Despertar tardío del Real Valladolid Baloncesto. El cuadro vallisoletano cayó en la cancha de un Club Ourense Baloncesto que aprovechó la paupérrima puesta en escena de los blanquivioleta y la sangría en el perímetro para encarrilar un partido en el que las ardillas siempre fueron a contracorriente. Aunque los de Paco García no bajaron los brazos y llegaron a colocarse a diez a falta de seis minutos, ese botín del primer acto fue decisivo para imposibilitar la remontada. El RVB repitió los errores de Pumarín y no fue capaz de hacerse con la iniciativa desde que se lanzó la bola al aire. Un triple de Devin abrió la lata y los visitantes se pusieron 0-5 rápidamente, pero fue un espejismo y los gallegos, con un acierto infalible en las primeras posesiones, se repusieron. Los de Félix Alonso dieron la réplica anotando todos sus ataques, tres de ellos con triple, para tomar el mando con el 11-10.
No fue capaz de frenar esa sangría exterior el cuadro del Pisuerga. Los locales abrieron el campo y siguieron castigando desde la larga distancia, y su quinto triple sirvió para distanciarse ligeramente. Los de Paco García estaban anotando también con facilidad, asumiendo el intercambio de golpes, pero debían dar un paso adelante en defensa si querían tener opciones. No hubo demasiadas en un primer cuarto que terminó con un 35-21 lapidario y que hablaba por sí solo. La cuesta ya era demasiado empinada a las primeras de cambio. Los orensanos olieron la sangre y el octavo balazo desde el perímetro abrió más brecha con 17 de desventaja para un Pucela Basket que empezaba a cortocircuitar también en ataque. Tras un inmaculado ocho de ocho llegó el primer hierro para los locales y el RVB comenzó a parar algunos ataques, aunque ahora era incapaz de anotar al otro lado de la cancha.
Amainó, pero no se reflejó en el marcador. El partido se trabó, pero la diferencia era tal que no bajó demasiado antes del descanso (53-37). El Real Valladolid Baloncesto había estado varios minutos KO en el Pazo Paco Paz, pero la nota positiva era que la renta era salvable, pero para eso debía subir no una, sino unas cuantas marchas. El paso por vestuarios no varió mucho el guion y los de Félix Alonso no otorgaron concesiones. Cómodos con el colchón obtenido en el primer cuarto, los locales apretaron en defensa y aguantaron siempre las diferencias, aún con menos acierto. El RVB mejoró atrás y no bajó los brazos, tratando de remar contracorriente y apretando las tuercas a los gallegos, pero todavía lejos de dar el sorpasso.
Los de Paco García, como acostumbran, no dejaron de creer en sus opciones, subieron líneas y trataron de presionar la salida de balón de los locales, activarse, rascar segundos a las posesiones orensanas, llegando a los últimos 10 minutos del partido todavía vivos (69-54). Pero esa losa del primer periodo pesaba aún demasiado. El RVB inició el último asalto con otra actitud, con ganas de bajarse al barro y luchar por la victoria. La agresividad de los visitantes bloqueó momentáneamente al Ourense Baloncesto y un triple de Maj Kovacevic puso la desventaja en solo diez puntos después de muchos minutos lejos del rival Había esperanza y los triples de Iñigo Royo y Sergi Costa mantuvieron en partido a los del Pisuerga (76-65), carburando a pesar de lo avanzado del encuentro. Pero cuando más apretaban las ardillas, el ritmo cayó por completo y el encuentro se trabó otra vez.
Una antideportiva contra Devin Schmidt y consecuente técnica contra Paco García volvieron a estirar a los orensanos (81-67), quienes no volvieron a perdonar. Los locales terminaron de abrochar la victoria con los puntos de Turner, que se fue hasta los 27, para sentenciar la contienda. Con rentas cercanas a los 15 tantos, los últimos dos minutos de partido transcurrieron sin sobresaltos ni opciones para un Pucela Basket que capituló y pagó muy cara su salida al partido con el definitivo 99-77. El sábado 20 de enero a las 19.00 horas en el Polideportivo Pisuerga, el Real Valladolid Baloncesto tendrá una nueva oportunidad recibiendo al HLA Alicante.