Castilla y León ha vivido un verano «extremadamente cálido y muy seco». Así lo ha definido la Agencia Estatal de Meteorología, a lo que ha aportado datos que confirman que el verano de 2025 se convierte en el segundo más cálido desde 1961, solo superado por el de 2022. La temperatura media en la Comunidad alcanzó los 21,5 grados, lo que supone una anomalía de 2,2 grados más, respecto al periodo de referencia 1991-2020. Tanto las máximas como las mínimas se dispararon, las primeras con un exceso de 2,7 grados y las segundas con 1,8 grados. Durante los meses de junio, julio y agosto se contabilizaron 77 días con temperaturas iguales o superiores a 25 grados y 50 jornadas con más de 30 grados. Además, se vivieron dos olas de calor de gran intensidad, la primera entre junio y julio, y la segunda, mucho más prolongada, entre el 3 y el 18 de agosto.
Fue precisamente en esa segunda ola cuando se alcanzaron los valores más extremos y excepcionales, con 43,4ºC en Candeleda, en la provincia de Ávila, los días 12 y 16 de agosto. En el lado opuesto, la mínima del verano se registró en Cuéllar, en Segovia, con 2,2ºC el 21 de julio. A este panorama sofocante se suman los récords batidos en varias ciudades como Ponferrada, Soria, Ávila, Segovia, Valladolid y Zamora, que marcaron los valores más altos de su serie histórica en temperaturas medias, máximas y mínimas. Por otro lado, el verano se cerró con un déficit del 31% de precipitaciones respecto a lo normal. La media fue de apenas 46 litros por metro cuadrado, muy por debajo de los 68 habituales. El contraste fue notable entre provincias, puesto que Ponferrada apenas recogió 9 litros, lo que supone un desplome del 88%, mientras que Zamora tuvo un déficit del 76%. Solo en Salamanca se superaron ligeramente los valores medios. Aun así, hubo episodios puntuales de lluvias intensas, como los 69,3 litros en 24 horas registrados en Arauzo de Miel (Burgos) el 4 de julio, o la precipitación torrencial de 156 litros en Rueda (Valladolid) ese mismo día.
Sumado al calor, el viento también estuvo muy presente durante este verano en Castilla y León. El 11 de junio se registró una racha de 124 kilómetros por hora en la estación de esquí segoviana de La Pinilla. En total, AEMET emitió 2.364 avisos meteorológicos a lo largo del verano, de los que 165 fueron de nivel naranja. La mayoría estuvieron motivados por el calor extremo, aunque las tormentas de junio y principios de julio también obligaron a activar alertas, como sucedió en la provincia de Valladolid. Y es que todavía nos queda una semana de verano antes de la entrada oficial del otoño, el próximo lunes 22 de septiembre, y precisamente estos días traen un veranillo expres a Castilla y León dejando de media unas temperaturas máximas de 30 grados. En la provincia de Valladolid, este verano improvisado de septiembre comenzó este domingo con 30ºC y cielos despejados y continuará, previsiblemente, hasta el próximo día 21. Incluso durante esta semana habrá picos fuertes de subida de temperaturas en la capital vallisoletana, en concreto, se prevé un intenso aumento térmico el miércoles con 34 grados, el jueves 36 y el viernes 35 grados.
Por su parte, las mínimas oscilarán entre los 12 y 17ºC. En el resto de localidades de la provincia vallisoletana, las previsiones no son muy dispares. En la zona norte, Tierra de Campos experimentará la última semana del verano con calor a través de temperaturas por encima de los 30 grados y mínimas de unos 13 grados, aunque incluso en alguna madrugada podrían bajar hasta los 9ºC. Eso sí, no hay previsión de precipitaciones y el sol lucirá prácticamente todos los días. Siguiendo por la provincia de Valladolid, en la comarca de Montes Torozos, las temperaturas podrían ser más altas, con 37 grados en la jornada del jueves y se cerrará la semana con 26 grados, algo menos que en otras zonas. En la zona de Medina del Campo y Tierra de Pinares se prevé una semana de sol y altas temperaturas con los mayores registros entre el miércoles y el viernes. Por último, en la comarca del Duero y Peñafiel, las máximas serán algo más suaves con 35 de máxima esta semana en el día más caluroso que será el jueves y las noches no pasarán de los 15 grados en estos últimos coletazos del verano.
De cara al otoño, la AEMET apunta a que lo más probable es que los meses de septiembre, octubre y noviembre sean más cálidos de lo habitual, con una probabilidad del 60 y 70%, y secos con una probabilidad del 45%. Precisamente, la llegada del periodo otoñal se notará a partir de este sábado cuando se produzca un descenso brusco de temperaturas a valores normales. Será una bajada de unos 8 grados, que harán pasar a los castellanos y leoneses de 36 grados a valores de 28 o 29 que es lo habitual ya para esta época del año. Por meses, octubre tendrá una probabilidad bastante elevada de ser cálido, entre el 50 y el 60%, y en cuanto al carácter de precipitación, se prevé que sea seco con una probabilidad más baja entre un 40 y un 50%. Para noviembre, los valores será similares en cuanto a probabilidad de que sea cálido entre el 50 y el 60% y también en el suroeste de la Comunidad lo más probable es que sea seco.