El RVB pincha en Ourense y se jugará la permanencia en la última jornada ante el Menorca

El Real Valladolid Baloncesto se jugará la permanencia en la última jornada ante Hestia Menorca y al todo o nada. Las ardillas no pudieron asaltar el Pazo de un Aircargobooking Ourense superior, que dominó prácticamente durante todo el partido y que se impuso con justicia por 95-84. Los de Alejandro Paniagua, de nuevo con 10 jugadores debido a las bajas de Kovacevic y Vucetic, no tuvieron la energía, el acierto y el nivel defensivo necesario para lograr la victoria en una cancha históricamente complicada para los vallisoletanos, y se ve abocado a una final contra los menorquines en la que uno se salvará y otro caerá a Segunda FEB. En caso de haber logrado el triunfo en suelo gallego, la permanencia sería matemática, pero el Pucela Basket no pudo y ahora se lo jugará todo en el último partido del curso.

El partido no comenzó nada bien para el RVB, dormido de inicio y a merced de un rival más enchufado y que abrió la contienda con un contundente 10-0. Tras apenas dos minutos y medio de juego, los locales ya habían abierto brecha y Alejandro Paniagua se vio obligado a pedir tiempo muerto para tratar de despertar a los suyos. El RVB reanudó el partido con otra chispa y cortó el parcial orensano con dos canastas consecutivas (10-4). El tercer triple de Ben Krikke, desatado en el inicio, mantuvo las distancias, pero los del Pisuerga continuaron mejorando y subiendo marchas. Un triple de Juanga puso a las ardillas a seis, una desventaja ya mucho menor, aunque los de Moncho López volvieron a pegar otro estirón castigando al contraataque poniendo el 18-9. Con los gallegos en bonus, la segunda unidad en pista y un Dani Manchón estelar en ese rol revolucionador, el Pucela Basket se puso el mono de trabajo, apretó en defensa y terminó el cuarto por delante por primera vez en el partido. La teoría estaba clara, pero faltaba plasmarlo sobre el parqué y en el segundo periodo volvieron a salirse de la línea durante unos minutos.

Dos canastones de Mike Torres mantuvieron el pulso anotador que proponía Aircargobooking Ourense (28-28), pero a base de ‘dos más unos’ los locales volvieron a distanciarse. El cuadro de Moncho López se fue hasta los ocho puntos aprovechando esas concesiones de un Real Valladolid Baloncesto que se despistó, y su míster tuvo que volver a pararlo. Esta vez los suyos no reanudaron la marcha superando a su rival, pero sí igualando el tono físico y enfriando la inercia local. Ourense, aprovechando la superioridad física de sus aleros grandes y buscando el aro desde posiciones interiores, mantuvo la ventaja y alcanzó el descanso once arriba ante un Pucela Basket combativo y que no se vino abajo tras el parcial encajado (50-39). De nuevo a remolque, a los blanquivioletas les tocaba levantarse otra vez e imponer un mejor nivel defensivo. 50 eran muchos puntos y una proyección nada halagüeña para opositar a la victoria, y por ello el RVB inició la segunda parte más voluntarioso atrás. Los visitantes abrieron el tercer acto con un parcial de 0-4 y Samkelo Cele de inicio en pista para contrarrestar el físico de los exteriores locales.

Aún así, los visitantes encadenaron varias pérdidas, se atascaron en ataque y Aircargobooking Ourense golpeó desde el triple con Lisboa y Krikke para pegar un nuevo estirón y subir el listón de la máxima diferencia hasta el momento (58-43). Y tampoco se fue a la lona el RVB, aunque con una rotación de diez jugadores cada vez costaba más reponerse. Las ardillas aguantaron el chaparrón y los puntos de Dani Manchón mantuvieron la desventaja cerca a los diez puntos para llegar con opciones al último asalto. Y a pesar de que el tira y afloja entre orensanos y vallisoletanos se mantuvo durante buena parte del tercer, un buen último minuto de los locales aumentó de nuevo esa desventaja y complicó la causa a falta de solo diez minutos por disputarse poniendo el 72-57 en el marcador. Justos de piernas y en una jornada sin brillo ni acierto, el RVB necesitaba encontrar una importante fuente de puntos para tratar de dar la vuelta al partido. Y justo en ese momento emergió la figura de Eric Demers, desatado en el último triunfo ante Cartagena e inédito en Ourense hasta ese momento. Dos triples casi consecutivos del americano recortaron parte de la desventaja (75-65) y los de Alejandro Paniagua iniciaron un nuevo conato de remontada.

Los de Moncho López se encomendaron a un Charles Barton absolutamente diferencial en esta categoría, con 17 tantos, y certero en esas posesiones clave del partido. Alternando entre los 10 y los 15 puntos de desventaja siempre, en un toma y daca constante, el cronómetro jugaba en contra de un RVB que lo intentó de todas las formas posibles y hasta el final, pero que no tuvo el acierto ni el nivel defensivo ni la solidez en el rebote para optar a la victoria. Así, los gallegos aprovecharon el colchón previamente logrado, administraron bien las posesiones decisivas y no le permitieron al Pucela Basket luchar por el triunfo en los últimos minutos. El Real Valladolid Baloncesto cerrará la temporada el próximo viernes a las 21.00 horas recibiendo al Hestia Menorca en la final finalísima por la permanencia, tras la cual uno de los dos se quedará en Primera FEB y otro quedará relegado a la Segunda FEB.