Tristeza en Valladolid por el derrumbe de la cúpula de la Vera Cruz: el antes y el después de la gran joya renacentista del siglo XVI

Tristeza y dolor es lo que siente Valladolid al perder la cúpula de la prestigiosa Iglesia de la Vera Cruz, joya patrimonial del siglo XVI, que desde hoy sufre un antes y un después. El gran estado de deterioro que sufría la estructura ha colapsado la cúpula que se ha caído «a plomo» en el interior del histórico templo vallisoletano. Precisamente, el derrumbe de la linterna de la Vera Cruz se ha producido durante los trabajos de rehabilitación de la misma que se iniciaron hace unas semanas. Los arquitectos y técnicos de las obras detectaron la apertura de importantes grietas en la cúpula hace un par de días, circunstancia que fue notificada a la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, propietaria de la Iglesia, y que finalmente acabó con el grave hundimiento de la misma a los pies de algunas de las imágenes procesionales más valiosas de nuestro país.

Sin duda, Valladolid ha sufrido hoy, 25 de junio, una de las mayores pérdidas patrimoniales en España en los últimos años, pero afortunadamente sin daños personales y sin riesgo para los pasos procesionales que el templo aguarda. Desde la tarde de este martes, todas las miradas de los vallisoletanos se van hacía el final de la emblemática calle Platerías situada en pleno corazón de la ciudad y ya se añora la espléndida linterna que sobresalía del templo con su prestigiosa cúpula que servía de refugio para la mismísima talla de la Virgen de la Vera Cruz, el Cristo Atado a la Columna o el Descendimiento, reliquias de Gregorio Fernández. Debido al proceso de rehabilitación que se inició hace unas semanas, la Iglesia se encontraba rodeada de andamios que prometían reforzar el templo y paliar los efectos del deterioro causado, principalmente en la cúpula, a causa de filtraciones de agua y hongos, y hoy la imagen es infinitamente desoladora.

Desde lo alto de los edificios de la calle Platerías se aprecia un inmenso hueco en el tejado del templo de unos «12 metros de luz», que hace que sus vecinos no puedan prácticamente ni observar sin un rostro de dolor e inmersa tristeza. La Iglesia de la Vera Cruz atrae a miles y miles de visitantes y turistas en Valladolid por ser como bien ha definido el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, el «segundo museo de escultura de Valladolid» con auténticas obras de arte en su interior, y esta «catástrofe» provocada por el deterioro y la mella de los años ha hecho que hoy echemos de menos una parte esencial de nuestra urbe. Todas las cofradías vallisoletanas están arropando a la Santa Vera Cruz con mensajes de apoyo y dolor por lo acontecido en su sede y han puesto a disposición sus iglesias para guardar las imágenes mientras perduran los trabajos de adecuación y limpieza dentro de la Vera Cruz, al igual que se ha ofrecido el Museo Nacional de Escultura.

Afortunadamente ni las tallas ni el retablo «corren peligro» tras el derrumbamiento, pero las imágenes tendrán que ser revisadas para su posterior traslado a algunas de las sedes vallisoletanas. La caída de la linterna y la cúpula se produjo «a plomo» desde unos 24 metros de altura dejando el interior de la iglesia desbocada de escombros y polvo, pero sin otros daños materiales graves detectados por el momento. La secretaria de la Cofradía de la Vera Cruz, Beatriz Tovar, reconocía que «ahora nos inunda un disgusto y una enorme tristeza» por lo sucedido, pero también desde la cofradía, la más antigua de la Semana Santa de Valladolid, se han recompuesto en la medida de lo posible para enviar un mensaje de «tranquilidad» y «agradecimiento» a la Virgen de la Vera Cruz porque están convencidos de «su milagro» al no producirse más males materiales ni humanos.

Por su parte, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, también se sumaba al agradecimiento a la Virgen de la Vera Cruz por haber decidido que «no hubiera ninguna víctima ni ningún daño personal. Ha decidido que ninguna imagen de las que aquí se cobijan haya sufrido ningún daño y ella misma tampoco«. Asimismo, el regidor ha avanzado que desde el Ayuntamiento van a estar «a pie de obra» apoyando los trabajos para que el templo vuelva a abrir sus puertas a los vallisoletanos y a los turistas.