Agentes del Grupo de Ciberdelincuencia de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valladolid han esclarecido un delito de estafa por el método del ‘hijo en apuros’ tras la denuncia interpuesta por una mujer en la Comisaría de Parquesol los días 15 y 19 de mayo. La víctima denunció haber recibido un mensaje el 15 de mayo desde un número desconocido, en el que una persona se hacía pasar por su hija, actualmente fuera de España. El mensaje decía «Mamá, el teléfono se ha roto, este es mi número de teléfono, envíame un mensaje». Convencida de que se trataba de su hija, la mujer accedió a realizar una transferencia urgente de 9.811 euros, aunque sin embargo, al recibir posteriormente una nueva solicitud de dinero, sospechó que podía tratarse de una estafa y contactó con su hija, quien confirmó no haber enviado ningún mensaje ni solicitado dinero.
La investigación ha permitido identificar un patrón delictivo conocido como la estafa del ‘hijo en apuros’, en el que los estafadores contactan con padres y madres de familia, haciéndose pasar por sus hijos mediante mensajes de WhatsApp enviados desde números españoles desconocidos. Alegan que su teléfono habitual se ha estropeado y que necesitan realizar pagos urgentes, como la compra de un móvil u ordenador, solicitando transferencias inmediatas. En muchos casos, incluso utilizan imágenes de perfil reales para reforzar la suplantación. Las víctimas, generalmente de entre 50 y 70 años, realizan las transferencias sin sospechar el engaño, y cuando logran contactar con sus verdaderos hijos, el dinero ya ha sido desviado. En este caso, el Grupo de Ciberdelincuencia logró rastrear la cuenta bancaria receptora de los 9.811 euros, abierta por internet el 13 de mayo de 2025 y sin movimientos ordinarios, lo que evidenció su uso exclusivo para fines ilícitos. El mismo día de la recepción del dinero, se realizaron cuatro transferencias por importes de 2.450 euros, 2.470 euros, 2.450 euros y 2.440 euros, sumando un total de 9.810 euros, a una cuenta bancaria en Francia, perdiéndose así el rastro del dinero.
El número de teléfono desde el que se enviaron los mensajes a la víctima estaba registrado con una identidad ficticia. El titular de la cuenta bancaria investigada actuaba como ‘mula’, es decir, una persona captada por una organización criminal para abrir o ceder una cuenta bancaria con el fin de recibir fondos fraudulentos y transferirlos siguiendo instrucciones, a cambio de una comisión. Estas ‘mulas’ suelen ser reclutadas mediante falsas ofertas de empleo, tanto por internet como presencialmente, y su función consiste en facilitar el uso de sus cuentas o credenciales bancarias para mover el dinero defraudado. Dado que el investigado residía fuera de la demarcación policial de Valladolid, se solicitó la colaboración de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental. Finalmente, agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Local de El Puerto de Santa María-Puerto Real (Cádiz) lograron localizar y detener al varón como presunto autor de un delito de estafa.