Mezcla de sensaciones en el Pucela Basket. El equipo de Iñaki Martín conseguía en la noche de este viernes un importante triunfo ante Castelló, que se ha visto en cierta parte empañado por la decisión anunciada hoy mismo por el Real Valladolid de poner fin al convenio con el CBC Valladolid. Así, el equipo de fútbol y de baloncesto no continuarán de la mano a partir de la próxima temporada tras cinco años de vinculación. «El Club Baloncesto Ciudad de Valladolid, con relación a la decisión tomada y el comunicado emitido por parte del Real Valladolid, entiende la postura del blanquivioleta de centrar sus esfuerzos en la gestión de su parcela, a la par que muestra el máximo agradecimiento a la entidad de Zorrilla por el apoyo y soporte a todos los niveles que se ha manifestado desde el primer día de esta unión», han expresado en la mañana de este sábado desde el equipo de baloncesto de Valladolid a través de un comunicado.
En esta misma línea, el Club Baloncesto Ciudad de Valladolid también mantiene la «puerta abierta» a una nueva colaboración con el equipo de fútbol de la ciudad para el futuro, y no descarta que los caminos se vuelvan a unir «si las circunstancias lo permiten». Asimismo, la directiva del Club Baloncesto Ciudad de Valladolid ha apuntado que venía trabajando «desde un tiempo» en todos los posibles escenarios y ya centra «todos sus esfuerzos» en la consolidación de un presupuesto competitivo para la próxima temporada. En lo puramente deportivo, las ardillas conseguían el segundo triunfo consecutivo en una nueva final por la permanencia. Tras un encuentro a cara de perro en la pista del Amics Castelló y con ciertos tintes de déjà vu a la pasada victoria ante el HLA Alicante, los blanquivioletas dieron un paso adelante hacia el objetivo después de un choque que dominaron de principio a fin aun con dos partes muy diferentes entre sí y con el 83-102 en el marcador. Una primera más brillante de las ardillas en la que llegaron a ganar hasta por 22 puntos y que finalizó con 14 de renta al descanso y una segunda de saber sufrir y competir para resistir la acometida local y terminar sentenciando con un final plácido.
No sin sufrimiento en un tramo crítico del tercer cuarto, el conjunto de Iñaki Martín volvió a dejar buenas sensaciones y fue mejor que un rival directo en los dos contextos. De inicio, eso sí, fue Amics Castelló el equipo que comenzó más fino, anotando en sus primeras posesiones y haciéndose con el mando del partido. Los malos ataques del Pucela Basket se tradujeron en un 7-0 de inicio por la mala selección de tiros visitantes, y estos necesitaron cerca de 4 minutos para ver sus primeros puntos. Fue Shemar Wilson quien abrió la lata del bando visitante, que se agarró al remolque aprovechando también la baja puntería de los valencianos. La entrada de Dani Manchón activó a los suyos en defensa y permitió a las ardillas correr al contraataque para voltear el tanteo. El 0-7 de los pucelanos, con velocidad en transición, otorgó la primera ventaja a los de Iñaki Martín, quienes continuaron marchas. El encuentro enloqueció y tornó en un ida y vuelta en el que reinó Shemar Wilson. Si el interior norteamericano marró los cuatro primeros tiros del Pucela, en este tramo encadenó dos triples y una canasta llegando como tráiler, para estirar a los suyos y abrir todavía más el parcial. Los triples de Sergio y Samkelo y una nueva canasta de Mballa abrieron brecha y el RVB izó el listón de su máxima ventaja con un 21-34.
En un visto y no visto se escapó el conjunto pucelano y obligó a su rival a pedir una nueva tregua. Jalen Tate asumió galones y trató de liderar la réplica de los azulejeros, pero las ardillas no solo mantuvieron el tipo y defendieron su colchón, sino que amenazaron con romper el duelo del todo. El exterior estadounidense se fue hasta los 16 puntos y Amics Castelló se puso a 12, lo que dio pie ahora a Iñaki Martín a pedir su primer tiempo muerto del partido. El RVB de forma brillante hizo caja y aprovechó sus mejores minutos por lo que pudiera pasar después, llegando a disponer de una nueva máxima de 22 tantos, aunque al descanso la diferencia era de 14. Hasta el momento lo estaba casi bordando el equipo castellano en una nueva final, igual que hicieran ante los alicantinos tras un segundo cuarto descomunal, pero ese precedente dictaba que no había nada hecho. Los de Frederik Castelló aprovecharon las concesiones del RV Baloncesto por no haber rematado la faena en el segundo cuarto, y regresaron a la pista con un nivel físico y de acierto superior que permitió recortar gran parte de la renta en apenas dos minutos y medio (53-57). Y al igual que hace seis días, tiempo muerto de Iñaki Martín casi encadenado con el descanso para reactivar a los suyos ante un Amics Castelló que volvió a la pelea metiéndolo todo por momentos.
Mike Torres se fue al banco con tres personales, pero Agustí Sans dio un paso adelante para cortar el parcial local (53-59). Con esos márgenes el partido se puso ya a cara de perro y comenzó a tener tintes de final por la permanencia, y ahí el RVB volvió a imponerse con sapiencia y carácter. Dani Manchón se sumó a la causa del base menorquín y comandó el enésimo estirón pucelano para alcanzar los últimos diez minutos con un margen de seguridad, más aún después de ver a los valencianos a solo tres de diferencia. A la postre acabó siendo el mazazo definitivo para el conjunto azulejero. Iñaki Martín optó por un quinteto físico para iniciar el asalto definitivo, con Juanga y Samkelo sobre el parqué, manteniendo también en pista a un buen Josh Mballa. Y aunque se atascaron ligeramente las ardillas, la actividad defensiva mantuvo a raya al Amics Castelló. Tras unos minutos de bloqueo volvió a lucir Agustí Sans en el que seguramente estaba siendo su mejor partido de la temporada, y demostró su criterio para llevar a buen puerto dos ataques y dar otro golpe a los de Castellón. El trabajo atrás de Juanga, acompañado de puntos al otro lado de la cancha y junto con la aportación de Samkelo, ratificaron el excelente partido.
El RVB había cortado de raíz el conato de remontada local del tercer cuarto y desde entonces dio una lección de cómo manejar la presión, la ansiedad y jugar los minutos calientes de una final. No volvió a descuidarse desde entonces. Posesión a posesión volvió a recuperar la renta favorable el Pucela (74-89), jugando con un cronómetro que languidecía e hizo mucha mella a un Amics Castelló presa de la desesperación. El cuadro de Iñaki Martín mantuvo la concentración y llegó a los minutos finales con la victoria en su mano, la cual ratificó por 83-102, superando la centena como broche al notable partido en el Ciutat. El Real Valladolid Baloncesto regresará al Polideportivo Pisuerga con una nueva final, la tercera consecutiva, el próximo viernes 11 de abril a las 20.45 horas para medirse al Grupo Alega Cantabria del viejo conocido Lolo Encinas.