El RVB cede en la prórroga ante un Burgos más acertado en un final de partido a cara o cruz

El Real Valladolid Baloncesto se volvió a marchar de vacío una jornada más a pesar de una nueva reacción heroica. Los jugadores de Iñaki Martín volvieron a levantarse tras una desventaja, remaron y remaron hasta llegar a las últimas posesiones con serias opciones de victoria, pero otra vez fallaron en los minutos decisivos y el Grupo Ureta Tizona Burgos se llevó el triunfo. Las ardillas llegaron a los últimos diez segundos dos arriba y con bola, pero perdieron la posesión en un saque de fondo y los burgaleses empataron. Otra pérdida, esta vez de banda, dio la oportunidad a los visitantes, pero Shemar Wilson puso el tapón y el partido se fue al tiempo extra. El Pucela Basket, con la inercia en contra, sin piernas ni ideas, no tuvo opciones ante el acierto y poso de los azulones, que se llevaron el encuentro con justicia con el marcador final de 97-104.

El partido comenzó con un Burgos que mostró sus cartas desde el inicio y plantó una presión a toda cancha para dar rienda suelta a su juego veloz y frenético. Pero el RVB lo leyó a la perfección. Los de Iñaki Martín corrieron muy atrás para frenar las transiciones visitantes y superaron bien esa defensa a toda cancha para llevar el partido al juego estático. Aunque los vallisoletanos se precipitaron en algunos momentos, mantuvieron el rigor y pronto metieron a los burgaleses en bonus con siete minutos de cuarto aún restantes. La labor de Juanga fue clave en ese control, sujetando a Caio Pacheco para que no corriese Tizona, y fruto de ello fue la ovación del canterano al ser sustituido. Su lugar lo ocupó un Jaan Puidet que anotó desde la esquina para dar la primera ventaja al Pucela. No la soltaron en todo el cuarto. Con agresividad desde el principio y superando el nivel físico que iban a exigir los foráneos, el RVB dominó el rebote en ambos lados de la cancha, sumó unos cuantos ofensivos y estuvo más acertado que los de Salva Camps para llevarse un buen botín ya desde el primer cuarto (21-15).

Y la ventaja pudo ser mayor. Los pucelanos llegaron a mandar hasta por diez, pero parte de esa diferencia se fue al limbo después de un mal último minuto. Ahí cambió la dinámica del encuentro. Grupo Ureta Tizona Burgos se mostró cada vez más acertados desde el triple y un buen parcial de salida les colocó a tiro después de muchos minutos lejos en el marcador (26-24). El RVB entró en su juego, en el descontrol, y ahí sufrió ante un equipo cómodo en ese contexto. Tanto, que terminó desconectándose. El segundo triple casi consecutivo de Jordi Rodríguez confirmó ese cambio de mando y puso a los visitantes por delante, lo que obligó a Iñaki Martín a pedir tiempo muerto. La película había cambiado por completo y ahora le tocaba a los pucelanos buscar un giro en el guion, pero no lo lograron de manera inmediata y con dos bases en pista, con Mike y Agustí. Los de Salva Camps continuaron desatados desde el perímetro y martillearon de tres en tres para poner tierra de por medio, haciendo sangre y aprovechando la permisividad en los contactos.

Así, el Pucela Basket, desquiciado, alcanzó la salvación de la campana del descanso doce abajo. Un 16-34 fue el trágico parcial del segundo periodo y mucho tenían que mejorar los locales para recuperar el ritmo de partido deseado. Un dos más uno de Vasi y otro de Kovacevic, colocó en el buen camino a un Real Valladolid Baloncesto reactivo. Con el paso del encuentro, los visitantes volvieron a dar otro estirón a base de triples, el RVB sumó desde la personal y de la mano de un gran Mike Torres para seguir la estela (51-60). El nivel defensivo creció y los locales, cada vez más serenos en ataque y mejor plantados en pista, se pusieron a tiro después de un nuevo ejercicio de resistencia y competitividad. Lo paró Salva Camps con tiempo muerto, pero las ardillas hicieron click y aceleraron. Juan García-Abril, inmenso, sumó una canasta tras rebote ofensivo y un dos más uno que puso al Pucela por delante otra vez, aunque le costó la vuelta al banquillo por un golpazo en la zona lumbar. Ovacionado, el canterano se retiró para ser atendido y el Pucela Basket llegó a los últimos diez minutos solo uno abajo.

Era un partido de parciales importantes y había que aprovechar el momento. Ahí emergió un sobresaliente Eric Demers. El norteamericano despidió el tercer acto con un triple y abrió el último con dos prácticamente consecutivos. Puidet con otro zarpazo de tres y Shemar Wilson, cada día más inmenso, se unieron a la fiesta y alejaron a un espléndido RVB con un 79-73 en el marcador. La ventaja se amplió hasta los siete aprovechando la sequía de los visitantes. Pero no remató la faena el conjunto castellano, una vez más. El nivel defensivo y la falta de puntería hizo que los visitantes encadenaran varios minutos sin anotar, lo que pudo al Pucela Basket con cinco arriba con tres minutos en el crono (80-75). Jaan Puidet, que estaba cuajando un partido soberbio en ataque, forzó la quinta personal de Thiam y acabó con la principal amenaza interior de los azulinos, con uniforme blanco en Pisuerga. El partido, en un puño, llegó a los últimos tres minutos con todo por decidir y un cúmulo de acciones que bien pudieron sentenciar el partido ante.

Con 85-83, el RVB sacaba para sacar la personal y matar desde el tiro libre, pero un dos contra uno rival forzó la pérdida y canasta. El marcador reflejaba un 85-85, 10 segundos en el crono y saque de fondo para los locales, pero nueva pérdida. Grupo Ureta Tizona Burgos jugaba con 9 segundos para ganar, pero un providencial Shemar Wilson, imperial durante todo el partido y en esa acción concreta, puso un tapón que mandó el partido a la prórroga. Y hasta ahí se pudo. Los pucelanos sucumbieron ante un Grupo Ureta Tizona Burgos que venía de ganar una prórroga y con poso para jugar los minutos calientes. Lo demostraron. Los de Salva Camps, manteniendo el acierto que les dio vida, encarrilaron pronto el tiempo extra y terminaron ganando con merecimiento ante el desquicio general pucelano. De esta manera, el RV Baloncesto llega al parón por las Ventanas FIBA, tras sumar su cuarta derrota consecutiva y no volverá a jugar hasta el próximo domingo 2 de marzo, cuando visite al Flexicar Fuenlabrada.