La familia de Alejandro Aranda Lasheras, el zaragozano de 30 años desaparecido, se ha desplazado a Valladolid en los últimos días para tratar de buscar al joven al cual se le perdió su pista el pasado domingo 23 de marzo. El caso de Alejandro se acerca cada vez más a una desaparición inquietante después de que sufriera un brote psicótico cuando se encontraba en un hotel de la ciudad y se esfumara sin dejar rastro. Alejandro Aranda, natural de Alcalá de Moncayo (Zaragoza), es un guía turístico que trabaja en viajes del Imserso y precisamente se desplazó este domingo a Valladolid por una excursión programada con un grupo de visitantes. Ahora, tras varios días sin noticias suyas, los familiares han empapelado la ciudad del Pisuerga con carteles con su imagen para tratar de localizarle cuanto antes.
La familia ha colocado carteles con la alerta por su desaparición en establecimientos comerciales, calles y mobiliario urbano con el fin de que todas las personas puedan reconocer su rostro si se cruzan con él en alguna zona de Valladolid o provincia. El varón de 30 años se encuentra en paradero desconocido desde hace ya cinco días, después de que abandonara el Hotel Olid donde se alojaba en Valladolid y dejara su maleta tirada en la vía pública con todas sus pertenencias. La Policía contactó con la familia de Alejandro, que puso una denuncia por su desaparición, que ya empieza a inquietar y a preocupar al entorno del joven, ya que su huida se debe a un «ataque» a causa de la enfermedad de esquizofrenia que padece, y aunque no es agresivo, a veces adopta «comportamientos extraños». Sin embargo, aunque Alejandro podría estar en cualquier lugar, según confesó un amigo del desaparecido en declaraciones a Valladolid Plural, «le gusta mucho la naturaleza y a veces cuando la ciudad le agobia se va a lugares naturales«, por lo que la familia quiere que se intensifique su búsqueda por el campo o pueblos cercanos.
Los familiares de Alejandro siguen sus posibles pasos por la ciudad de Valladolid, ya que antes de haberse desplazado a alguna otra zona, tuvo que deambular por las calles y tratan de buscar a personas que le pudieran haber visto en las últimas horas. Alejandro visitaba por primera vez Valladolid y no conocía absolutamente nada de la ciudad por lo que pudiera estar desorientado. Por el momento, no hay novedades sobre el posible paradero del guía desaparecido, pero su familia y amigos piden la colaboración ciudadana para que en este caso los vallisoletanos se fijen en su imagen y pueda reconocerle si le ven en alguna parte perdido. También desde esta semana, hay disponibles copias del cartel de la desaparición de Alejandro en la copistería Malpica, situada en la calle Madre de Dios de Valladolid, para que todas aquellas personas que quieran ayudar puedan recoger alguna copia para colocarlas en puntos estratégicos de la capital vallisoletana o en municipios del alfoz, donde pudiera encontrarse el joven en paradero desconocido.
Desde la Asociación SOS Desaparecidos activaron la alerta por su desaparición este martes 25 de marzo y ya han calificado su caso de «alta vulnerabilidad». Los datos que se conocen de Alejandro es que es un chico de 30 años, que 1,88 metros de altura, complexión normal y tiene el pelo castaño y los ojos verdes. Además, el joven podría vestir con una cazadora y unos pantalones negros y con unas botas de montaña, ya que era la ropa que llevaba la última vez que le vieron el domingo y previsiblemente no se haya podido cambiar de ropa ya que su maleta fue encontrada en la calle junto al Hotel Olid, en el centro de Valladolid. Si cualquier persona tiene alguna pista de Alejandro se puede poner en contacto con la Policía Nacional o Municipal de Valladolid, el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León o llamando a los teléfonos habilitados 649952957 o 644712806.