Las angustiosas 40 horas que pasaron los espeleólogos de Castilla y León bajo tierra en la cueva de Cantabria se sufrieron con la respiración entrecortada también en una pequeña localidad vallisoletana. Después del susto, el exitoso rescate de Paloma Bombín y Alfonso Urrutia no solo fue celebrado por sus familias y los servicios de emergencias que trabajaron en el operativo, sino también por los poco más de 300 vecinos de Castronuevo de Esgueva, el pueblo natal de la espeleóloga vallisoletana. Desde el primer momento, el municipio situado, a 17 kilómetros de Valladolid capital, estaba preocupado y angustioso por la desaparición de su vecina Paloma de 38 años junto a su pareja durante una ruta en la cueva Garmaciega Sima del Sombrero en Cantabria.
Después de intensas búsquedas por dentro y fuera de la cavidad cántabra, finalmente los rescatadores del GREIM de la Guardia Civil localizaron a la pareja de espeleólogos, que tal y como han explicado ellos mismos al salir al exterior, «se perdieron y no fueron capaces de encontrar la vuelta», por lo que decidieron esperar a que les rescataran y les indicaran la salida. Afortunadamente, tenían comida y agua para sobrevivir. La localización y el posterior rescate de los espeleólogos fue muy pero que muy celebrado en el pueblo vallisoletano de Paloma, incluso con repique de campanas. Fue a las 17.50 horas cuando los efectivos de la Guardia Civil comunicaron el hallazgo de la pareja castellana y leonesa desaparecida, ambos ilesos, y poco después se dio el anuncio de la «buena noticia» en la localidad de Castronuevo de Esgueva con el sonido de las campanas de la Iglesia de Santa María.
«Bienvenidos a casa» es el mensaje que todos los vecinos de Castronuevo de Esgueva han dicho ya y quieren decirles en persona a Paloma y Alfonso cuando regresen al pueblo. Además, desde las redes sociales, el Ayuntamiento de Castronuevo de Esgueva ha publicado una infografía con las imágenes de los dos espeleólogos para celebrar su rescate y su buen estado de salud, y aunque ellos reconozcan que no han pasado angustia, sus vecinos sí que pasaron un mal trago siguiendo con preocupación el operativo desplegado en Cantabria desde el pasado domingo. «Por fin llegaron las buenas noticias. Un fuerte abrazo de vuestros vecinos», rezaban en un mensaje desde el Consistorio. «Muchas gracias, todo el pueblo pendiente y anunciando las buenas noticias con las campanas de la Iglesia. Me siento muy afortunada de ser de Castronuevo», comentaba una vecina de la localidad.
Y es que en Castronuevo de Esgueva todo el mundo quiere a Paloma. Muchos desconocían su afición por la espeleología, pero los que la conocían un poco más sabían su pasión por la naturaleza. Sus abuelos eran naturales del municipio, y allí residen sus padres. Y sin duda la localidad vallisoletana es el refugio de paz y tranquilidad de Paloma, ya que vive en Benavente donde es profesora de un ciclo de Formación Profesional y siempre que puede se acerca a su pueblo. Precisamente, a principios de julio, Castronuevo celebra sus grandes Fiestas del Guindo, donde seguro que sus vecinos le harán un gran recibimiento tanto a Paloma como a su compañero Alfonso.