Pisuerga recupera la sonrisa con un Real Valladolid Baloncesto que vuelve a ganar a lo grande

Volvió la alegría al Polideportivo Pisuerga, y además, lo hizo a lo grande. El Real Valladolid Baloncesto ganó de nuevo y se llevó un derbi por 92-83 de un nivel altísimo y de infarto ante un equipazo como el Palencia, poniendo así fin a la malísima racha de derrotas. Los locales supieron aguantar el tirón en la primera parte, subieron varias marchas en defensa tras el descanso y asfixiaron a los morados en un último cuarto de éxtasis total. Samkelo Cele debutó con las ardillas y dejó en sus pocos minutos una buena muestra de su calidad en un encuentro brillante y general del Pucela. El partidazo en lo táctico, físico y baloncestístico, también lo fue en las gradas con 5.300 personas que disfrutaron de un partido de pasión y sumo respeto entre los dos bandos.

Con Samkelo Cele partiendo de titular y compartiendo manija con Mike Torres, el RVB firmó un gran inicio, con acierto del ’33’ y enchufado a ambos lados de la cancha. El base hispano-dominicano puso los cinco primeros puntos del partido, aunque el visitante Pablo Hernández dio la réplica con otros tantos para retomar las tablas. Krutwig, castigando al pick and roll, sumó otros dos y confirmó el parcial de 0-7 y la primera ventaja de los palentinos. Los chicos de Luis Guil mantuvieron la ventaja tras dos triples consecutivos de Tobias Borg, aunque los cinco puntos de Samkelo, sus primeros con la blanquivioleta, mantuvieron a rebufo a un buen Pucela Basket (15-16). Canasta tras canasta, el primer cuarto fue un intercambio de golpes constante, un toma y daca de no parar, con alternativas y dominio pucelano. Las ardillas, sin parar de crecer, bajaron el telón del primer acto con un triple sobre la bocina de Maj Kovacevic (26-22). El acierto de los locales se mantuvo y dos triples consecutivos, uno de Demers y otro de Puidet, dieron la máxima al Pucela Basket tras otra canasta de tres del foráneo Kunkel poniendo el 32-25 en Pisuerga.

Estaba siendo un derbi de ida y vuelta con puntos, muchos puntos y un nivel tremendo. Shemar Wilson, colosal cerrando el aro, puso los cimientos en defensa y la puntería adelante acompañó a las ardillas para mantener el mando. El artillero norteamericano aprovechó las pérdidas locales y comenzó a sumar y encontrar a Vaulet para igualar las tornas de nuevo (32-32). El técnico Iñaki Martín solicitó el primer tiempo de la contienda y mantuvo en pista a la segunda unidad, sufriendo para contener la anotación de un también acertado Palencia. Los palentinos dieron la vuelta al marcador a base de triples y se escaparon hasta los +7. Pero ahí hizo click el Pucela. Dani Manchón comenzó su recital. El ’11’ puso patas arriba el partido y lo revolucionó con cuatro puntos seguidos y una excelente labor tanto atrás como dirigiendo. Así, las ardillas volvieron a colocarse a rebufo y salvaron esa máxima ventaja visitante, llegando al descanso por detrás pero a tiro. Las nueve pérdidas del RVB era el único diferencial que desnivelaba una balanza enormemente pareja a nivel estadístico y el principal debe del RVB para la reanudación.

Fuera durante muchos minutos tras cometer su segunda personal, Mike Torres regresó para dirigir la salida de un tercer cuarto de claro color morado por el acierto en el perímetro. Los de Luis Guil reanudaron la acción finos desde el 6,75 y los triples de Borg y Pablo Hernández distanciaron a los visitantes (52-59). Desde entonces cambió por completo el guion. Con ese +7 lo volvió a parar Iñaki Martín para corregir los problemas en el rebote de los suyos y superar la zona que por momentos plantaron los palentinos. El preparador local movió ficha y el ’33’ asumió galones y el mando para jugar a su ritmo, bien complementado por la imperial defensa de Manchón, y mejoró el Real Valladolid Baloncesto de inmediato. Los locales subieron el tono físico, las líneas y varias marchas atrás para recortar diferencias, aunque los visitantes encontraron con paciencia a sus hombres grandes para mantener la ventaja. Aun así, y con técnica contra Iñaki Martín en la recta final, Josh Mballa firmó la jugada del partido con un tapón y triple sobre la bocina para cerrar el cuarto. Con un 68-70, Pisuerga enloquecido y diez minutos de batalla con todo por decidir. Y a esa guerra llegaba el Pucela Basket con la flechita hacia arriba.

Luis Guil reaccionó y metió un quinteto pequeño en pista para repartir minutos y paliar su diezmado juego interior por las lesiones e Iñaki Martín hizo lo propio con Juanga para contrarrestar a Pablo Hernández. La jugada le salió perfecta a los locales, que recogieron en los últimos minutos los frutos del desgaste físico sobre un cada vez más cansado cuadro palentino. El RVB interpretó a la perfección su defensa y sacó rédito de los continuos dos contra uno en los bloqueos morados para provocar varias pérdidas y castigar en transición. El Real Valladolid Baloncesto entró con gusto al terreno palentino, al de los tanteos altos, y supo mantener el nivel de contactos para sacar del campo a los de Luis Guils. Josh Mballa, imperial, firmó un enorme dos más uno para superar la decena de puntos y Pisuerga se metió de lleno en la pelea, rugiendo en cada posesión. Agustí Sans, llevando la manija a la perfección, clavó un triple tras bote que puso a los locales por delante con el 80-77, y catalizó del todo el clímax final. El RVB olió la sangre y siguió viviendo de robar baloncesto y castigar para sumar varias canastas consecutivas y estirarse.

Al Palencia cada vez le costaba más aguantar el ritmo intenso y en ese tramo acabó expulsado el técnico Luis Guil por su segunda técnica, pero ya el derbi estaba decidido (92-83). Dani Manchón estuvo a punto de redondear su inmeso partido con un triple sobre la bocina, pero no entró en tiempo y el marcador final fue de 92-83. Igualmente, al jugador palentino no le hacían falta más puntos para rubricar una exhibición de defensa y trabajo soberbia. Sin apenas tiempo para recuperarse ni celebrar, el Real Valladolid Baloncesto disputará su segundo encuentro en apenas ocho días el miércoles 12 de marzo a las 20.30 horas, con la trascendental visita al Inveready Gipuzkoa Basket.