El Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ha decretado este miércoles prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido por el presunto asesinato machista de su pareja sentimental en el barrio vallisoletano de Pajarillos. El varón, cuyas iniciales responden a Juan Carlos S.J.M., fue arrestado el lunes 12 de agosto, el mismo día del crimen de Mónica A.P., en Vigo por la Policía Local que le localizó por tener el coche mal aparcado. Según ha podido saber este periódico, el hombre ha estado en dependencias de la Policía Nacional en la Comisaría de Las Delicias de Valladolid desde la mañana del martes hasta este mismo mediodía, que ha sido cuando ha pasado a disposición judicial. El Juzgado, en funciones de guardia, ha ordenado cárcel sin fianza y la causa judicial sigue abierta.
Asimismo, la autoridad judicial no ha practicado la diligencia de reconstrucción de los hechos, como en un principio se había propuesto. Tras decretar su ingreso en prisión, el acusado de acabar con la vida de su pareja ha sido trasladado al Centro Penitenciario de Villanubla. A partir de ahora, la investigación pasará a manos del Juzgado de Violencia sobre la Mujer para esclarecer el primer caso de violencia de género de 2024 en Valladolid. Cabe recordar que el arrestado confesó el asesinato de su pareja a los agentes de la Policía Local de Vigo, cuando se encontraba en un bar del puerto de O Berbés en un estado nervioso y lloroso. El cuerpo de la vida fue localizado después de que los Bomberos de Valladolid sofocaran un incendio que se originó en el domicilio donde la residía la pareja en la calle Sisón del barrio de Pajarillos. Junto al cadáver de Mónica también se hallaron tres perros muertos por inhalación de humo.
El cuerpo de la mujer de 49 años estaba parcialmente quemado y presentaba heridas por arma blanca en diferentes partes del cuerpo, entre ellas en el pecho donde tenía aún clavado un cuchillo. Tras supuestamente cometer el crimen, el hombre huyó con el vehículo de su pareja por carretera hasta Vigo y tras pasar casi 12 horas de los hechos, fue detenido por los agentes locales cuando estos identificaron su coche al estar mal aparcado. En ese momento, al introducir la matrícula, los policías se percataron de que había una orden de busca y captura sobre Juan Carlos S.J.M. emitida desde Valladolid. Sin duda alguna, ha sido una semana muy triste en toda la ciudad de Valladolid que en los últimos días ha celebrado concentraciones y minutos de silencio en recuerdo de la víctima y en condena por este asesinato machista, el número 29 en España en lo que va de año.
Los vecinos de la calle Sisón de Valladolid se despertaron este lunes con la peor de las noticias. Una de sus vecinas había sido presuntamente asesinada a manos de su pareja después de su pareja le clavara un cuchillo en el pecho y posteriormente prendiera fuego a la vivienda. Fue precisamente, la presencia de las llamas y el humo en el tercer piso del número 4 de la calle Sisón lo que hizo que los vecinos alertaran al Servicio de Emergencias. Durante las labores de extinción del incendio, los Bomberos se encontraron con una terrible escena, el cuerpo sin vida de Mónica de 49 años con aparentes signos de violencia y heridas por arma blanca. La víctima, nacida en 1975, era una mujer muy conocida entre sus vecinos, quienes la describían como «cariñosa, simpática y trabajadora» y que siempre la veían paseando con sus perros por los alrededores del edificio, que desde este lunes deja una imagen muy desoladora por lo sucedido en la madrugada del 12 de agosto.
En la mañana de los hechos y durante las labores policiales, los vecinos desalojados y otros inquilinos de inmuebles cercanos se concentraron en las inmediaciones del portal consternados por lo ocurrido y no perdían detalle de los movimientos de la Policía que desplegó en el lugar un importante cordón y dispositivo para facilitar las labores de los agentes de la Científica y los servicios forenses. Muchos de los vecinos de la calle Sisón 4 conocían tanto a la víctima como al presunto asesino, y precisamente, de este último no tenían del todo palabras buenas ya que algunos de los residentes le calificaban como un hombre «conflictivo» y «problemático», e incluso, sobre él pesaban acusaciones por amenazas y agresiones.