Es 27 de septiembre, y no es una fecha cualquiera en Mayorga es la noche de El Vítor. El municipio vallisoletano celebra cada año en este día su conocida procesión dedicada a El Vítor, en honor a Santo Toribio de Mogrovejo, patrón de la villa. El humo, el fuego y los cánticos se adueñan de Mayorga hasta altas horas de la madrugada para sentir el calor de una de las fiestas más singulares de la provincia de Valladolid, y que ni el paso del tiempo, apaga la llama de El Vítor. Alrededor de 800 pellejos arden en una noche que desprende tradición, luz y devoción hacia la figura de Santo Toribio y el legado que dejó en esta localidad terracampina que puede presumir de contar con una Fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, en el marco de sus Fiestas patronales del mes de septiembre.
La Fiesta de El Vítor gira en torno a un estandarte del mismo nombre que arropado por antorchas de pellejos de vino, recorre las calles de Mayorga para recrear un hecho histórico que data de mediados del siglo XVIII. El 27 de septiembre de 1752, Mayorga recibía la segunda reliquia de Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo, y para dar la bienvenida a la comitiva en una oscura noche, el pueblo salió con teas y antorchas improvisadas en forma de pellejos de vino en desuso para iluminar el camino y dejar un momento para el recuerdo. Ahora, casi tres siglos más tarde, los vecinos de la localidad terracampina no faltan a la cita que conmemora su historia y origen, y que además supone un antes y un después en el calendario de todo mayorgano. El sonido de las campanas se entremezcla con las primeras hogueras a los pies de la Ermita de Santo Toribio, que marcan el inicio de esta procesión que perdura en nuestros días, atrayendo a mayores y jóvenes y también a pequeños, que no dudan en seguir los pasos de sus padres y abuelos en esta tradición. Aquí puedes disfrutar de las imágenes más emocionantes y llamativas de una fiesta llena de sentimiento en Mayorga.
