Jacinto Canales, sobre el Centro de Refugiados: «Es una falta de valentía política del alcalde y la cesión de la parcela a Sacyl se hace de cara a la galería»

Jacinto Canales cumple cinco meses desde su llegada a la Subdelegación del Gobierno en Valladolid tras su salto desde el funcionariado hasta la primera línea de política. Canales es la cara visible del Gobierno de Pedro Sánchez en la provincia y así lo está ejerciendo con sus funciones dentro de la Administración General del Estado. A pesar de que sus inicios fueron convulsos con las primeras tractoradas, poco a poco, se ha podido poner al día de las dimensiones de su cargo. Y es que a pesar de que Jacinto Canales viene de ser funcionario en el Ayuntamiento de Valladolid, él se siente un perfil de empresa privada después de ser director durante 20 años de Tecsidel, empresa dedicada a la prestación de servicios informáticos y desarrollo de software para diversos sectores, en el Parque Tecnológico de Boecillo.

Además, Canales fue presidente del Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática y también el primer decano del Colegio Profesional de Ingeniería Informática de Castilla y León. En una entrevista concedida al periódico Valladolid Plural, el subdelegado del Gobierno en la provincia vallisoletana nos abre las puertas de su despacho en la propia Delegación del Gobierno para hacer balance de sus primeros meses y repasar los asuntos de actualidad de los que en los últimos días se ha hablado mucho. De esta manera, el titular gubernamental en la provincia valora en este encuentro el rechazo del alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, al Centro de Refugiados en la ciudad, la lucha por el soterramiento del equipo de Gobierno municipal o las eternas reivindicaciones en materia de transportes desde la provincia de Valladolid, entre otras cuestiones.

Pregunta. ¿Qué balance hace de sus primeros cinco meses como subdelegado del Gobierno en Valladolid? ¿Cuál está siendo su mayor reto?

Respuesta. Estoy satisfecho de lo que he hecho, hay muchas cosas que mejorar, y he querido entrar despacio. Lo fundamental que he hecho, además de atender el día a día, que ha sido mucho, ha sido afrontar acontecimientos bruscos como las tractoradas de los agricultores, los Premios Goya, la visita del Rey, y todo eso me hizo que tomase conciencia de lo que era el cargo demasiado deprisa. También he ido conociendo el amplio rango de lo que es la Administración General del Estado de Valladolid, que es bastante más amplio de lo que yo creía, y pasándome por casi todos los organismos que forman la misma para saber sus problemáticas y los medios con los que cuentan. Ya pasado el verano imprimiré lo que es mi impronta. Hay muchas cosas que tienen margen de mejora. Ser subdelegado del Gobierno no es un puesto ejecutivo, sino que es un puesto de representación, coordinación, y portavoz con las entidades locales y los órganos autonómicos.

P. Usted viene de la administración municipal habiendo sido funcionario, ¿Cómo es a día de hoy su relación con el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero?

R. Yo soy un funcionario joven, en el sentido que llevaba pocos años en la función pública. Anteriormente, llevaba toda mi vida en el sector privado, siendo el director de una empresa de tecnología de Boecillo. Aunque vengo de la administración pública, me considero más una persona del mundo privado, y eso para mí ha sido un hándicap importante porque a veces las cosas van bastante más despacio de lo que a mí me gustaría. Yo cuando estaba fuera criticaba mucho el funcionamiento de la administración pública, ahora no es que no lo critique, pero veo las razones del porqué a veces las cosas van tan lentas. Una de esas razones es que la administración pública y la Justicia en España son muy garantistas, tratan de ser muy equilibradas en que todo el mundo tenga los mismos derechos, pero eso hace que las cosas no sean tan rápidas. Sobre las relaciones con el Ayuntamiento de Valladolid, anteriormente yo era un funcionario más, no tenía más funciones más allá de las derivadas de mi propio trabajo, y ahora yo diría que son cordiales más que buenas. Con el alcalde y los concejales nos vemos en multitud de actos, nos saludamos cordialmente, pero no solemos hablar de problemas porque eso lo dejamos para las reuniones, que es el ámbito formal.

