La provincia de Valladolid cuenta con 24 cuarteles de la Guardia Civil, de los cuales solo cuatro están operativos todo el día

La seguridad pública necesita adaptarse a los retos del siglo XXI y a las necesidades de los ciudadanos. Atender las demandas de la denominada ‘España vaciada’, los nuevos métodos delincuenciales, junto con la llegada de las nuevas tecnologías debe ser abordada con adaptaciones orgánicas en la implantación territorial que viene acompañando al modelo policial por el cual ejerce sus competencias la Guardia Civil.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia que el incremento del número de agentes para Castilla y León, como ocurre en el resto de las comunidades autónomas, anunciado por el Ministerio del Interior se debe ciertamente al aumento de la oferta de empleo público, pero esta sigue siendo un número «insuficiente». Además, existe un factor sociológico no tenido en cuenta, y es que los guardias civiles retrasan el momento de su pase a la situación de reserva sin destino, hecho que tienen un impacto en el envejecimiento de la plantilla.

Pero es que además, y debido a las nuevas necesidades en el ámbito de la seguridad pública, se han creado, y siguen en aumento, nuevas unidades que no figuran en el Catálogo de Puestos de Trabajo, como por ejemplo los equipos ROCA, unidades para la erradicación y atención de la violencia de género, unidades para la lucha contra delitos telemáticos o de odio, USECI unidades de reserva de ámbito provincial, unidades para el control y funcionamiento de drones, etc.

Todo este personal es detraído de las unidades de Seguridad Ciudadana, cuyos números de efectivos en la realidad no se corresponden con el anunciado en el Catálogo de Puestos de Trabajo. Esto conlleva a un déficit en la atención a los ciudadanos y a tener que doblegar esfuerzos por parte de los guardias civiles, quienes soportan un mayor estrés y riesgo psicosocial derivado de las actuaciones policiales y una merma en la calidad de vida y de conciliación laboral y familiar. Ante esta situación, AUGC reclama «una nueva reestructuración territorial operativa que, sin cerrar cuarteles, que conlleve prestar un mejor servicio al ciudadano, reduciendo los tiempos de reacción ante una emergencia con un mayor potencial de servicio».

Este nuevo despliegue territorial conllevaría aglutinar a los agentes en núcleos operativos. En la actualidad, en Valladolid existen 24 unidades, de las cuales sólo 4 disponen de servicio 24 horas, el resto permanece cerradas en alguno de los turnos. Estos datos resultan aún «más llamativos», según AUGC, «si los comparamos con el resto de servicios de emergencias, por ejemplo, y para atender las emergencias sanitarias, el despliegue que tienen las ambulancias en Valladolid es de 9 bases logísticas frente a las 24 de Guardia Civil, pero esas 9 bases están operativas 24 horas, 365 días al año, frente a solo 4 de Guardia Civil». El 63% de los cuarteles disponen de un número de 10 o menos agentes, a pesar de contar con un 92% del catálogo de plantilla cubierto, contando Castilla y León con 6.600 guardias civiles, siendo a su juicio, necesario el aumento de 2.500 efectivos para contar con cuarteles que dispongan de un mínimo de 45 agentes operativos.

La plantilla de la Guardia Civil debería ser reforzada con el cumplimiento de la cláusula tercera del acuerdo de equiparación salarial para incentivar el reingreso del personal en reserva din destino al servicio activo, quienes podrían mostrar una proximidad a los ciudadanos en los cuarteles que ahora permanecen cerrados la mayor parte del tiempo.

«Este hecho viene a poner de manifiesto que los avances que deben llegar a la Guardia Civil no pueden demorarse por más tiempo», aseguran desde el sindicato. Y es que la modernización de la Guardia Civil «no debe abarcar solamente a su despliegue territorial. Los guardias civiles continúan siendo los policiales con peores condiciones sociolaborales, carecen de turnos de trabajo con cadencias fijas, del ejercicio del derecho de sindicación, y falta de equidad en la asignación de complementos salariales».

«Una segunda generación de derechos espera a los guardias civiles, donde se ponga fin a las deficiencias del modelo policial actual y se acabe con las desigualdades entre funcionarios policiales que realizan las mismas funciones», concluyen.