Los comerciantes vallisoletanos lamentan el «grave perjuicio económico» con la nueva Zona de Bajas Emisiones

Primeras reacciones tras conocerse la semana pasada el anuncio por parte del Ayuntamiento de Valladolid de una Zona de Bajas Emisiones de cara al próximo año. Se trata de una medida que impedirá la circulación de los vehículos más contaminantes por la almendra central de la capital. Precisamente, una implantación que no ha sido vista con buenos ojos por algunos sectores, como es el caso de los comerciantes vallisoletanos. Creen que es una decisión que va a afectar «gravemente» a sus negocios ya que muchos de sus clientes ante la negativa de entrar con sus coches al centro de Valladolid optarán por realizar sus compras de manera online. «Estas medidas tan restrictivas y plazos tan próximos los únicos beneficiados serán otras formas de distribución, que sin ningún tipo de restricción en sus accesos contribuirán a la desertización comercial de nuestra ciudad», aseguran desde la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid en un comunicado emitido a los medios de comunicación.

FECOSVA ha recogido algunas de las quejas de sus asociados ya que creen que esta medida provocará graves perjuicios económicos para el comercio y los servicios. «Con la ampliación de la Zona de Bajas Emisiones, así como la prohibición y plazos dados para circular dentro de la Zona, no se tiene en cuenta el grave perjuicio económico que se causa a toda la actividad económica de la ciudad especialmente al comercio». Sostienen que se encuentran en un momento en el que empiezan a salir de una pandemia que ha dejado al sector en una «profunda crisis». «Estas medidas van a ser la puntilla para muchos establecimientos, pues van a impedir a muchos de nuestros clientes el acceso a la ciudad, con el efecto más perjudicial que es el disuasorio», manifiestan los comerciantes.

«Sabemos que existe una Ley que hay que cumplir para mejorar la calidad del aire, pero esto se puede hacer de muchas formas y plazos, como hemos comprobado ante las diferentes restricciones durante la pandemia». Los comerciantes no entienden los a su juicio, excesos restrictivos de estas medidas, ya que dicen, serían más propias de ciudades mucho más grandes que de una ciudad como Valladolid, además «existiendo ya un plan de calidad del aire con los índices de medición más rigurosos que de forma puntual se ha aplicado en los pocos episodios de contaminación».

Recuerdan en este comunicado que la Ley obliga a todos los Ayuntamientos de más de 50.000 habitantes, pero cada ayuntamiento puede decidir cómo aplicar las restricciones al tráfico rodado, siendo la única exigencia que tomen como referencia los distintivos medioambientales. Ponen el ejemplo de Sevilla, en que su Zona de Bajas Emisiones «no es permanente y está sujeta a episodios de alta contaminación. Cuenta con varios niveles, aplica restricciones de velocidad o bien de acceso y, en su caso, solo discrimina a los vehículos sin etiqueta».

Otro factor que señalan desde la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid es que no se tiene en cuenta, es la dificultad que existe actualmente para acceder a un vehículo con bajas emisiones o eléctrico, porque la tecnología tiene unos plazos y «esta transición ecológica debe ir acompasada en toda la sociedad, saltarnos plazos para poder adaptarnos todos a las nuevas exigencias tiene consecuencias terribles para el empleo y la economía». Esta adaptación «debe implicar medidas como, aparcamientos en zonas próximas al área restringida para evitar que miles de vehículos circulen cada día en busca de un sitio donde aparcar contaminando más, pero sin olvidar que estos aparcamientos deben existir como servicio para facilitar la movilidad y poder venir a nuestra ciudad».

Por último FECOSVA concluyen asegurando que otra medida «imprescindible» sería la creación de un área metropolitana de transporte, ya que dicen que «sólo se habla de transporte público dentro del casco urbano, dejando de lado a más de 100.000 personas que acuden en algún momento a nuestra ciudad y muchos a diario».