P. Pero, ya han tenido algún que otro encontronazo, mismamente con el Centro de Refugiados, que además esta semana se ha conocido la cesión a Sacyl de la parcela donde se iba a construir, ¿Qué le parece esta decisión? ¿Lamenta que finalmente no se vaya a poder llevar a cabo este proyecto en Valladolid?

R. A mí me gusta ser sincero y digo las cosas como yo entiendo que son, como yo las veo, sin tapujos. El Centro de Refugiados es un tren que ya ha pasado y que el Ayuntamiento de Valladolid, en este caso, el alcalde, no ha querido coger. Ese proyecto ya no está. A día de hoy, está descartado por el Ministerio. El anterior equipo de Gobierno y 49 organizaciones estaban a favor de este proyecto, entre ellas el Arzobispado de Valladolid, y estaba todo en marcha para que se hiciese. Si no se ha llevado a cabo es porque el alcalde no ha respondido. Este proyecto estaba previsto hacerlo con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y eso tiene unos plazos, en concreto, en junio de 2026. Lo que no podía hacer el Ministerio era esperar un año, como dijo verbalmente el alcalde, que en ese plazo se tomaría la decisión. Si ahora empezáramos a construir el centro haciendo todos los procesos que tiene que ver con su construcción, no llegaríamos al plazo indicado. Por otro lado, ante la cesión del Ayuntamiento a la Consejería de Sanidad, yo lo entiendo como una decisión para tratar de quedar bien y va en consonancia con la falta de valentía del alcalde de Valladolid. Como algo tenemos que hacer, vamos a hacer algo que sea más o menos del agrado de toda la ciudadanía. Vamos a cederlo al uso sanitario, que todos nos vamos a beneficiar, aunque no sabemos muy bien para qué será, y así endulzamos un poco el hecho de que el Centro de Refugiados no lo hemos hecho. Es una decisión absolutamente política, de cara a la galería y que no tiene hoy por hoy un destino porque si lo tuviera nos lo hubieran dicho.

P. ¿Y dónde han ido a parar esos fondos que estaban destinados a construir el Centro de Refugiados en Valladolid?

R. Lo que ha hecho el Ministerio con ese montante económico que estaba destinado a Valladolid ha sido invertirlo en otros proyectos que estaban dentro de su ámbito. Eran 18 millones de euros los que se iban a invertir en Valladolid y todo ese dinero se ha ido a otras provincias.

P. Sin salirnos de Valladolid capital, una de las luchas del Ayuntamiento vs Gobierno de España es el soterramiento, ¿Qué opinión tiene al respecto?

R. Yo veo que el alcalde tiene complicado su posicionamiento porque hizo una promesa electoral sin ser excesivamente consciente de que podía ganar las elecciones y tenía que afrontarla. Y ahora tiene un problema. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el proyecto de integración ferroviaria en superficie se puso encima de la mesa por parte de un ministro del Partido Popular, y eso salió adelante con un Gobierno de España y una Junta de Castilla y León del PP y un alcalde socialista, que era Óscar Puente. Entonces, no es que ahora llegue un ministro socialista que diga que aquí lo que hay que hacer es integrar y no soterrar, sino que esto viene del pasado y no vamos a hacer revisionismo, porque en ese momento había unos problemas financieros dentro de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad que eran inasumibles y esta era la solución que dieron todas las partes. Óscar Puente lo que ha hecho es seguir la rienda que se firmó en ese momento, es decir, un contrato entre distintas partes y es lo que está encima de la mesa y lo que se está haciendo. Como todo contrato, este también se puede romper, pero tiene que ser el que quiere romperlo, el que diga que lo quiere romper. En este caso, debería ser el alcalde, y ya ha dicho que no tiene ninguna intención de romper el convenio de integración, por tanto, blanco y en botella, se va a continuar con la integración y cuanto más obstáculos ponga, más va a retrasar.

