El VRAC domina con claridad en Zorrilla y levanta su séptima Copa del Rey

El VRAC se coronó campeón de la Copa del Rey 2025 tras imponerse con claridad a El Salvador por un contundente 27-3 en Estadio José Zorrilla, que acogió a una multitud de 20.000 0 para vivir una auténtica tarde de rugby. La atmósfera fue una auténtica fiesta para el rugby vallisoletano, con un ambiente vibrante y lleno de emoción que reflejó la pasión y el fervor que esta rivalidad genera en la ciudad del Pisuerga. Desde el primer minuto, el equipo dirigido por Diego Merino mostró su superioridad y control total del encuentro. Con un juego sólido, intenso y bien trabajado, el Quesos impuso un ritmo que El Salvador no pudo contrarrestar.

La eficacia y la fuerza de la delantera quesera fue determinante, abriendo el marcador en el minuto 16 gracias a un ensayo de Mauro Perotti. Este ensayo fue el resultado de una jugada colectiva donde la delantera arrasó con la defensa chamiza, mostrando una gran coordinación y potencia para superar la línea rival. La transformación, que añadió dos puntos más, fue obra de Balta Taibo, quien destacó por su precisión y calma bajo presión durante todo el partido en el feudo del Real Valladolid. Precisamente, Balta Taibo firmó una actuación individual excepcional, sumando un total de 17 puntos que incluyeron no solo la transformación del ensayo sino también cuatro golpes de castigo en los minutos 25, 34, 38 y 51 del encuentro, demostrando su puntería en momentos clave que mantuvieron siempre al Quesos con una ventaja cómoda. Cerró su gran actuación con un último golpe de castigo en el minuto 68 que aseguró la victoria para los chicos de Diego Merino. El segundo ensayo, que fue el golpe definitivo para sentenciar el título, llegó en el minuto 64.

Martiniano Cian, tras una paciente y constante serie de fases dentro de la veintidós rival, encontró el hueco perfecto para posar el balón bajo palos. Este ensayo no solo amplió la ventaja, sino que también supuso un golpe anímico durísimo para El Salvador, desinflando sus opciones de reacción en el tramo final del partido. Pero el triunfo del VRAC no solo se basó en su superioridad física y táctica, ya que los queseros demostraron un oficio admirable en los momentos decisivos. El VRAC supo aprovechar con inteligencia las indisciplinas de un rival que terminó sufriendo dos expulsiones temporales, hecho que el Quesos utilizó para controlar aún más el partido y evitar que El Salvador pudiera generar peligro. El cuadro chamizo apenas logró sumar un único golpe de castigo a cargo de Santiago Ortega en el minuto 59, insuficiente ante el dominio total de los queseros. La defensa del VRAC fue prácticamente impenetrable, manteniendo una solidez inquebrantable en todas sus líneas. El pack trabajó en perfecta sincronía, empujando constantemente y ganando la batalla en cada melé y en cada ruck. La línea de tres cuartos, por su parte, combinó fuerza y técnica con un despliegue físico sobresaliente.

Destacaron la potencia y velocidad de Kalo Gavidi, el empuje incansable de Mauro Genco y la exquisita dirección del partido por parte de Sam Hollingsworth. Todo ello se complementó con la seguridad defensiva de Balta Taibo y la contundencia en el ala de Jerry Surumi, completando un equipo compacto y letal. Con esta victoria, el Quesos culmina una temporada histórica, logrando un doblete de ensueño tras haberse proclamado también campeón de la Copa Ibérica. Así, Valladolid volvió a vibrar con el rugby, después del mal año en fútbol y baloncesto, y a celebrar a su equipo más laureado, que ya suma ya siete títulos coperos en su palmarés, reafirmando su hegemonía y su condición de referente absoluto del rugby español.