El sindicato CSIF ha denunciado una nueva agresión, en este caso verbal, a una cartera de la localidad vallisoletana de Peñafiel, ocurrida el pasado lunes 5 de mayo. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios de Valladolid se suma a las peticiones de la responsable de la oficina y del alcalde de Peñafiel, Roberto Díez, a Correos, que piden que «se suprima el reparto en las zonas residenciales que se consideren conflictivas, hasta que no se pongan soluciones y medidas». También han solicitado que la empresa requiera a los usuarios que se pasen por la oficina «para recoger las cartas o paquetes, o el acompañamiento de la Guardia Civil durante el reparto en las zonas de riesgo, hasta que no se solucione el problema».
Así se lo han trasladado al alcalde peñafielense, que se ha comprometido a tratar el asunto con el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, según afirma el sindicato. Hace un mes, CSIF denunció el «intolerable abandono» sufrido por otra cartera de Peñafiel, que «no había recibido apoyo psicológico ni asistencia jurídica tras una agresión ocurrida en junio de 2024, tampoco durante la reciente celebración del juicio», han explicado. En este nuevo incidente que ha tenido lugar el pasado lunes en Peñafiel, la repartidora entregó una carta ordinaria y el receptor empezó a insultarla y a amenazarla con expresiones como «puta, si no fueras mujer te daba dos hostias», con actitudes agresivas e intimidatorias, hasta que la trabajadora tuvo que refugiarse en su vehículo. Tras lo ocurrido, la afectada sufrió un ataque de ansiedad y llamó a la Guardia Civil y a la responsable de su oficina de Correos. «Supuestamente, el agresor había recibido una carta de oferta de empleo, pero la había recibido cuando el plazo de respuesta había finalizado. Una posible circunstancia que de ser real, nada tiene que ver con la cartera, que realizó su trabajo y el reparto correctamente», ha subrayado la organización sindical.
Como consecuencia de esta última agresión, se han presentado tres denuncias, por parte de la cartera, y las de otros dos compañeros repartidores que también se sienten «inseguros» e «indefensos» por la situación de riesgo en el reparto. Asimismo, CSIF ha lamentado, además, que «el calvario para la trabajadora no terminó aquí, pues acudió a su mutua de trabajo para que se le atendiera. Sin embargo, sorprendentemente, la mutua recibió un correo desde los servicios médicos de Correos para que no se le asistiera porque no se había llegado a materializar la agresión física». El sindicato ha remitido una carta a la Dirección Provincial de Correos en Valladolid para recriminar que «esta empresa pública está dejando a los pies de los caballos a sus trabadores antes, durante y después de estos hechos intolerables, además de evidenciar su desconocimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, ya que no es necesario que a un trabajador le muelan a palos para requerir la asistencia de la mutua».