Lo que no puede ser es que está ciudad siga durante otros 25 años con los problemas de comunicación que hay entre un lado de la vía y el otro. No podemos permitirnos tener la Ciudad de la Comunicación, que es un espacio de Valladolid que está en plena expansión, aislada como la tenemos actualmente. Hay tres pasos planificados para este entorno y lo que no podemos permitirnos es estar otros 5 años con un viaducto de Arco de Ladrillo que se nos va a caer a cachos y ahí está la reparación de urgencia que se está acometiendo en estos momentos. Hay que dar soluciones a la ciudadanía y hay que darlas cuanto antes, y el tema del soterramiento veremos si en algún futuro alguien puede o quiere afrontarlo. Lo que se está haciendo con la integración es una solución muy razonable y coherente, es una solución más o menos en términos temporales, muy inmediata. Es indudable que un soterramiento impediría un crecimiento de tráfico ferroviario en Valladolid, y algunos vallisoletanos pueden decir a mí que más me da esto, pero claro, el Gobierno de España tiene que mirar por el país y lo que no puede hacer es estrangular el paso de los trenes que vayan hacia el norte y otros puntos, porque se lleve a cabo por conveniencia una solución de este tipo. Tenemos que tener en cuenta que se va a hacer una gran obra ferroviaria, que es la U de Olmedo, que va a derivar parte del tráfico que procede de Galicia hacia el norte de España, País Vasco, Aragón, Francia o Cantabria, y esa obra va a incrementar notablemente el paso por Valladolid. El hacer una solución con tres vías, dos vías de alta velocidad y una vía de cercanías, estrecharían las potencialidades frente al crecimiento que pueda tener.

P. Sin embargo, el alcalde de Valladolid defiende que a mayor incremento de tráfico ferroviario, más necesario es el soterramiento…

R. El alcalde uno de los problemas que tiene es que no patea la ciudad. Yo paso casi todos los días por la Avenida de Irún y cuando pasan los trenes no se oyen los trenes eléctricos, los trenes de mercancías sí, pero estos últimos se van a derivar por la variante que se está haciendo. Ya no pasarán por Valladolid y solo lo van a hacer los trenes de viajeros. Precisamente, los trenes eléctricos no hacen más ruido que una furgoneta de combustión. El día que el alcalde hizo estas declaraciones me fui a la zona de Las Norias con la carretera de la Esperanza y me puse allí a ver como llegaban trenes y a escuchar el ruido que hacían. Es absolutamente asumible el ruido que hace un tren eléctrico. La única razón que da Jesús Julio Carnero es que va a haber mucho ruido y esto no va a ser, y además, que las vías de Alta Velocidad están preparadas.

P. Y en cuanto al Campus de la Justicia, ¿Prevén nuevos avances próximamente?

R. El pasado 24 de junio, el Pleno del Ayuntamiento aprobó la cesión definitiva de las parcelas, que era un trámite indispensable para que el Ministerio de Justicia siga avanzando. El 8 de mayo de 2023, el Ministerio requirió al Ayuntamiento ocho documentos, uno de ellos, era precisamente la cesión definitiva al Ministerio, y desde el Ayuntamiento se ha hecho un año y un mes y medio después. Durante todo este tiempo hemos estado parados. Ya el mismo día de la cesión hubo una reunión entre el Ministerio y distintos actores para perfilar cuál sería la disposición y la necesidad de espacios con el objetivo de empezar a licitar la redacción del proyecto. El Ministerio está muy interesado en este proyecto, comprometido e implicado y quiere sacarlo adelante a la mayor brevedad posible, pero insisto, hemos perdido un año porque el Ayuntamiento no ha contestado.

