La Sala de Exposiciones Teresa Ortega Coca de la Diputación de Valladolid ha dado comienzo a la temporada expositiva con la muestra ‘Etéreo’, con pinturas de Gustavo Fuentetaja. La diputada de Educación y Cultura, Yolanda Burgoa, ha sido la encargada de inaugurar la exposición que se podrá visitar hasta el próximo 3 de marzo. Después de haber expuesto en ciudades como Madrid, París, Bruselas o Montecarlo, el joven pintor muestra al público vallisoletano un total de 24 obras en óleo sobre lienzo cargadas de emoción, gestualidad y simbolismo. El segoviano Fuentetaja aprendió la técnica de pintura al óleo a la temprana edad de nueve años en una academia de bellas artes de Segovia, su ciudad natal, donde estuvo matriculado varios años. Desde entonces, realiza pinturas para familiares y amistades, mientras que desarrolla la técnica de forma autodidacta pasando por diferentes estilos de pintura.
Mediante trazos rápidos, espontáneos y, en ocasiones, con abundante carga de material en sus obras se resaltan distintas líneas y cromatismos formando una composición, en la que se pretende ofrecer al elemento principal un fuerte protagonismo, rodeado de una atmósfera envolvente. El título se convierte en la mejor explicación y descripción de la obra, donde la finalidad radica en transmitir emociones al espectador a través de una pintura directa, viva, abstracta y cargada de gran simbolismo. Se trata de piezas creadas mediante una pincelada breve y sin premeditación, pero reflejando una idea situada en lo más profundo de la mente. En la obra de Fuentetaja existe una gran extensión de color, de un color plano, pero que luego resulta profundo, una planitud relativa, un término del crítico estadounidense Clement Greenberg.
Se le puede considerar un ‘abstracto estricto’ término que hizo fama en la abstracción española de los años 80. En la pintura de Fuentetaja el color tiene bastante que decir, frente al ‘color del no color’ de los años 50. El ‘gesto del color’ es clave en la pintura de Fuentetaja. Es una obra donde se desmenuzan los elementos básicos de la sintaxis de la pintura y donde se pueden apreciar referencias de José María Sicilia, que configuró un nuevo modelo colorista con unos colores un poco marfileños y cenicientos. La mancha informe manifiesta una decidida voluntad de evocar, formar imágenes en la mente del espectador. Más allá del mundo de las apariencias existe una realidad que el ojo no ve pero, indudablemente, la mente reconoce, es el caso de la pintura de Fuentetaja.
Citando al pintor Luis Gordillo, «de un magma colorístico e igualitario ha de surgir a duras penas un ser apto para la vida social». Todo ello indica hasta qué punto el arte interesa no solo por sí mismo, sino por la capacidad que puede tener de subterránea o intuitiva captación de cuanto ocurre en el hombre, incluso en ámbitos, ajenos al artístico, en la medida en que le es posible sintetizar las preocupaciones globales de una sociedad y profundizar en las mismas. El público que se acerque a la sala Teresa Ortega Coca hasta el 3 de marzo, a contemplar la exposición de Fuentetaja tendrá la experiencia de una lúcida reflexión sobre la necesidad de comprender la conveniencia de interpretar y complementar esos dos elementos presentes en el arte y la pintura, lo racional y lo irracional, lo consciente y lo inconsciente, el dibujo y el color.