La provincia de Valladolid se adentra en los días intensos de la Semana Santa, y a lo largo y ancho del territorio, se abre un abanico de propuestas para disfrutar de estos Días de Pasión. La provincia de Valladolid es sinónimo de silencio, recogimiento, sentimiento, valiosa imaginería, cofradías y penitentes, y toda esa tradición se conversa de manera muy cuidadosa en muchos rincones vallisoletanos, pero especialmente en doce semanas santas. El sonido de tambores y cornetas, el aroma a incienso o el sabor de la gastronomía típica de la época son motivos más que suficientes para acercarse esta Semana Santa a conocer algunos de los doce municipios con mayor fervor. Precisamente, ante el interés que está despertando la Semana Santa de la provincia de Valladolid, la Diputación ha lanzado de nuevo una mini guía para que los propios vallisoletanos y visitantes que lleguen puedan saber de un vistazo los actos y procesiones no deben perderse.
Aprovechando ese recopilatorio y referencias de la institución provincial, a continuación podrás consultar un resumen con los momentos más destacados que aguarda la provincia vallisoletana, y que hacen que nuestra Semana Santa sea única y diferente. Además, el patrimonio cultural inmaterial de la provincia de Valladolid se ve enriquecido con las semanas santas de tres de sus localidades aportándole una personalidad única, como es el caso de Valladolid, Medina de Rioseco y Medina del Campo, las tres declaradas de Interés Turístico Internacional. Además, cuenta con dos con declaraciones regionales, Peñafiel y Tordesillas; y con dos actos procesionales, la Bajada del Ángel de Peñafiel de Interés Turístico Nacional y el Viacrucis de Fresno el Viejo de carácter regional. Pero también hay otras citas vallisoletanas que por su emotividad o sus ritos nos sorprenderán, como son los actos de Alaejos, Cuenca de Campos, Nava del Rey, Olmedo, Villanueva de Duero o Villavicencio de los Caballeros.
La Semana Santa de Medina de Rioseco es la que mayor fervor y sentimiento desprende y contagia al visitante. Su tradición se ha extendido a lo largo del tiempo y mantiene muy viva esa devoción de antaño con los pasos grandes y momentos dignos no solo de conocer, sino de seguir año tras año porque nunca te dejarán de sorprender. Como pista si vas a Medina de Rioseco no olvides de ver El Pardal y descubrir el tapetán en la procesión del Jueves Santo. Sin salir de Tierra de Campos, hay otra localidad, de menos de 200 habitantes, que cuenta con una sencilla pero singular Semana Santa. Cuenca de Campos cuenta con dos históricas cofradías, la Soledad y la del Cristo de la Agonía. El Viernes Santo se celebra el rezo del Viacrucis por la calles de la localidad. La tradición pide que éste se detenga frente a las casas de las personas que están aquejadas por la cruz de la enfermedad. Por la tarde, en la Iglesia de los Santos Justo y Pastor, se celebra el Descendimiento y la posterior procesión del Santo Entierro.
A tan solo unos 18 kilómetros de Cuenca de Campos, se encuentra la localidad de Villavicencio de los Caballeros, una villa con mucho arraigo en Semana Santa. Los días destacados son el Jueves Santo y el Viernes Santo con dos celebraciones muy diferenciadas. Por un lado, con la Tercera Orden, que consiste en la representación de la Pasión por los cofrades de San Francisco con calaveras, sogas y coronas que escenifican un acto penitencial el Jueves Santo, en la Iglesia de Santa María; mientras que el Viernes Santo tiene lugar la representación en vivo del Descendimiento de Cristo, con una imagen articulada, para después celebrar la Procesión del Santo Entierro. Siguiendo por la provincia, nos encontramos también con una localidad mediana con unos 1.200 habitantes, como es Villanueva de Duero, que además de poder mostrar actos singulares tiene una impresionante talla de Juan de Juni del Cristo Yacente, que sale el Viernes Santo en procesión. Pero también hay varios los momentos a destacar de esta Semana de Pasión en Villanueva de Duero, como la procesión del Encuentro, que se celebra el Martes Santo y en la que coinciden los pasos Nazareno y Dolorosa, o el Domingo de Resurrección con el Encuentro en la Plaza Mayor entre Cristo Resucitado y la Dolorosa.