Jacinto Canales en su despacho de la Subdelegación del Gobierno | Valladolid Plural

P. En materia de Transportes, precisamente la cartera del ministro Óscar Puente, la A-11 y la Valladolid-León son algunos de los proyectos que más pendientes tienen a la provincia. ¿En el caso de la primera, qué plazos se manejan para los siguientes tramos? ¿Y de la segunda, qué se sabe?

R. En cuanto a la A-11, tiene tres tramos de ejecución, que dos de ellos son los de Tudela de Duero a Olivares de Duero -de 20 kilómetros-, y Olivares de Duero hasta Quintanilla de Arriba -de 14 kilómetros-, que ya están licitados y en ejecución. Ahora mismo se encuentran a un 42% en el tramo de Quintanilla de Arriba a Olivares y en un 57% de Olivares a Tudela. El día después de las elecciones europeas fui con el ministro Óscar Puente a ver las obras, en una visita que no estaba anunciada, y recorrimos casi toda la parte de este trazado en coche. Es decir, ya se puede ir prácticamente con un vehículo por el 90% del trazado, aunque está sin asfalto y señalización. Estos dos primeros tramos se esperan que estén concluidos para finales de 2025. El otro tramo es más problemático, que es el que comprende de Quintanilla de Arriba hasta el límite provincial de Burgos, y que incluye la variante de Peñafiel. Este va más retrasado, todavía no hay proyecto y se está trabajando en él, por lo que irá a más largo plazo. La A-11 es una realidad, tanto que llevamos 703 millones de euros invertidos, de los que 304 han sido realizados con gobiernos de Pedro Sánchez. A todos nos hubiera gustado que esta autovía hubiese ido más deprisa, pero insisto que un tramo está casi al 60% de ejecución y el otro a más del 40%.

Mientras que en lo que respecta al proyecto de la Valladolid-León sí que está más retrasado. En este caso hay cuatro tramos Villanubla-La Mudarra, La Mudarra-Medina de Rioseco, Medina de Rioseco-Ceinos de Campos y Ceinos de Campos-Mayorga. Los proyectos de los dos primeros están redactados, ya se han licitado y ya se ha invertido dinero para la primera parte del proyecto. Estamos hablando de 11 kilómetros en el primer tramo y 16 el segundo, con 67 millones y 114, respectivamente. Los otros dos tramos desde Rioseco hasta Mayorga, todavía no se ha licitado el contrato para la redacción del proyecto. También, últimamente se está hablando sobre la conveniencia o no de la autovía o de la urgencia de la misma. Todo el mundo debe saber y tenemos que ser conscientes que la densidad de tráfico por estos dos tramos es de 3.500 vehículos diarios, las recomendaciones que se están manejando en la Unión Europea de construir autovías es a partir de los 11.000 vehículos, aquí no llegamos ni de lejos. Aunque estamos hablando de los dos últimos tramos porque en los otros dos sí que hay mayor tráfico. En total estaríamos hablando de una inversión de 314 millones de euros.

P. Ahora empieza ya la época de fiestas patronales. Hemos visto que en La Cistérniga se va a reforzar el número de efectivos de Guardia Civil y se va a instalar un Punto Violeta, ¿Cómo va a ser el operativo especial para estas celebraciones?

R. Cada vez que hay un evento que se espera gran afluencia de personas se organiza una Junta Local de Seguridad para preparar el dispositivo con su Policía Municipal o Comité Local de Seguridad. No se va a hacer nada especial en cuanto al operativo por las fiestas patronales. La Guardia Civil tiene un número de efectivos que debe distribuir entre los distintos eventos. La presencia de Puntos Violeta en fiestas y eventos multitudinarios no es una obligación, aunque por ahora los municipios lo están aceptando de buen agrado. Ningún ayuntamiento ha dicho que no y lo que se monta es un Punto Violeta donde se informaba y se atiende a las posibles víctimas de agresiones sexuales. Desde la Jefatura de Violencia de Género de la Subdelegación se han impartido charlas a las distintas agrupaciones locales de Protección Civil para que sepan cómo se tiene que afrontar una agresión sexual. Las personas que puedan ser víctimas tienen que seguir una serie de pautas como es no lavarse, no ducharse ni quitarse la ropa puesto que puede ser un elemento de investigación. Los Puntos Violeta son una de las medidas del Ministerio de Igualdad de protección a la mujer ante las agresiones sexuales, y es una cuestión de concienciación y educación en la sociedad.

