullo a su joven vecino y atleta tras contribuir también en su reto solidario para dar un futuro académicos a jóvenes estudiantes de uno de los países más pobres del mundo. Además, el ambiente siempre es especial en Peñafiel y más aún en verano lo que ha permitido que decenas de personas hayan querido compartir con Daniel este momento tan importante de su vida uniendo su pasión por el deporte como herramienta de justicia y oportunidad.