La siguiente parada será Tordesillas, donde su Semana Santa está declarada de Interés Turístico Regional y aspiran a la Nacional. La villa vallisoletana presume de ser una «encrucijada de pasiones a orillas del Duero». Durante estos días las calles se convierten en museos con la exhibición de obras escultóricas de grandes artistas que dormían en sus templos. Entre las destacadas procesiones se encuentran la del Encuentro Doloroso que se celebra cerca de la medianoche del Miércoles Santo o la procesión de la Pasión de Cristo el Viernes Santo, donde procesionan 14 pasos acompañados de sus cofradías titulares. Y avanzamos hacia Olmedo, una localidad que lucha por conservar su Semana Santa y que aunque quizá no tenga tanto reconocimiento, goza de una importante tradición que atrae a decenas de visitantes procedentes de otros rincones de la Comunidad. Los turistas llegan a Olmedo para vivir momentos como la procesión de La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén el Domingo de Ramos o el emotivo Encuentro de Jesús Resucitado y la Virgen de la Resurrección que se celebra en el ágora principal de la villa y desde donde ambas imágenes regresan de manera conjunta a la parroquia de Santa María.

Realizando este recorrido, llegamos ya a una de las comarcas con mayores actos y procesiones destacadas de Semana Santa. Medina del Campo, como referencia, aúna tradición, silencio e imaginería renacentista. Cabe recordar que es la más antigua de España, y entre sus calles se crea un ambiente de respeto, fervor y religiosidad que impresiona. El gran valor de los conjuntos escultóricos renacentistas con lo que cuenta hace que sea una de las localidades vallisoletanas que cuenta con la Declaración Internacional. Son momentos vibrantes e indescriptibles los de la Semana de Pasión, los que se viven el Jueves Santo con la procesión de Los Faroles, el Viernes Santo con la impresionante imagen gótica de un Cristo Crucificado al amanecer o la procesión del Silencio el Viernes Santo a la que acuden todas las cofradías con sus correspondientes pasos. En esta zona, destacan otras semanas santas como la del Nava del Rey, que cuenta con raíces muy profundas, del Siglo XVI con la fundación de la cofradía de la Vera Cruz. Son siete las hermandades que recogen toda la esencia histórica-artística cultural y tradicional y que celebran actos, procesiones y representaciones litúrgicas donde cabe destacar por su singularidad el Lavatorio, Crucifixión y Descendimiento realizado durante la mañana y tarde del Viernes Santo por la Cofradía del Santo Sepulcro, con su Cristo Yacente articulado en la iglesia de los Santos Juanes.
También Alaejos tiene cofradías con siglos de antigüedad, como la del Santísimo Cristo de la Caridad, cuya imagen está fechada hacia 1500. Durante la Semana Santa suceden varios desfiles, actos y procesiones, destacando el Vía Crucis del Miércoles Santo con las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad, en la que participan todas las cofradías. Sin duda, uno de los actos más característicos de la Semana Santa de Alaejos y que ha llegado hasta nuestros días es la Bajada del Cristo de la Salud, por los hermanos, lavando con vino las llagas y repartiéndolo entre enfermos y fieles. A poca distancia, veremos Fresno el Viejo, que es una de esos municipios que tiene un legado impresionante desde hace casi 40 años, gracias al esfuerzo de los jóvenes que sacan adelante su reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional, el Viacrucis Juvenil que se celebra el Jueves Santo por las calles de la villa. Este acto es puro realismo y simbolismo de la vida y muerte de Cristo. Uno de los momentos donde los sentimientos se ponen a flor de piel es el momento de la Crucifixión que tiene lugar en la Cañada Real y que todo el entorno natural tiene un protagonismo especial.
Por último, no podía faltar en este repaso la Semana Santa de Peñafiel y su famosa Bajada del Ángel, con claros tintes diferenciadores con otras localidades que realizan actos similares. El Domingo de Resurrección es uno de los días grandes en la villa, con la procesión de la Virgen de luto, con un velo negro que le cubre a caray el rostro, hasta que en el corazón de Peñafiel, en esa Plaza del Coso, un ángel real caído del cielo desde un huevo celestial retira el velo a María para anunciarle que su hijo ha resucitado. Momentos singulares que hacen que la provincia de Valladolid sea destino imprescindible esta Semana Santa, junto con la parada en la capital vallisoletana. La tercera Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional, es la de la propia ciudad de Valladolid, donde el silencio habla por si mismo en cada acto y procesión. La Semana Santa de Valladolid cuenta con cinco siglos de historia y un inmerso valor artístico y cultural que ha perdurado y prosperado en el tiempo profundas tradiciones de generación en generación. Valladolid saca en procesión esculturas de importante valor artístico ya que muchas de ellas fueron engendradas por imagineros de la talla de Gregorio Fernández, Andrés Solanes, Pompeyo Leoni, Bernardo y Francisco del Rincón o Juan de Juni.