La Junta restaurará la Laguna de Tamariz, enclavada en un lugar privilegiado de Tierra de Campos, para mejorar su conservación y la de su ecosistema

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha publicado el pasado 21 de febrero, en la plataforma de contratación del Estado, una licitación que comprende la realización de diversas actuaciones para restaurar la Laguna de Tamariz. Los trabajos se centrarán en la eliminación de la vegetación leñosa no asociada al humedal, de ejemplares del género Populus y Salix, además de retirar la materia vegetal tanto de la cubeta lagunar como del canal de riego, junto a la rehabilitación y acondicionamiento de la infraestructura hidráulica de abastecimiento de agua a dicha zona húmeda, de manera que se permita la mejor conservación de la citada laguna, y por tanto, de su ecosistema asociado. La masa de agua Laguna de Tamariz se ubica en la localidad vallisoletana que le da nombre.

Se trata de una zona húmeda de innegable valor natural, que forma parte de la ZEPA La Nava-Campos Sur, coincide con el monte de utilidad pública 159 y está propuesta para su inclusión en el Catálogo de Zonas Húmedas de Interés Especial de Castilla y León. Se sitúa en plena Tierra de Campos, caracterizada por su relieve llano o ligeramente ondulado, prácticamente deforestado y de gran interés para las aves esteparias, donde las zonas húmedas adquieren especial relevancia por la singularidad de sus hábitats, dar cobijo y sustento a numerosas especies amenazadas de flora y fauna vertebrada e invertebrada, y brindar una gran variedad y cantidad de servicios ecosistémicos esenciales para la sociedad. Los humedales son espacios de importancia para el mantenimiento de la conectividad ecológica y es destacable su papel como sumideros de carbono, contribuyendo de forma notable a la mitigación del cambio climático. Asimismo, son fuente de recursos de interés económico, recreativo, cultural y científico.

Por tanto, se puede afirmar que los humedales son ecosistemas esenciales para la conservación de la biodiversidad, el bienestar humano y el desarrollo sostenible. Este humedal se encuentra enclavado en un lugar privilegiado, al lado del río Sequillo y del Canal de Castilla, muy cerca de la esclusa séptima. La inundación se producía de forma natural cuando las avenidas invernales y primaverales desbordaban el río Sequillo y encharcaban los pastizales del valle. Sin embargo, su desecación como consecuencia de los diversos dragados del río Sequillo en las décadas de los años 60 y 70, que transformaron su cauce en un canal dragado y rectificado con motas en ambas orillas con el fin de evitar inundaciones durante sus crecidas, cambió su régimen hídrico. De este modo, el humedal perdió su capacidad de inundación natural al desconectarse de la llanura del río Sequillo, transformándose en un pastizal húmedo que era encharcado y aprovechado por los ganaderos para obtener buenos pastos y forraje, gracias al agua procedente del Canal de Castilla.

Dada la proximidad del Canal y la presencia de una infraestructura hídrica que permitía incorporar agua a los pastizales, la Junta compró en el año 2007 la parcela situada más al sur con una superficie de 18,5 hectáreas. Esta compra culminó en el año 2017 con su declaración de utilidad pública e inclusión en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de la provincia de Valladolid, con el número 159. Así, durante los primeros años se realizó una restauración inicial de motas, azud o isletas, gracias a la colaboración de varias administraciones autonómica, local y estatal, y en el caso de esta última, a través de la CHD. Se logró un aumento de la superficie inundada y del periodo de inundación durante unos años, con un régimen hídrico que imitaba el ciclo natural de inundación de un humedal mediterráneo, alternando periodos de inundación y de estiaje. Durante esos primeros años, la recuperación del humedal fue un éxito, especialmente debido a su ocupación por una abundante y rica comunidad de aves, aunque también por parte de las comunidades de flora acuática y otra fauna, como los anfibios y los invertebrados acuáticos.

Algunas de las especies más relevantes detectadas por su estado de conservación desfavorable fueron el carricerín cejudo o emblemáticas como el ánsar común. Sin embargo, la evolución de la vegetación en un humedal restaurado de estas características fue transformando la zona húmeda en un lugar menos diverso. Debido a los procesos de eutrofización y colmatación, el humedal se ha convertido en una extensión monoespecífica de vegetación helofítica de alto porte, muy densa y homogénea, que impide el desarrollo de una biodiversidad variada de flora y fauna que caracterizaría a un humedal bien conservado y gestionado. Con el objetivo principal de restaurar y recuperar el humedal, la Consejería licitó este proyecto, consistente en su restauración hidrológica, contribuyendo así a recuperar su esplendor ecológico, ya que la apertura de láminas de aguas abiertas sin vegetación palustre permitirá diversificar el paisaje de la laguna, creando un hábitat más heterogéneo, lo que contribuirá a mejorar sus condiciones para la presencia de aves acuáticas y otras especies asociadas a humedales que precisan de la existencia de láminas de aguas abiertas y que actualmente no encuentran estas condiciones, además de mejorar la mitigación y adaptación frente al cambio climático.

Para ello se realizarán trabajos en dos líneas de acción. Por un lado, la restauración de la laguna con la eliminación de la materia vegetal de la superficie mediante un desbroce con retroexcavadora de la biomasa acumulada sobre el suelo en una superficie de 5,71 hectáreas. También se procederá a un decapado mecanizado del terreno y en el entorno lagunar se apearán la totalidad de los pies emergentes de frondosas no asociadas a la laguna. Mientras que por otro lado, se realizará el mantenimiento de las infraestructuras hidrológicas que permitían su inundación o reversión de aquellas que permanezcan de antiguos intentos de desecación, como canales o drenajes que impiden su inundación. Se realizarán labores de limpieza del canal que realiza el aporte de agua hacía la laguna, se acondicionarán las compuertas existentes, se llevará a cabo la retirada del cerramiento ganadero en mal estado y se sustituirá por uno nuevo más adecuado. Sin duda, se trata de un proyecto de envergadura y de gran interés, que tiene un plazo de ejecución de 6 meses, realizándose las actuaciones durante el 2025, y que cuenta con la financiación de fondos Next-Generation EU.

Una vez finalizado habrá conseguido mejorar la conectividad funcional de varios humedales de Tierra de Campos como La Nava, Boada, Pedraza o los humedales asociados al Canal de Castilla, para favorecer así la expansión de especies de flora y fauna actualmente amenazadas de este territorio -avetoro, garza imperial, carricerín cejudo-, que encuentran en estos hábitats un entorno apropiado en algún momento de su ciclo de vida. Además, se ampliará el conocimiento de la biología y la problemática de conservación de las especies prioritarias existentes en los humedales de la Tierra de Campos, sin olvidar su contribución a la mitigación del cambio climático o la mejora de la percepción social de los humedales en la sociedad en general y en el mundo rural en particular.