P. Los sindicatos apuntan que estos refuerzos de agentes de la Guardia Civil parecen un «milagro» dado que a su juicio la plantilla de efectivos en la provincia es escasa, ¿Cómo lo justifica?

R. Los sindicatos cumplen una función que respeto y defiendo, que es mirar por los trabajadores a los que defienden. En este caso, los sindicatos demandan y demandan mucho, y tienen toda la legitimidad y probablemente muchas de las cosas que reivindican tengan razones suficientes. A todo el mundo le gustaría tener más Guardia Civil y más Policía, pero eso cuesta dinero. ¿Con respecto a quién tenemos pocos guardias civiles? Se demuestra que en nuestra provincia estamos en la media de agentes por ciudadano, cuando en Valladolid tenemos un menor índice de delincuencia, que en otras provincias. En España tenemos un agente por cada 322 ciudadanos, y en Valladolid tenemos un agente por cada 316. Es decir, estamos un poco mejor que la media. Cuando el Ministerio del Interior tiene que distribuir agentes de Policía Nacional y Guardia Civil en el territorio, mira fundamentalmente, entre otras cosas, la delincuencia que haya en los sitios y la población. Valladolid, comparando con la media de España, en cuanto al índice de delincuencia, es bastante más segura, y sin embargo, tenemos el mismo número de agentes que puede haber en otras localidades donde la conflictividad es mayor. De todos modos, quiero decir que a pesar de que probablemente siguen faltando efectivos, con el Gobierno de Pedro Sánchez se han incrementado en un 10% las plantillas y este año se batirá el récord de efectivos de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Castilla y León.

P. ¿Y sobre los cuarteles en la provincia de Valladolid? ¿Se sigue manteniendo que con la apertura del de Arroyo de la Encomienda se va a cerrar otro en la provincia, será el de Zaratán?

R. La Dirección General de la Guardia Civil tiene claro que no se quiere incrementar el número de cuarteles porque eso significa que tienes que tener guardias civiles atendiendo dentro del mismo. Cuantos más guardias civiles hay en un despacho sentados, menos efectivos hay en la labor de Seguridad Ciudadana. Creo que es una política acertada ya que aumentar el número de cuarteles en la provincia detrae efectivos de la calle. En ese sentido, lo que yo he dicho es que la apertura de un nuevo cuartel conllevará el cierre de otro, y en esas estamos. El único cuartel que a día de hoy se tiene pensado abrir es el de Arroyo de la Encomienda, sí que hay otra iniciativa en Aldeamayor de San Martín, pero eso está bastante más verde. En lo que respecta al cierre del cuartel de Zaratán, de mi boca no ha salido. Es una utilización política por parte del alcalde porque culpabilizarme a mí por haber dicho algo que no he dicho, no lo veo mucho sentido. Yo no he dicho en ningún momento que se vaya a cerrar el cuartel de Zaratán sino que lo que he dicho es que se van a cerrar cuarteles.

P. ¿Y si no es el de Zaratán, qué otro cuartel puede peligrar? ¿Qué se tiene en cuenta para cerrar un cuartel?

R. Esa es otra de las cosas que me gustaría dejar bien clara. Los criterios que se utilicen serán operativos y lo decidirán los profesionales, no los políticos. Para tomar la decisión de qué cuartel se tiene que cerrar se tomará en base a criterios absolutamente policiales, operativos y que no tendrán que ver con ninguna decisión política al respecto. Esta decisión no la va a tomar el ministro ni yo, que son los que han reprobado en el Ayuntamiento de Zaratán.

