La familia de Esther López reacciona a las últimas novedades de la investigación por la desaparición y muerte de la joven de Traspinedo. Tras más de 6 meses desde el hallazgo del cadáver de Esther en una cuneta de una carretera de acceso a la localidad vallisoletana, la principal hipótesis se centra en un atropello, aunque no mortal, en la madrugada del 13 de enero de 2022. El principal investigado Óscar S.M. sigue en el centro de las sospechas y más desde la última prueba que ha salido a la luz con la localización de ADN de la víctima en el interior del maletero de su coche.
Los familiares de la fallecida siguen clamando justicia por la muerte de la joven de 35 años y aseguran en un comunicado emitido a los medios de comunicación este viernes 26 de agosto que «a lo largo de los últimos dos meses, la investigación de la Guardia Civil sobre la muerte de Esther nos ha permitido conocer que nuestra hija y hermana fue abandonada a su suerte después de sufrir un atropello intencionado que la dejó incapaz de valerse por sí misma y a merced de quien le negó la ayuda que le hubiera podido salvar la vida».
El padre Miguel López y su hermana Inés insisten en que las últimas pruebas han conseguido que los agentes de la Guardia Civil «descubran que hay indicios de sobra que apuntan a una única persona como presunto responsable de lo que sucedió a nuestra Esther». Estos indicios llegan después de investigar a varias personas con largos interrogatorios, análisis de varios coches y viviendas, así como la confirmación de las ubicaciones de todos los investigados en el momento de la desaparición de la joven, incluso la familia destaca algo más importante como es la localización de ADN «que se puso mucho esfuerzo en ocultar», en el caso del maletero del coche de Óscar S.M.
El dolor de la familia López de la Rosa, exponen, es «mayor porque esa persona era conocida -refiriéndose a Óscar, amigo de Esther y también vecino de Traspinedo-, y no entendemos que en este nuevo escenario plagado de pruebas sólidas se le permita seguir libre cuando puede fugarse cualquier día con la misma frialdad con la que pudo ocultar el cuerpo de Esther durante semanas mientras sus vecinos y amigos la buscaban».
El comunicado familiar continúa confesando que «desde el primer momento hemos querido creer que la justicia repararía el daño, que tal vez repararía algo el desgarro del alma con el que siempre viviremos». Los seres más queridos de Esther siguen confiando en la ley y que «no se permita campar libre al principal sospechoso de habernos arrancado a Esther de nuestro lado, sino también de ocultar hasta a sus más íntimos lo que había pasado».
Por último, los familiares inciden que «hasta ahora sus palabras le han valido la libertad. Solo pedimos que la ciencia policial valga ahora para que el sistema tome medidas que garanticen que se haga justicia a Esther».
