Los caminos del Real Valladolid y Álvaro Rubio se separan. Tras su etapa como jugador, en la que portó el brazalete de capitán y disputó 310 encuentros oficiales, el riojano inició su camino como técnico en la estructura del Club en 2017 y sale de su Pucela ocho años después. El riojano comenzó su formación junto a Luis César Sampedro en la temporada 2017/18, y ese mismo curso, con la llegada de Sergio González, integró el cuerpo técnico que ascendió a Primera al Real Valladolid. Posteriormente, fue una pieza importante de los diferentes equipos de trabajo de José Rojo Pacheta y Paulo Pezzolano. En noviembre de 2023 cogió las riendas del Promesas, realizando una importante labor formativa, y la pasada temporada, tras un primer breve paso, terminó dirigiendo al primer equipo con unos resultados nefastos que llevó al Pucela a Segunda.
El técnico asumió tras la marcha de Cocca un gran reto en una campaña muy difícil. Ahora, iniciará un nuevo camino, aunque el Real Valladolid le ha dejado las puertas abiertas. Tras confirmarse su adiós, Rubio ha querido despedirse con una sentida carta. «Me resulta difícil explicar en pocas líneas mis sentimientos a lo largo de estos casi 20 años juntos en el que considero el club de mi vida. He vivido y pasado por muchas etapas a lo largo de este tiempo, como jugador, como ayudante técnico y finalmente como primer entrenador. Buenas y malas, todas ellas acompañado por mi familia, mis hijos -más pucelanos que José Zorrilla-, y en especial, mi mujer, sin la que nada de esto habría sido posible. Todas ellas inolvidables, las cuales llevaré en mi corazón para siempre«, comienza Rubio. «Son dos las que están por encima de todo. El trato que me ha brindado siempre la afición y la ciudad, siempre con cariño y respeto, independientemente del momento deportivo. Mi gratitud infinita por hacerme sentir parte de vuestra historia. Y a todos y cada uno de los trabajadores del Real Valladolid que han compartido parte de sus vidas conmigo, especialmente a los que cuando llegué me hicieron sentir parte de esta familia blanquivioleta y que he intentado inculcar a las siguientes generaciones lo que significa formar parte de ella. Gracias por darme tanto sin esperar nada a cambio», expresó.
Asimismo, el mítico ’18’ del Pucela reconoce en su adiós que se marcha con un mal sabor de boca después del último descenso a Segunda División: «Me voy con una espina clavada, los que me conocen lo saben, pero extrañamente sintiéndome más orgulloso de este final de etapa, anteponiendo las necesidades del Club sin pensar en las consecuencias personales». «Ojalá nuestros caminos vuelvan a cruzarse algún día y en otras circunstancias», expresaba en su escrito Álvaro Rubio. «A partir de ahora lucharé por continuar mi carrera como entrenador, con fuerza e ilusiones renovadas en otro destino», ha reconocido Álvaro Rubio, con la esperanza de volver a sentarse en algún banquillo para seguir entrenando. «Amo y amaré siempre Valladolid. Vaya donde vaya formará parte de mí y de mi familia, y os estaré eternamente agradecido por todo lo que me habéis dado. Mis mejores deseos. Siempre Pucela, ¡Aúpa Pucela», finaliza la carta de despedida. Así, el técnico riojano pone punto y final a su etapa en el Real Valladolid al no entrar dentro de los planes de la nueva propiedad para el banquillo de Zorrilla y no encontrar acomodo en otras áreas del Club.
Jornada de despedidas
Y es que este 21 de julio ha sido un lunes de despedidas en Zorrilla. Al adiós de Álvaro Rubio también se han sumado en las últimas horas las marchas de André Ferreira e Iván Sánchez. En el caso del primero, el Pucela llegó a un acuerdo con el portero portugués para desvincularse del Club. El meta tuvo su primera etapa en el Real Valladolid llegando en el mercado de invierno de 2024 como cedido, procedente del Granada. Tras conseguir el ascenso se hizo efectiva la opción de compra y el pasado curso disputó seis partidos de Primera y tres de Copa. Por otro lado, el centrocampista que ha lucido en los últimos años el ’10’ en la camiseta tampoco seguirá en el proyecto deportivo de Almada. Así, Iván Sánchez dice adiós al José Zorrilla tras finalizar su contrato en junio y haber disputado 114 partidos. El centrocampista ha querido despedirse de la que ha sido su afición con una publicación en sus redes sociales: «Después de tres años y medio vistiendo esta camiseta, ha llegado el momento de cerrar una etapa muy especial en mi vida. Me quedo con todos los momentos en los que vi vibrar a Zorrilla y ese increíble ambiente que lo hace tan especial». «Me voy con la conciencia tranquila de haber dado siempre todo lo mejor de mi, aunque a veces no saliesen las cosas como nos hubiese gustado a todos. Este club ya forma parte de mi corazón y siempre será especial para mi y mi familia», reconocía el centrocampista.