P. Ahora, abordando la política nacional, ¿Estamos con presupuestos prorrogados, de qué manera afecta esto a nuestra provincia? ¿Tendremos presupuestos en 2025?

R. Lo que supone que no haya presupuestos es que se prorrogan las cuentas anteriores, hablando en plata, que el montante económico que tenías para los presupuestos anteriores son los que tienes que tener para este. Aunque luego ese dinero se puede mover de unas partidas a otras con trámites administrativos. En concreto, para los temas que nos han ocupado, como son autopistas, integración o la U de Olmedo, son obras que ya están planificadas, que se llaman plurianuales y que ya los montantes económicos estaban destinados y predestinados a todo esto. Por tanto, esa prórroga no afecta a estos grandes proyectos que ya están en marcha. Donde puede tener repercusión es en aquellas ideas que estaban en la cabeza pero que no se han iniciado, pero hablo de cosas bastantes más pequeñas, como puede ser la Casa del Sol o la ampliación del Museo de Escultura. En cuanto a si va a haber presupuestos en 2025, eso no lo sabe nadie, eso son políticas de altos vuelos en las que yo no estoy, ya veremos. Lo que sí que ha demostrado este Gobierno es una gran capacidad para negociar con los distintos grupos y sacar adelante iniciativas y propuestas.

P. Y hablando del Gobierno de España, ¿Cómo ve a sus compañeros Óscar Puente y Ana Redondo en sus respectivos ministerios? ¿Ve posible en algún momento su vuelta a la política local, o incluso, autonómica?

R. Les veo excepcionales, como les he visto toda la vida. Conozco más a Óscar Puente, aunque a Ana Redondo la estoy descubriendo últimamente más. Nuestra ministra de Igualdad tiene unos discursos impresionantes y tiene una capacidad intelectual que yo no era consciente. Cuando conocí a Óscar Puente en el año 2000 ya se hablaba de que podía ser alguien importante. Yo ya lo dije, este tío tiene capacidad y madera para ser presidente del Gobierno, y digamos que no ha llegado, pero está en el escalón anterior. Nuestro ministro de Transportes y Movilidad Sostenible tiene unas capacidades innatas, de liderazgo, de articular y visualizar proyectos, y tiene un empuje muy importante. Además, a eso le unes su pasión por Valladolid, porque es un apasionado de su ciudad, y lo demuestra cada vez que tiene ocasión. En cuanto a su posible vuelta a la política municipal, el tiempo proveerá, aunque no es el momento de hablar de estos temas. Ellos están muy centrados en su función. Valladolid tiene una suerte muy grande de tener dos ciudadanos que son ministros, nunca antes había sucedido. Estoy seguro que serían unos candidatos maravillosos para optar a alguna cuestión en Valladolid, o incluso, alguno de ellos en Castilla y León.

P. Y ya para terminar, y hablando ahora de Castilla y León, no podemos perder la ocasión de preguntarle sobre la ruptura de Vox y PP en la Junta, ¿Qué le ha parecido? ¿Se lo esperaba?

R. Esto ha ocurrido porque Vox se ha plantado, aunque no es una decisión que nos vaya a solucionar la vida a ninguno de los ciudadanos. Ha puesto al Partido Popular entre la espada y la pared, aunque van a poder seguir gobernando. Podrían haber prescindido mucho antes de Vox, si hubiesen querido, como ha dicho en varias ocasiones el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, el PP no necesita sus votos para gobernar. No vamos a echar en falta a Juan García-Gallardo, su legado está ahí y es absolutamente la nada, desde el punto de vista de los beneficios de los ciudadanos. Creo que la legislatura para ellos va a ser más difícil, pero la pueden sacar adelante, porque repito no necesitaban a Vox para gobernar. Y lo mismo digo si lo extrapolas al Ayuntamiento de Valladolid, porque como ha dicho el portavoz del Grupo Municipal Socialista, Pedro Herrero, si Jesús Julio Carnero gobierna con Vox es porque quiere.